martes, 9 de diciembre de 2008

Ande,ande, ande, la marimorena

Antes de Navidad

A lo de la Encarnación le volvió a coger de lleno esto del nuevo paron, por otro lado cosa nada nueva, ni inesperada, al hacerse costumbre. El ultimo fue lo de la seguridad, a Dios gracia resuelto, por lo cual parece que esta ocasión va a ser por lo de la crisis.
Se advierte fácilmente que “aquello” no anda, que no tiene el frenético ritmo de obra de hace dos años, cuando le pegaron el aceleron para izar eso que quedó ahí, tal como aun puede verse coronando los desnudos fustes de cemento, y que corresponde a la parte central de la cubierta, que revestirán, en su acabado, de maderas pintadas en color marfil.
Cierto es que “aquello”, por lo de la seguridad, tuvo que ralentizarse, haciendo trizas la cronometrica prevista y la promesa electoralista. Ahora no es el caso, pues sin comicios a la vista, la fecha inaugural no tiene por que ser la de finales de 2009, pues resulta lógico que esta sea, como bien dijo la responsabilidad, cuando tenga que ser. Ni antes, ni después.
El caso es que el tajo ahora va lento, se diría cansino, casi inexistente y silencioso, salvo algún que otro golpe que suena de vez en cuando. Se dejaron de ver a esos alemanes, que tanta calor pasaron en el verano, pegando los paneles de maderas. Acaso se les acabó la tenacidad germánica por cumplir los plazos de entrega, pues de todos es sabido que la Gerencia de Urbanismo garantizó que todo estaría terminado antes de la Navidad. Pero será en otro solsticio invernal, en otras “saturnales”, en otro Adviento, que lo de la Encarnación siempre fue misterio, no milagro, y ni el milagro alemán pega todo lo que hay que pegar en tan poco tiempo.
Con velocidad de plumero se llevan a cabo la excavación que falta para completar el “antiquarium”, y que decir la marcha que tomó el recolocar los mosaicos por las paredes. Circunstancias que hacen que quede desfasado el libro editado, “Rutas por la arqueología de Sevilla”, y lo que es más lamentable, que nos quedemos sin ver el yacimiento de la Hispalis, en visitas guiadas, que tambien estaban anunciadas, (en Agosto), en breve.
Sorprende, y de que manera, que herreros, electricistas, fontaneros, cristaleros, alicatadores, los ascensoristas, los instaladores del gas, del aire acondicionado, los pintores, todos operarios que faenaban en “aquello”, hayan desaparecido, justo cuando el Ayuntamiento ha abonado a la constructora una importante parte de los atrasos acumulados.
Parece que no hay ninguna prisa. Nadie parece tenerla, será por lo cortito que está todo. Acaso, la constructora, si tuviera que hacer frente a las penalizaciones. Pero tampoco es el caso.
No parece que sea por lo de las fotovoltaicas, la causa de esta nueva parada, en cuyo caso sería técnica, si es que están estudiando la manera de poderlas colocar, para cumplir con las directrices del ahorro energético, ya que su obligatoria instalación forman parte de las medidas tomadas por el gobierno, para hacer frente a la crisis.
El caso es que resultara difícil, para la constructora, acabar “aquello”, sin que se le produzcan mas perdidas, y eso que lo de la estación del metro será algo a descontar, si como parece queda en “impasse”, por no decir “missing”.
No parece posible que pueda ser este año que se acerca, con tan malos presagios para salir de la crisis, y peor, para hacerlo de la provisionalidad. El que aguanta, vence. Por lo cual no me queda más que desearos que para este año nueve, la Encarnación, no os deje de la mano, y a esperar que pase.
Sevilla 9 de Diciembre de 2008-
Francisco Rodríguez Estévez

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