domingo, 29 de abril de 2012

Balance




Poco mas de un año, y aun faltan meses para que se cumpla el aniversario de la recepción del multidisciplinar y polietapico conjunto que a modo de dudoso acierto nos quedó como legado del tiempo rosa.

Un papanatismo, que así fue llamado por el prestigioso arquitecto conferenciante, con el que coincido parecer, con el que tendremos que compartir la existencia. Un año en el laberinto, y se puede afirmar que después de treinta y ocho años de provisionalidad, era evidente que cualquier salida seria aceptada, por mas que esta fuera a lugar tan desacertado.

Si se tomaran las bases del concurso, pocos elementos serian coincidentes en el resultado. Si se hubiera tenido en cuenta el Reglamento de Mercado, hubiera sido imposible que se autorizara. De haber consultado la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, no lo hubieran realizado. Y evidentemente al soslayar la LEY FERAEE, todo aquello mas parece capricho megalómano, que necesidad de darle solución definitiva a los pobrecitos placeros que llevan tantos años sin su mercado y a los que hay devolverle la dignidad arrebatada en el franquismo, hacer una ordenación del trafico mas amable, en una zona tan caótica, habilitando plazas de aparcamientos, prever la estación de una nueva línea de metro, y también una parada para el metro-centro, así como la mejor distribución de las líneas de autobuses existentes, y otros servicios de transporte publico que acerque desde cualquier punto de la ciudad al publico a este punto que con el mercado será la nueva sinergia comercial de un centro que ha languidecido y que entre todos hay que recuperar.

Un balance para recordar como, ni los materiales empleados fueron los propuestos, ni tampoco los costos presupuestados, ya que se cuadriplicaron en su cuantía, por no recordar la demora sufrida, duplicando el tiempo de entrega, ni aquello de las penalizaciones en el contrato.

Un año observando que la cuadrilla de empleados del mantenimiento cada día tiene que continuar realizando reparaciones por el deterioro que la deficiente elección de los materiales, y en algún caso la lamentable manera de rematar esta obra icono, tan costosa, y tan céntrica.

Un repaso general de todo lo que ha acontecido, nos hace ver que lo de la Encarnación sigue siendo un misterio, y urge encontrar con suficiente urgencia antes de que escape impune de esta historia, cuando menos, a quien por el momento es alguien desconocido y sin responsabilidad, y que siendo alguien, tuvo que decidir como hacer el mas galimatico y laberíntico de los diseños para un mercado tradicional, trazado, equipamiento, suelo, paredes, e instalaciones de servicios, ignorando que significa en Sevilla esta plaza de abasto con implantación en ese lugar desde 1820, cuando los placeros ocuparon el solar.

En la azotea, también conocida por la plaza de la mayor indignación, lo mismo se podría “alicatar” con azulejos de memoria en recuerdo de tanto fantasma, para que sean los años venideros balance general, y se pueda leer el pasivo de esta callada ciudad, y cuando en nada, se cumpla el segundo centenario, comprobar que quedará en el activo.

Sevilla a 29 de abril de 2012

Francisco Rodriguez Estevez

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