miércoles, 28 de noviembre de 2012


Comunicando

Tiene que ser esto de la comunicación, todo lo contrario de lo que se entiende, pues cuando el teléfono comunica, resulta que no es posible comunicar, lo cual puede parecer una contradicción, ¿pues como es posible que si esta comunicando no  tengamos comunicación? Evidentemente la comunicación  se está llevando a cabo con otro interlocutor, por lo que permaneceremos a la espera de que se nos diga algo. Alo.
Eso mismo me pregunto a diario con motivo del asunto de la puerta de la Encarnación. Sí esa, no puede ser otra, se trata de la puerta inexistente, esa que debe de ser instalada para que pueda comunicar con su travesía las calles longitudinales, y que, como saben sobradamente tanto el publico, como los que deberían de actuar al respecto,  pero que no tengo ninguna comunicación de los responsables en su instalación.
Es como si hubieran descolgado, y al estar comunicando continuamente, no nos llega ninguna respuesta del otro lado. Tampoco creo que las partes responsables se estén comunicando entre sí,  pero el caso es que ninguna de las dos me comunica nada al respecto, es mas parecería que ni hay linea, menos aun si esta fuera linea de actuación.
Dice la responsabilidad, (cambio y corto) de la segunda parte contratante, que en el momento que reciba la comunicación de la otra parte (cambio y cuelgo)  a saber,  la primera parte contratante de las dos partes en comunicación, que lo mismo, de inmediato se abre la puerta.(Cambio, y cierro)
Pero después de tanto tiempo de comunicaciones, acabaré por creer que la gente lleva razón, y que este asunto no es  de comunicados, ni de comunicaciones al silencio permanente, si no de ganas de comunicar, justo donde sobran las palabras, pues se trata de la puerta  para comunicar con algo de sentido común un espacio que se nos hace antojadizo y caprichoso, en donde las puertas existentes fueron instaladas de una forma tan aleatoria, que ni tan siquiera permite una comunicación de los viales centrales, tanto es así, que el vector de mayor comunicación posible con el exterior está cegado, entiéndase que no es cosa de ojos, pero si que es algo que se puede ver a diario, y  no se quiere mirar, al menos para comprobar como ocurre de forma continuada,  cuando el publico busca allí precisamente la puerta inexistente,  pensando que tiene una comunicación con salida en otro punto equidistante, aunque fuera en una sinuosa calle interior. Visto que la calle prevista en la curva Sur, ahora, en su travestismo, quedó convertida es un bar de copas, y la azotea privatizada, puerta de actividades y cacharritos, se disfraza en lugar de eventos. Pues un cosa es hacer la puerta, como subalterno en toriles, y otra hacer caja, y no precisamente la del pedestal de Don Tancredo.
Hoy volveré a intentar ponerme en contacto con mis amigos en la responsabilidad, aun sabiendo que no me comunicaran nada, ni nuevo, ni viejo, ni malo, ni bueno, pues lo mismos ambos se están comunicando entre si la manera de no comunicar nada, corto y cierro.
Lo dicho la gente va a llevar razón en esto de la puerta, pero por mas que me empeño en no creerles en  lo que dicen, lo cierto es que de las partes contratantes, con sus responsabilidades, como que no recibo comunicación alguna, y eso va a resultar ser que o no sintonizo en otra frecuencia lo que están comunicando, o lo que me comunican es que están comunicando, pero que no se encuentran descolgadas como parece, pues eso seria mas propio de la puerta, aunque la que corresponde tiene que se automática,  al menos para que pueda tener accesibilidad, y es que nada hay como hablar para entenderse. Bajo las setas se pierde la cobertura, y la metálica voz del programa automático me comunica que los números marcados no se encuentran  operativos.
Sevilla a 28 de Noviembre de 2012                                                                                               Francisco Rodriguez Estevez

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