viernes, 4 de septiembre de 2009

mer-REM (mercado y sueño)

Como en los sueños

La mente se encarga de construir en los sueños extrañas situaciones que, por absurdas, en ocasiones no llegamos a entender ni comprender. Son los llamados caprichos del subconsciente, elementos difíciles de descifrar si antes no se han localizado los indicadores, y de eso se encargan los analistas cuando la cosa pasa de sueños a pesadillas.
La construccion de un sueño es algo sugerente y difícil de asimilar cuando otros manipulan algo tan propio, pero para eso estan los indicadores, algo claramente visibles en lo de la Encarnación, ¡ay, Alameda!
Estas señales permiten, sin desvelar el misterio, conocer al minuto, y con toda exactitud, cuanto es todo el retraso acumulado, así como un acercamiento fidedigno para vaticinar sobre cuando acontecerá la inauguración de aquello.
El fundamento se encuentra en la observación de los movimientos que muestra la hacienda pública, y a tenor de lo que se ve, mejor que lo que se oye, estos revelan que nada de nada. Otro punto se encuentra en la mirada puesta en la comisaría, ¡ay, Alameda!, por lo cual, visto y oído, la cosa definitivamente va para largo.
Algunos indicios son engañosos y no alcanzan el grado de indicadores, por eso confunde el pegado rápido que, aun siendo un síntoma de aceleración, no pasa de ser una estrategia contaminante, no en vano la sexta enraíza en el salon comedor de una casa de las que no quedan, y molesta seriamente a los BIC, que no son precisamente bolígrafos, del entorno próximo. Evidentemente en nada, estos elementos ayudan a descifrar el enigma, pues aparte de no decir nada de nada, solo muestran la parte grosera del asunto, champiñones por huevo. Eso es lo que hay.
Tampoco resulta revelador la perdida de puntos de las constructoras en bolsa, que no es la de ir a la plaza, aunque mande champiñones, cuando, ni las setas alcanzaron techo solar, ni la Hispalis toca fondo en la oscuridad, poco menos que igual que la crisis en la que según dicen, se está por salir.
Lo cierto es que con estos indicadores, lo de la construccion de un sueño, al menos en lo de la Encarnación, mucho me temo, que será cosa de llamar a Freud.
Sevilla a 4 de Septiembre de 2009-
Francisco Rodríguez Estévez

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