La nueva estación

A estas fechas podía haber sido la del Metropol, línea DOS, pero en sta callada ciudad de dos estaciones Verano y Primavera, nos ha llegado después del siempre anunciado “Otoño Caliente” por las negociaciones de convenios, siempre perdedoras, na menos que este Invierno corto que se pasará seco según las previsiones, y lo mismo que el loco carnaval de Febrero, las aguas tan necesarias  posiblemente nos vengan en plena floración del azahar y estropee los farolillos de papel, creados por Bacarisas cuando la plaza de abastos de la Encarnación tenía desde hacia SETENTA AÑOS abierta sus ocho puerta ocho.
 En el laberinto, falta una automática desde hace cinco, y no tenemos ningún servidor público que disponga para cumplir la Ley, y de paso mejorar con esta el penoso diseño.

La nueva estación, que empieza con Jano dios de las puertas, todavia la de la Encarnacion  no es noticia, y a falta de otras no hay nada, aparte que desde hace unos días que no aparece ningun nuevo caso de corrupción política, los electos actúan inversamente a como lo hacen en mi comunidad de vecinos, pues nadie quiere ser Presidente, mientras estos se afanan en llevar toda la responsabilidades que se evitarían trabajando en otro sitio (posiblemente se dice que mejor remunerado) y en cambio, y ahí dudo de su inteligencia, si es que de verdad no hay presa oculta en el maizal, que hagan posturas de braco al acecho, por querer ser un fiel servidor en lo público.

Pero la noticia que debe de preocupar no es que estos estén haciendo su cometido de gallinero, así al menos generan trabajo en los medios, pues en este paralelo 37 lo que toca es saber de lo sucedido en Manzanares que aparte de ser el río de Madrid, con estación de metro que lo cruza por el Puente de Andalucía, es también localidad de Ciudad Real donde se han atendido en estos días mas doscientos casos de Legionella, que no es ninguna broma pues se disfraza de neumonía y ni te cuento las bajas que produce, con o sin diagnostico medico, especialmente en los mayores, y que al parecer se genera en fuentes de agua y en los sistemas de refrigeración, pues es en salida de aires contaminados donde se expanden, por lo que aparte del bofetón de aire caliente que llega a la cara, en la calle cubierta que lleva al laberinto de la plaza municipal, de este golpe puede además de emponzoñarse de fétidos olores, y al paso, llevarte la legionaria a la cama, o que ella te lleve al “huerto”.

La nueva estación de este metro que lo mismo retira a San Fernando, que  “Las cuatro Estaciones” de Blakemburry y hace tanque de tormentas a la Alameda, no estará en la Encarnación, ni el metro-centro, la nueva estación, será como el misterio de la Encarnación, que ya dijo el doctor, que solo era medico, que no se explica, porque no se entendería, como jamás entenderemos lo de los astrónomos, astrólogos y astronautas en referencia a los Reyes Magos, que eran reyes y además magos, y que de siempre llegaron de Oriente, como los farolillos, y por el capricho de las escarbaciones de Imagen, los metieron incluso por la Alameda. Fuera broma, la legionella no conoce barreras.

Sevilla a 27 de Diciembre de 2015

Francisco Rodríguez Estévez