Ahora, después de lo pasado, diría que no me queda del todo
claro si toda la admiración, junto a la mayor consideración que le profesaba se
mantiene, pues para mi pesar, estas cualificaciones de cariño se han ido deteriorando
en cada frustración que el asunto de la puerta (para cumplir la Ley ) ha causado, mas aun cuando en la responsabilidad de acatar esta,
aparece el desden y la indolencia, tal que no se supiera, ni conociera, juez y parte, todo lo
que acontece, lo cual no deja de ser preocupante en este tramo final de una
cuenta atrás con el deseo de permanecer, pues basta saber que en esto de la
puerta, se ha pasado mas de tres años, tiempo mas que sobrado para llevar a
cabo una elemental actuación.
Siendo una lógica solución llevar a cabo el disponer la instalación
de esta puerta en lo de la
Encarnación , malo sería si se espera a que esto lo resuelva
el tiempo, que todo lo cura, cuando cada día va quedando menos, lo cual pondría
en evidencia, tanto la verdad, como tanta mentira, dependiendo de cómo se
dieron las distintas circunstancias.
La policía municipal exige soluciones que no llegan, y lo
hace en la mismísima puerta- La policía no es tonta, la policía que sabe todo
lo que sabe, también sabe donde se encuentran las soluciones. La policía no cree ya en las palabras que no se cumplen,
la policía no le cree ninguna promesa, y solo confía en que las palabras que
grita tengan un favorable resultado. Al menos que los ciudadanos sepan, algo de
todo lo que sabe.
Es esta una encarnación más en la ciudad de las
encarnaciones, como la policía que grita una y otra vez que eso de que Zoido
miente, cuando no atiende a sus peticiones, y peor que ni entiende que sean
justas, “summum ius, summa iniuria”
Los bomberos también son de la misma opinión, Zoido miente, es
lo que se les viene a escuchar. La cuenta atrás es inexorable, por más que vaya
atrasada
Sevilla a 6 de Julio de 2014.
Francisco Rodríguez Estévez
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