jueves, 19 de abril de 2012

Made in Germany

Ocho semanas y media

El próximo lunes se cumplirán los dos meses, o lo que es igual cincuenta siete días, y no hay noticias de lo de la puerta.
Es esta demora una preocupación añadida a la desértica situación, que el nulo paso crea en el angosto pasillo, lo cual hace que a diario me lleve en la paciente espera a pensar si las noticias fueron falsas, pues, si no fueron verdaderas, es inquietante que autoridad y responsabilidad, pudieran haber dado palabra, a un compromiso suscritos por ambas partes, para luego, sin exigencias, dilatarlo en el tiempo al objeto de no llevarlo a cabo.
Tanto una parte, como la otra, han mantenido varias reuniones a lo largo de estos meses de nuevo gobierno municipal, especialmente para repasar lo que se podría llamar “los papeles”, que, evidentemente fueron compromisos de los anteriores responsables, ahora sin responsabilidad, en este asunto de lo de la Encarnación, que tuvo comienzo en 2004, y entregado siete años después, inaugurado por partes y sometido desde entonces a continuas reparaciones e intervenciones al objeto de mejorar las deficiencias que afloran con el uso.
Cabe recordar que aun siendo desaconsejable su realización, e incluso teniendo que inventar el pegamento, el icono del papanatismo, (frase que le escuche en una conferencia a un prestigiosos y premiado arquitecto) tuvo que sufrir tantos modificados que por extraños resulto otra cosa.
Me consta, por palabras de su autor, que en lo referente a lo que llaman mercado, el arquitecto premiado, quedó excluido en su participación, pero no de sueldo.
Así, llegamos a saber de tanto anonimato, que nadie encargó las vitrinas tan desacertadamente medidas, que nadie realizo el diseño laberíntico, nadie se leyó el Reglamento de Mercados, en vigor, nadie sabia que las células fotovoltaicas eran obligatorias en los edificios públicos.
Evidentemente nadie se preocupó de leer la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, ni darle un repasito a lo reglamentado sobre barreras arquitectónicas, ni mucho menos sobre optimización del recorrido en las grandes superficies, pero es que ni tan siquiera a nadie se le ocurrió entrar en Internet y visualizar los mercados mas importantes que existen tanto en Barcelona, Valencia y Madrid, y que son referentes, al igual que el nuevo de Huelva y el restaurado de Cádiz.
Basta ver este de la Encarnación, y a poco que se ponga algo de sentido de la orientación, lo mínimo es suficiente, como para darse cuenta de que la disposición de las puertas es algo sencillamente absurdo, y ahí estamos desde el primer día, advirtiendo como el publico busca una puerta que sirva de entrada, por el momento inexistente, y una salida fácil del laberinto que, de forma natural, todos buscan donde la lógica les lleva, pero que nadie reparo en colocar allí una puerta, acaso por aquello de que nadie es responsable de nada.
Por suerte los responsables de un lado y de otro, adjudicador y adjudicatario, consistorio y concesionario, se pusieron de acuerdo para subsanar ese descuido, que mas parece omisión, por cuanto otras aparecían en el proyecto básico,( pero es que con tantas modificaciones, demasiado bien ha salido la cosa) de eso hace para dos meses, y tal como la máxima autoridad me dijo “lo de la puerta, amigo Paco, puedes darlo por hecho”.
Igual tengo la información privilegiada de la adjudicataria, que a los pocos días me hizo llegar que esta puerta, al parecer especial, se había pedido a Alemania, y aunque por aquí también las fabrican, puede ser que, como hace ya dos meses del encargo, lo mismo la puerta se encuentra en la agencia de transporte, y quien dice que dentro de unos días la inauguramos. He pensado que lo suyo seria llamar a la prensa, pues evidentemente será un evento, puesto que se trata de una rectificación, y eso siempre es de festejar, por lo que será mejor hacer una fiestecita.

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