Qué gran invento
Inventar una cátedra, ubicarla en la us, y llamarla como las
setas debe de ser un gran invento, o lo mismo tiene truco y por lo cual sirve
para dotar al asunto de un meritorio fungi, vete a saber, y se considere de utilidad con premio, que
seguro lo sea para los ganadores anuales.
En esas que están, cátedra arriba, cátedra abajo, que lo mismo cualquier año se encaminan al estudio
para el mejoramiento de la gran cantidad de deficiencias que tiene la titular
de la cátedra, lo que facilitará al jurado calificador y de prestigio otorgar el premio, tal como
aquel otro que falló el clamoroso fallo al ver tantas bondades donde en un proyecto imposible, le aparecieron tantas modificaciones que en la desfiguración del
original, se alcanzara premeditadamente la transgresión, y no solo por llamar
aquello una vanguardia, si no que se saltaba a la torera cuando menos la Ley de
Patrimonio, y la Ley de Accesibilidad, dejando sin leer el reglamento de mercados
municipales de abastos, y desatender las normas de edificaciones sostenibles y
la Ley FERAEE.
Sevilla a 14 de Febrero de 2017
Francisco Rodríguez Estévez
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