Ni de bromas
Temiendo leerla como un engaño. Presintiendo que pudiera haber sido utilizada para tal fin nuevamente, la busque en todos los medios. Hubo suerte, y no hubo ninguna referencia a lo de la Encarnación.
Es cosa de agradecer a los profesionales, que ni en el día de bromas, ese que coincide con aquel que nos recuerda como actúa el poder cuando presiente que su sillón se tambalea, que no es cosa nueva, por lo de la Encarnación, que no apareciera aquella, pues la gracia, se descubre en su misterio.
Ni una sola nota de becario en práctica. Lo de la Encarnación definitivamente dejó de ser cosa de broma, la ausencia de su tratamiento en esta seccion anual lo corrobora.
Hubiera sido facil anunciar lo de la primera piedra de la estación del metro, incluso que se descubrió que la paleocristiana se volvió agnóstica, porque una fecha inaugural, se ha dicho tantas veces, que nadie lo creería.
En “encarnacionville”, ciudad de encarnaciones, lo serio es pura broma. La Trinidad conservará su integridad. Al Prado le replantan la arboleda perdida. La huerta del Rey Moro será espacio ecológico. Los vecinos de la “casa de Pumarejos” volverán al remozado caserón. Se recupera la fabrica Roche, como patrimonio industrial. El metro-centro llegará hasta el intercambiador previsto junto a la rampa de Imagen.
La mentira como broma. Se dice que en “Dormilandia” la broma es continuada, el engaño se hace verdadero, y nada parece que sea mentira.
En cambio lo de la Encarnación, ¡parece mentira!, es un autentico misterio, y eso, además de ser cierto, como diría el recordado Gandia, es verídico.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 29 de Diciembre de 2008
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