El tiempo lento

Siempre caprichoso, el tiempo a veces vuela y en otras se detiene inexplicablemente, o no. Depende de la oficina. Tal vez el tiempo cure las heridas, y hace olvidar, mas no es este el caso.
Como olvidar, tal que pareciera como si hubiera sido tiempo perdido todo lo de la Encarnación, entonces  podría parecer una gran tontería todo lo que se olvidaron con intención( o involuntariamente) en lo de las setas, especialmente centrando toda la desmemoria habida en la plaza municipal de abastos con su REGLAMENTO, en vigor.
Y es que fueron demasiadas las personas como se puede suponer , las deberían de haber estado al loro  pero que los unos por los otros, y  nadie tuvo la ocurrencia de echarle un vistazo en consecuencia , como le exigiría su cometido, tanto a lo que se disponía en el “reglamento de plazas municipales de abastos” posiblemente en responsabilidad del oficio, como también a aquellos que con el articulado en la mano de cobrar honorarios, tendrían que comprobar la realización ajustada de la obra durante la primera fase del proyecto que se inició el  26 de junio de 2005, y  cuya conclusión estaba fijada para el mes de junio de 2007, plazo que no cumplió.

Un mes antes la prestigiosa empresa Ove Arup & Partners remitió un informe técnico al consistorio sevillano informando «que la construcción de la complejísima estructura del Parasol, tal y como estaba concebida no era realizable», pues el arquitecto únicamente había realizado un proyecto básico que excluía las pruebas técnicas, por lo que no había tenido en cuenta la inexistencia de una tecnología apropiada para llevarlo a cabo.
Ni una palabra en el informe acerca de su uso comercial y alimentario, y menos de su exigido equipamiento, y nada del cumplimiento de las normas que lo regulan sanitariamente. 

Y para ello parece hasta mentira que dispusieran algo mas de cinco años,  y otros seis años más se cumplirán en este 2016, para que se pueda llevar a cabo el cumplimiento de la Ley de Accesibilidad de los edificios públicos. Tiempo lento.

Evidentemente este asunto de las puertas automáticas inexistentes, como primera acción de las muchas que deberán de aplicarse en el laberíntico diseño, hace albergar la esperanza de que se recobra la memoria de la responsabilidad, por más que lamentablemente el tiempo sigue lento pues tal como quedó dicho por aquel edil responsable de tanta madera, ¡más madera! “que más da que los pobrecitos placeros tengan que esperar unos pocos meses después de tantos años” y se proceda a realizar cuantas actuaciones hagan alcanzar al hasta ahora fantasmagórico mercado el lugar que le corresponde en el centro de la ciudad de las personas, la capital de Andalucía, y guste o no, un lugar de referencia y visita.

Al menos disponemos de la comunicación, por escrito de la Delegación que se le pasó en su día, de la inminente colocación de cuando menos una puerta automática, dispuesta a libre criterio de los técnicos al objeto de que quede optimizado el escabroso recorrido que ocasiona  la ausencia de la que olvidaron en la travesea central. En el documento adjunto, la Jefa de la Sección Administrativa de Consumo responde que está prevista la colocación y se acometerá en el momento que se disponga del informe y valoración técnica.

Sevilla a 4 de Octubre de 2016

«Tempus fugit, sicut nubes, quasi fluctus, velut umbra» (El tiempo se escapa como una nube, como una ola, como una sombra)

Sevilla a 21 de Octubre de 2016

Francisco Rodríguez Estévez