Si algo es malo en estos casos recibirla, peor es que la visita te la venga a
hacer un celoso guardián como el que me toco en suertes. Un error de 300 euros
es castigado con una sanción cercana a los 2.400 euros, en aplicación del 800%
según la Ley. ¡Virgen
Santa!
Visto lo desproporcionado que eran los efectos de su
actuación, y ante la férrea actitud de negativa a rectificar, debido a un
bloqueo injustificado en el eficaz funcionario publico, tuve que acudir para entrevistarme
con su superior, pues no era para menos, y resultó, para mi pesar, que este tal era que
no quería entender nada de lo trataba de explicarle inútilmente, pues se
limitaba a leer los articulados que se infringían, ya fuera por omitir 0.11
euros, 0,13 euros, o 0.14 euros, dado que en su puesto de responsabilidad no
entiende de la desproporcionalidad en absoluto, y si la
Ley escrita es de obligado cumplimiento, no acepta que la interpretación, en ocasiones, como las que
aplica en esta, la puede hacer
injusta, pues se podrían tener distintas
resoluciones.
Con tales cantidades seria impensable el fraude fiscal, ¿Dónde
puede existir el beneficio de la transgresión?
El visitador, ha hecho todo lo posible para que con esa
insana actitud, los contribuyentes tengamos una opinión generalizada, por quienes
solo son unos pocos los que cuecen esas habas, como en todas partes.
Mi entrevista iba encaminada en hacer comprender al superior
que por mucha ley que pueda mostrar en el contenido de su letra, no es menos
cierto que la aplicación realizada por su subordinado, y que estando supervisada
por el personalmente, no quita que esta sea desproporcionada en demasía,
pues la omisión en el pago de
trescientos euros, cosa que no llevaba perjuicios a nadie, ni por ello los
beneficios pueden entenderse como lucrativo, menos siendo la exigua cuantía,
por este celo funcionarial merecedora de una desorbitada sanción que se multiplica
al 800 %.
Ni que decir que, tanto si fuera uno
como ochenta, resulta fuera de toda lógica se le aplique la desproporcionada
igualdad, pero tal fuerza legal hace, según la letra, imposible que el sentido común
se aplique en treinta anotaciones en la
que la suma de todas no se alcanza los treinta euros, y esta alcance una sanción superior al 3000 %, y el desrazonamiento del
supervisor apoyando el celo del visitador encuentra normal que en tres anotaciones
la multa alcance al 30000 % de la
cantidad de céntimos que por error o
distracción no se llegó a realizar el pago que procedían.
La engañosa estrategia del visitador, hace que no disponga
de tiempo para hacer ninguna reclamación, y el supervisor, entiende que mi
reclamación verbal tratando de hacer entrar en razones ante el grave deterioro
de mi economía, llega a entender que le estoy proponiendo que prevarique, ¡Será
posible!
Los trescientos euros, una vez trasformado en dinero público,
ese que no es de nadie, ese que no tiene que justificarse su empleo, ni su mal
uso, caerá en vete a saber que manos que lapidara todo el esfuerzo que me
costara lograr pagarlo, pues desistiré de iniciar el pleito, cuando tan solo
por reclamar los cuatros errores que se detentan con sobrada comprobación, que equivaldría
descontar 120 euros , seria motivo suficiente como para que se perdiera la bonificación
del 25%, alrededor de 580 euros, que sumándole los honorarios del letrado,
sobre 300 euros, hace significar que la diferencia , y el gran riesgo de no
lograr ninguna reducción, hace desistir cualquier intento para evitar la sustracción
que supone la heridla por la que no me escapará la vida pero me llevara a los
limites de la pobreza durante todo el próximo año.
Después de tantos días sin dormir, pienso que desisto y me
rendiré ante la gran injusticia de la justicia y sacaré la silla a la puerta,
lo mismo para contar nubes, pues aparte de la rabia contenida por haber hecho
el panoli, entregando todas las facturas, y ya empiezo a sentir pena de estos que aun no
sabe que no tardará mucho que, en justo pago, les vea, a nada que la instalen, pasar
por la puerta.
Sevilla a 23 de Julio de 2014-
Francisco Rodriguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario