Justo en este día en se espera todo, cuando todo llega, ocurrió que, bajo el dintel de la puerta de la Esperanza, precisamente
cuando solo falta una semana de dulce esperar para que llegue esta Navidad que se hace cada año
más solsticio, mas carnaval y mas eventos, a tan solo dos días de unos comicios
que puedan resultar esperanzadores según el lado que abran los sobres, a tres días
de que comience el largo invierno que deja un cálido Otoño sin lluvias, que está resultando ser bueno
para los veladores. Cuando solo faltan cuatro de que la suerte cambie, para que sea dorado el jubiloso retiro, pues, el destino hizo que fuera allí, entre el “clavisius”
y el “patulsio” de la misma que, aun siendo lugar sacro, tuviera lugar el brevísimo
encuentro con el edil responsable, para que con pocas palabras, acaso un gesto, y el concejal advirtió
en mi semblante toda la carga de algo sobradamente preguntado pero que no se
contesta (tal como diría el doctor en sus mejores tiempos acerca de lo de la Encarnación,
porque no se entendería).
El caso es, que posiblemente sabiendo que no existe respuesta, objetó una excusa no pedida, por la cual, si el anterior Alcalde ya hiciera
famoso su ¿pero, como, Paco? nuestro Delegado (que confiesa su devoción mariana)
me remite a algo que me suena igual que en anteriores etapas, de anteriores
responsables, es decir que el tema está en otras manos, y que él creía ya
solucionado. Lo lleva Antonio.
A una jornada del quinto aniversario. Ni Juan, ni Juan Carlos, igual fuera Varela, Martinez o Cejas por parte materna. Ni el uno, ni los otros, la puerta por poner. Como dice un prestigioso arquitecto, al menos estos entretienen.
A una jornada del quinto aniversario. Ni Juan, ni Juan Carlos, igual fuera Varela, Martinez o Cejas por parte materna. Ni el uno, ni los otros, la puerta por poner. Como dice un prestigioso arquitecto, al menos estos entretienen.
Pues, como no era el lugar, estando inmersos en la multitud
de fieles a la Esperanza, ni tampoco era el momento, dejaremos que llegue Janua
Coeli, puerta del cielo, puerta del solsticio, incluso que pase los comicios y
sus hoy ignotos resultados, que la Navidad cristiana, o laica el Adviento
nos colme los deseos e incluso que Jano, Dios de las puertas, traiga una automática
para la Encarnación, si no que sean los Magos que ya tienen más de mil cartas.
El concejal se despide y reanuda sus pasos para marchar al
encuentro de su venerada devoción macarena, acaso con la preocupación del
encuentro casual, lo mismo cuando bese la mano de la Esperanza, Puerta del Cielo,
Estrella de la Mañana, Vaso Admirable, Ora pro nobis, le llega el deseo de
poner solución en este asunto no exento de razón, y como diría el vaticinio que
aquel santón cubano predijo cuando la Expo 92, "todo se obrará con la esperanza". Lo
peor fue inaugurar aquello cuando ya había pasado el día, hoy hace cinco años.
Sevilla a 18 de Diciembre de 2015
Francisco Rodríguez Estévez
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