jueves, 3 de septiembre de 2009

Ver o no ver, es lo evidente

Contraprogramación

La estrategia propagandística, de cuyo método no tengo royalty, establece que por efecto de la reiteración del mensaje, este acabe convenciendo a los ingenuos, a los cándidos, a los pánfilos, e incluso a los distraídos en asuntos propios. Ver, para creer.
Más difícil, por no decir imposible, puede tener éxito la banal propaganda por mas que la difusión que tenga esta sea tal, al punto de que resulte tan machacona e insistente, que hasta parezca que es cierto aquello que, por su falta de credibilidad, no puede convencer a cuantos tienen propia opinión tan solo con la simple observación de lo que allí se puede ver. ¿Veo…. lo que creo?
Tras todo lo pasado, la Encarnación se muestra de tal modo que hubo que poner el dedo en la llaga para creer en lo que se podía ver. Creo, lo que veo.
La propaganda dice que todo esta claro, cuando se advierte la opacidad, que todo esta medido y calculado cuando ábaco y crono se encargan de la contraprogramación, y cuando no se rectifica, siempre sale la famosa coletilla de todo está calculado. Que paguen otros.
Tendrá que esperar el bombo y los platillos, tal como las previsiones establecidas indicaban, pues será harto difícil que aquello esté para la fecha de los anuncios, que será distinta a la de la Encarnación que nace, y posterior a la de la Encarnación que muere, siempre provisionalmente, lo cual no es algo que pueda perjudicar los intereses de los interesados, y mucho menos el de los damnificados. Lo que hay que ver.
Existe el convencimiento de que lo probable sea una fecha cercana a la llamada a comicios, una vez que lo peor de la crisis empiece a superarse, y es que esta crisis tiene cogida a las constructoras por los talones, y por los champiñones a la Encarnación.
De todas maneras persiste la duda, si le pondrán en lo alto de las setas lo de las celulas fotovoltaicas, una vez que lo del “antiquarium”, lo de la estación del metro, y lo del metro centro tienen retirada la publicidad.
Lo veo, y no lo creo.
Sevilla a 3 de Septiembre de 2009
Frncisco Rodríguez Estévez

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