domingo, 8 de abril de 2012

Con sabor (a arancia) rancio

Sabado

Los mas rancios pueden decir una hebilla menos, una frase de chicuelos para reirse del penitente camino a la Iglesia de su hermandad, al objeto de parar a este incauto nazareno para que pueda comprobar que en las manoletinas permanecen el metalico adorno, que con los años apenas se dejan ya ver. En la actualidad apenas hay niños que persigan al nazareno pidiendo voz en grito, casi cantando, lo de dame un caramelo, si no me lo das chivato seras.
En la Campana, los nazarenos, en especial los mas pequeños, reparten rapidamente la carga que almacena sus bolsillos. Los mayores en cambio, gota a gota, estampita a estampita, que van entregando por los impulsos que les vienen de manera aleatoria, generalmente cuando se descienden los cirios, ni decir que tambien puede ocurrir al paso, es decir sin detenerse, es mas, en ocasiones hasta tienen que buscar las contadas medallitas, de entrega especial, por detras del antifaz, donde las dispuso, en un rapido autocacheo tactil por encontrarla, antes de que su caminar sobrepase al banficiario.
En el lugar que ocupo, desde hace muchos años, posiblemente por la memoria que guardan los nazarenos, recibo algunas medallitas, no pocas estampitas, y muchos caramelos.
Esperaba en la comitiva soleana a un nazareno de "mucho peso", ese que es tan rancio en sus cosas semasanteras que los lleva de piñonates.
Intentaba identificarlo por los ojos que dejan ver el antifaz, que por cierto ¡hay cada ojazos!, y tambien por su anatomia. En estas estabamos cuando un pequeño llamó mi atencion, me dijo "Soy Perico", pero no me dió ningun caramelo, pues no se pudo detener.La cosa esta cortita y solo recibimos varios caramelos de los que "tiran" en la cabalgata.
Llega el paso de la Soledad, y aunque faltan que procesionar el resucitado de Buiza, y la Virgen de la Aurora, lo cierto es que esto se acaba para empezar de nuevo.
En una breve despedida de mis vecinos de muchos años, a los que conoci solteros y ahora traen a sus nietas, las gemelas, Macarena e Irene.
Busco la salida de una entrada inexistente para escapar de esa ratonera que es la parcela Norte de la Campana, a la que habria que, en lugar de estudiar tanto, aplicar la facil solucion, que no es otra que permitir un paso de salida y entrada, cuando menos una comunicacion en Odonell , para cambiar de acera, al objeto de que por detras de las vallas poder llegar bien a San Eloy, mejor, hasta el Duque y viceversa.
La media entrada de este sabado santo se va diluyendo, gracias a que los operarios van retirando las sillas de tijeras que aun recuerdan a la madrugada de pavor, tiene una prisa por apilar las sillas muy superior a la de los grupos que en sus conversacion de ultima hora restrasan la evacuacion de la zona
Busco Laraña, recordando las palabras de quien hacia unos minutos se detuvo donde me encontraba, portando una vara presidencial de la cofradia, para decirme, al tiempo de ofrecerme con sinceridad su mano enfundada en negro guante, y que pude reconocer por su mirada, "Amigo Paco no te quepa la menor duda en cuanto a la puerta".
En esta ocasion la referencia es otra puerta, puerta que se demora de forma inexplicable y que espero que tenga mas suerte que con el caramelo del nazareno soleano.
Saco del bolsillo de la chaqueta un caramelo, recuerdo que me lo entregó un nazareno de la Trinidad, es grande, leo el envoltorio, es un caramelo extranjero " Boelle" (al gusto de arancia), es una gelatina suave y dulce.
Se ha hecho de noche, y esta semana de contrastes, de lluvias, de penas y de gozos, concluye con la promesa de quien puede, que pronto la puerta se abrirá para que sirva de dulce entrada, dulce espera, y que sea tambien la salida a todo el amargor que causó su inexistencia. Tiempo dulce, de sabor “a rancia”, tiempo nuevo.
Sabado de Gloria, sin caramelo de piñones.
Sevilla a 7 de abril de 2012

No hay comentarios: