miércoles, 4 de noviembre de 2009

Insostenibles

Llegaron.

De haber sido el dinero, se habría sabido. Algo se ha movido en lo de la Encarnación que tiene otra velocidad, pero ni mucho menos aquello puede estar para Navidad.
Se anunciaron las maderas, y parece ser que llegaron. Esto está llegando a un punto, en el que lo que se dice se cumple, circunstancia que hace recelar, ante la falta de costumbre, de si la palabra dada, esa que dice ir a misa, por lo seria, no se quede en chapurreo de una nueva hisopada.
¡Ya estan aquí!, Llegaron las maderas que reciben manos de poliéster xilófago, y tratamiento ignifugo antes de ser colocadas en las celdillas de sus correspondientes nichos, motivo de mas para que acreciente el existente yuyu, de por si tremebundo, con solo pensar en el morbo de un revestimiento final, nada menos que de pino.
A fin de cuentas, si es que salen, nada puede significar esta casualidad más tanatosa que jaloguey que nos trae este Noviembre sin lluvia, y mas sabiendo que sin agua no hay setas, y si llueve las de la Encarnación no pueden pegarse. El caso es que como no podía ser de otro modo, pues estaba escrito, la Encarnación acaba siempre en madera. Otra cosa es que alguien se atreva a retirar el simbolismo que representa.
Las previsiones de la colocación de los listones, oscilara entre ocho y diez meses, si no acontece ningún incidente relevante, ningún accidente grave y lo más importante, si no hay talones devueltos. Con todo, y como se ha previsto no quiere decir que para esa fecha pueda estar aquello acabado, y mucho menos listo de totalidad, si el yacimiento de la “Hispalis”, vulgo antiquarium, anda tan perdido como la estación del metro, y por mas que se quiera por pura lógica el espacio cultural no puede utilizarse mientras como aparcamiento a pesar de que se mantenga la rampa a ninguna parte.
La falta de sostenibilidad de las insostenibles setas, no lo sera solo por su alto costo, tanto por la ejecución de obra, y tambien los de explotacion, en especial para los placeros, y en particular para el concesionario, sin museo que llevarse a los activos de la cuenta de resultado, se le acabará la energía, cuando el Sol nos la da gratis.
Sevilla 4 de Noviembre de 2009
Francisco Rodríguez Estévez.

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