miércoles, 5 de marzo de 2008

Mercaderes de palabras

A debate

Champiñones, setas, o alcauciles, que nunca sabremos, hasta que llegue el día, en que quedará esto de la Encarnación y su sostenibilidad, de acuerdo con las medidas anunciadas para la lucha contra el cambio, naturalmente, climático.
Sin embargo son en estos días, en los que aquellos que no atienden las peticiones que durante años se les formulan, vienen nada menos a pedir que se les tenga confianza. ¿Confianza?, para seguir, para cambiar, o para cambiar para seguir.
Daría lo mismo, pues lo escuchado en lo que llamaron “debates televisivos”, hace que apenas se aprecien diferencias, en especial las que deben de marcar las ideologías, para hacer promesas, pelin alegres de llevar a cabo, en una gestión que se nos hace harta complicada.
Para los analistas, el rigor de la gestión tiene solo dos parámetros, el correcto, y el incorrecto, sin embargo las ideologías tienen sus matices.
La complicada empresa, tiene la empresa complicada de encontrar los recursos, sin crear desequilibrios, y conseguir el justo, para atender las prioridades, especialmente en aquellos puntos carenciales, cosa que en absoluto puede ser cosa facil.
Al contrario que mi comunidad de vecinos, en la que nadie quiere asumir su turno responsable para ocupar los cargos estatutarios, no deja de extrañar que encomienda tan delicada, siempre tenga candidatos dispuestos, por vocación de servicio, a comprometerse a llevarlas a cabo con honradez y transparencia.
Basta saber, visto que en el “encuentro”, muchas de las categóricas afirmaciones realizadas, fueron replicadas con ese correcto, “eso no es cierto”, el contundente “falso, el inapelable, “miente”, y el rotundo “nos engaña a todos”.
Pero como no se tenia “tiempo televisivo” para aclaraciones, lo mejor sería, para que los que debemos otorgar la confianza solicitada, tengamos esta, y para pensar que no se nos engaña, lo deseable para lo sucesivo está en que les coloquen el polígrafo, al menos llegaremos a saber si el libro blanco era de cuentas, de una lechera soñadora, o de Calleja, y si a la niña, la trajo la cigüeña, o un experimento de clonación con celulas madres.
Sevilla a 4 de Marzo de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: