martes, 7 de enero de 2014


Un día tranquilo

 

Mi compadre Juan, que durante mucho tiempo tuvo la responsabilidad de la crianza de perros aplicados en disciplinas de seguridad, me recomienda que reponga con otro animal el hueco, del que me cuesta reponerme, que ha ocasionado perder a Bola.

Me ha ofrecido una perrita de la raza Bichon, que mi desconocimiento me lleva a buscar en Internet la información sobre esta raza.
Realmente son preciosos, pero no es perro para mí, por cuanto la raza requiere por su pelaje mas cuidados del que puedo prestarle, y además es un perro pequeño, demasiado pequeño, y demasiado “goloso”, para llevarle como me gusta, suelto y sin collar. Cave canem.

Bola era mestiza por más que su madre fuera “Papillon”. El cruce hacia que las patas eran algo más largas de los de su especie, lo que le daba una altura algo menor de una raza mediana. De su carácter mejor ni les cuentos, de su inteligencia algo increíble.
 Decididamente creo que debo de esperar a tener ánimos para criar otra mascota, y si así fuera iré a algún lugar, de los que existen, para adoptar una que en la mirada me diga ¡sácame de aquí!

Vino hoy mi amigo Marcos, y vino solo, al parecer dejo a “amedio “en bahía bayyana, puerta del mundo árabe  http://www.youtube.com/watch?v=luFkj4Vu73w, donde se cura el alma, el corazón, la mente, y creo que lo del tubo de escape, como mi coche, que como sabéis después de 38 años me dió un susto de muerte cuando empezó a hacer un ruido atronador, 200 euros.

Marcos está fenomenal e intenta entrar por donde la puerta inexistente. La guasa de Graná. Ha venido a revisiones obligatorias pero creo que con  los baños que se pega en la playa de los muertos les están devolviendo a la vida, eso, y las tetas de la sacristana, junto con el Sol que toma como lagarto, solo hasta que se le calienta la sangre. Como lo hace lo de la puerta.

Siendo este un día tranquilo no dejó de aparecer lo singular, llegaron tres personas procedente de  Brasil, una abogada, un sociólogo, y un economista, vinieron a comprar un poco de jamón para degustarlo en Sao Paulo, donde otro Marcos, Marcos Bassi, tenia el templo de la carne, tenia 65 años.  http://www.youtube.com/watch?v=fZQ3L57wWwQ . Tempus fugit.

Me preguntan por esta edificación, y ya pueden imaginar, pero me dicen que en Brasil casi es peor. Cantidad de edificaciones que no cumplen las leyes, o que se adjudiquen obras del ya te veré, parece que a ciento, y a diario con lo del Mundial de futbol, a pesar del cabreo de la gente.

Me conforta saber que tres personas llegadas de Brasil, que nunca habían estado en esto de la Encarnación, que no me conocen, adviertan que allí no pusieron una puerta, y me preguntan que si sé los motivos para que no quieran rectificar este error tan evidente,  pues claramente se observa que se hace necesaria su instalación.
De igual manera que me preocupa el desinterés que muestran los responsables, con el proceder que mantienen, lo cual hace pensar que lo mismo ellos creen que lo de la puerta se soluciona solo, y que lo de las leyes........., como en Brasil, sea cuestión de bailes de números, o de samba. http://www.youtube.com/watch?v=GA0u05Y1p2U

 

Sevilla  a 7 de Enero de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

lunes, 6 de enero de 2014



Las que hilan

 En las hemerotecas están recogidas las mitineras frases de elogio que el orador, comparando aquello con la torre Eiffel, nos quería convencer que lo que allí estaba haciendo el doctor era digno de una mente privilegiada con visión de futuro, por mas que una vez publicada, de siempre resultara algo raro, y  si tendría, por casual,  algo que ver con lo se estaba cociendo.

La prensa de hoy recoge la noticia posiblemente que hila con lo de entonces, informando en portada, que el valedor oral de antaño compartía, en aquella fecha, con algo mas que simpatías, hacia la empresa que resultó adjudicataria del concurso por ser la mas económica, y que realizaría la construcción del sueño mas rápidamente,  en el mismísimo centro la ciudad de las personas, capital de naciones. Aquí no pega lo del mimo, ni lo de los pobrecitos placeros. Pero basta recordar que los aplausos fueron estruendo, y quienes tenian que mirar, cuando menos el origen por tanto ruido,  lo hicieron para otro lado.

Si el icono rosa cuadriplicó su costo original, de 33 a 123, y triplicó el tiempo de realización de 2205-2007 dos años  a seis años (2005-2011) siempre, según las hemerotecas, puede leerse que en todo los casos influyeron factores no previsto, es decir las lamentables imprevisiones. Razón suficiente para modificar el original diseño premiado, aumentar el costo, por las modificaciones imprevistas sumando las de seguridad, que con ellas no se contaron, aparte de inventar el pegamento, así como evitar el cumplimiento de los plazos, con extrañas manipulaciones del contrato verbal, subvenciones y vistas socializadas, cuando estos estaban claramente sobre el papel penalizados.
Nadie quita que ya los otros concursantes declararan a los medios que la cronométrica era imposible, nada menos que de un proyecto calificado de imposible, por la empresa consultora de proyectos Arup, y que en la publicidad que cuelga hoy en Internet haga escuchar solo opiniones agradecidas.

Hoy, Enero de 2014, puede verse la desocupación de la calle interior, que en declaraciones del responsable de turno, (que se puede consultar en las hemerotecas), predijo que seria como una prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York.
Los locales próximos tanto de la zona Norte, como los del Oeste, continúan vacíos, lo cual nos puede hacer pensar que “esto”, aparte de icono del tiempo rosa, por el momento, no ha sido la sinergia del denostado sector comercial, ni mucho menos la panacea revitalizadora, eso si, siendo en otro tiempo zona saturada de bares y ruidos, según establecía el propio Ayuntamiento, se ha pasado a autorizar nada menos que una quincena de estos establecimientos, aparte de los ya existian, no menos de diez,  que lógicamente consiguen, cuando menos, evitar la soledad que llego a vislumbrarse en las calles con tantos años de solar, y peor aun, los ocho años que duraron las interminables obras.

Las setas de la Encarnación, de filias y fobias, cuando menos también tuvo aparte del gran rechazo de la mayor parte de la ciudad, bastantes informes desfavorables, tantos técnicos, (el proyecto no se hizo supervisar por el colegio de Arquitectos de Andalucía) como económicos (la utilización del dinero para otras actuaciones proporcionado por los constructores para infraestructuras), a lo que habría que añadir algunas opiniones relevantes que nos descubren que en la cimentación se llevaron a cabo distintos cálculos, y un consecuente sobrecosto, o que al ser la mas invasiva de las posibles, no se puedo realizar la excavación de forma rigurosa conforme a conservar in situ todo lo aparecido en el valioso yacimiento.

Según lo que se ha publicado en estos últimos años, existen informes pidiendo responsabilidades en el propio consistorio por lo mal gestionado que estuvo este asunto y en especial el de partidas de difícil justificación.

Que decir del incumplimiento de la Ley de Patrimonio de Andalucía, e incluso del PGOU, que así lo recoge el Tribunal Supremo de la Andalucía.

Y lo del ahorro energético recomendado por el gobierno de Rodríguez Zapatero, incluso lo de obviar la Ley FERAEE, obligando a los edificios públicos la posible sostenibilidad, mas siendo esto de las setas, proyecto premiado por tal cosa, sin que nadie haya colocado ni un solo panel solar al efecto. Pero lo que cuesta creer que tuviera presentación en el MOMA, como referente de la arquitectura en Andalucía, y ejemplo de la sostenibilidad, y que posteriormente estuviera propuesto para el Mies van der Rohe. Definitivamente costar, cuesta, pero nadie sabe cuanto.  

No se puede afirmar nada, pero tantas circunstancias hilan, por lo que está pasado y no por las que hilan, pues puede ser una estrategia del chapúz, decir que barato le va a salir este arreglito y luego empieza con las dificultades, (No se puede imaginar como estaba esto) (Vaya lo que me encontrado), y el “yaque”, (Yaque tengo esto así) (yaque si esto, yaque si lo otro).
Pero que esto ocurra en las administraciones, que tiene a los políticos electos como recaudadores y garante de la utilización de los fondos públicos, como que me cuesta imaginar que durante tanto tiempo ninguno haya leído la prensa.
Desde hace tres años que se inauguró lo que llaman mercado municipal, que consiste un  irregular espacio de laberíntico diseño, y peor gusto, se hace más patente cada día, que la colocación de las puertas, capricho berlinés, no tienen, por aleatorias, ninguna manera de justificar sus emplazamientos, por lo que es evidente, después del tiempo transcurrido que la Ley de Accesibilidad, de obligado cumplimiento, permitiría equilibrar la errónea disposición de las existentes con tan solo abrir una puerta en la fachada Oeste, coincidente con la Travesía Central, pues no hay forma.
Y todo esto me viene al hilo para pensar, que si en las grandes, e imposibles, actuaciones y concursos de lo público, se realizan sin cumplir los requisitos legales, según la prensa del día ¿a cuento de que cuentas, no se coloca esta puerta?  

Sevilla a 6 de Enero de 2014  

Francisco Rodríguez Estévez

domingo, 5 de enero de 2014


Un regalo (de Reyes)

Querido amigo mío, y maestro, también, de tantos...

Injustamente no suelo contestar a tus magníficos alegatos, protestas o reflexiones en voz escrita, aunque lo merecerían, sin duda, todas ellas. No por mí, que no soy nadie, sino por todos aquellos que te leen y que, digámoslo ya, deberían ir pensando en realizar una subscripción pública para la estatua que te mereces en el mismísimo mercado de la Encarnación. Tal vez, en ese rincón que se resiste a ser taladrado por una puerta oportuna y racional. No creo que la historia de ningún mercado del mundo, haya existido persona alguna con tanto ahínco, tesón, sentido común y amor, que lo defendiese como tú. Y no sólo defensa, sino amparo. Porque los que defienden la justicia de una causa, no hacen otra cosa que ampararla, darle calor, mantenerla bajo la tutela de una razón legítima.

Pero hoy te contesto porque me parece que te has quedado corto en el recuerdo, escaso, con rapidez, cuando desde luego se podría seguir escribiendo y poniendo en negro sobre blanco, la memoria de un mercado que, cuando falten gente como tú, se hundirá como un submarino torpedeado por el olvido. Sería, además de una pena mayúscula, una pérdida imperdonable. Me ha emocionado tu pequeño recordatorio porque me ha trasladado también al recuerdo que yo mismo tengo de aquel mercado de la Encarnación donde mi madre o mi abuela me llevaban cuando apenas levantaba un palmo del suelo. Hasta el olor me parece recordar a veces; el vocerío, el ambiente jaranero, la circulación de carretillas, sacos al hombro y cajas de todo tamaño y contenido. Las pescaderías que tanto repelús me daban; los quioscos de verdura que rebosaban y brillaban como jardines colgantes de sus mostradores de madera... En fin. Mi memoria es muy escasa y generalista como para merecer la pena. Pero la tuya es un cofre cuajado de tesoros aquilatado por miles de pequeños detalles diamantinos que deberían ser expuestos a la luz.

Si algo somos, es sólo memoria. El tiempo no da para más. Mientras exista una hebra de memoria, se podrá tejer la historia de una persona, un pueblo o el propio universo. Tu empeño en la defensa, tus desengaños en la compañía de la misma, tu soledad frente a la sordera, la ceguera o el cinismo, la desesperación por sentir la distancia que existe entre la justicia y el capricho, etc... Todo eso debe quedar fijado, como has hecho, mediante la infatigable tarea de ir denunciando día tras día, ir haciendo ver, procurar hacer comprender, enseñarnos a todos las jugarretas de unas autoridades despóticas, arribistas y mangantes que se han lucrado no sólo con un proyecto irracional, sino que han jugado con la vida y la muerte de todos aquellos que habéis sufrido durante tanto tiempo una situación injusta y ruinosa.

Por eso, querido amigo mío, tu memoria es tan valiosa para el mercado y para todo el mundo. Escribe y describe el mercado en el que naciste, te criaste, te formaste y sigues. Hazlo por justicia, pero también por darnos y dar el placer, de conocer el universo viviente del Mercado de la Encarnación. Estoy seguro, que no sólo emocionará a muchos, sino que a muchos nos volverá a aflorar una conciencia que hasta ahora, está dormida.

Un abrazo muy fuerte, de tu amigo Miguel Cruz
Sevilla a cinco de Enero de 2014

Maestros

 

Creo que no merece la pena mirar  atrás, pues ya nada podríamos cambiar.
Con poco más de once años tenia, cuando había aprobado con excelentes notas un curso anterior al que me correspondía.
Aquel verano marcaría mi destino, pues lo pasé en la carnicería “ayudando”.
En el nuevo curso despareció la brillantez que hasta entonces había tenido, y mi padre ya tenia claro que siendo el mayor, y con una crisis en el sector, (de las que no han parado de sucederse) era evidente que mi futuro profesional estaba decidido.

No es que gustara, menos levantarme temprano, ni pasar frío, pero la plaza tiene “adicción” y te engancha para siempre. En aquella de la Encarnación, en la que empecé allá por el año 57 del pasado siglo, ¡quien lo diría!, los carniceros tenían un estatus superior a los otros placeros, esa al menos es la impresión que causaba, no obstante también en estos quedaban marcadas las diferencias existentes, especialmente las económicas que eran fácilmente detectables.
Después de tantos años no voy a hacer ninguna distinción solo quiero que quede el recuerdo de tantos maestros antes de que les llegue un inmerecido olvido.

Si digo que mi padre, al que todos conocían por “Montada” sin duda era el mejor profesional que he visto en mi vida, y crean que han sido muchos, les parecerá que estoy siendo parcial, pero estén por seguro que para nada. Ser proveedor de las mejores casas de la ciudad, de casi la totalidad de los restaurantes de Sevilla y la mayoría de los hoteles, Hospitales, Residencia “García Morato” escuela Departamental de Puericultura, y cuarteles de “Automovilismo”, Artillería 14, San Fernando, y Caballería”, no era tarea que estuviera al alcance de ninguno en su tiempo.

Los vaivenes de los negocios, y la fragilidad de su estructura le hicieron caer en pérdidas y recuperaciones en continuidad, en un tiempo demasiado difícil como fueron aquellos finales de los 50 y principio de los 60, hasta que fuimos alcanzados, en familia, la recuperación, crisis tras crisis.

Admiración por la profesionalidad de mi hermano Vicente, fiel espejo de mi padre. Y acabo por mencionar la habilidad vendedora de mi madre, y de mi hermana Loly, en el tiempo de mayores dificultades, para reconocer abiertamente el merito de mi hermano Guillermo en su exitosa metodología personal, que fue tomando lo bueno de cada uno de la familia, por lo que en ocasiones pienso que aprendió algo de lo que le pude enseñar.

En las fechas de mi llegada a la plaza, no puedo olvidar a cuantos maestros llamaron mi atención por alguna que otra razón y que evitare que pasen al maldito olvido. Ángel Gómez que nos regalo un coche de pedales increíble, Cirilo que despachaba fumando puros, Rafael el Gorra, que siempre la tenia puesta, Juan el Alemán que nos enseño a fabricar salchichas cocidas, Antonio Torres que formaba grandes colas, Castrillo, al que un barbero afeitaba y cortaba el pelo en su carnicería, incluso el callista arreglaba sus pies detrás del mostrador, cuando acababa la venta.

Eran muchos, los Farfan, los Estrada, los Díaz, los Merinos, los Terceños. De algunos no recurdo sus nombres, de otros como Juan Manzano, de minimas ventas, que aun me cuesta entender como podía continuar, con su impoluto delantal blanco, esperando la fidelidad de alguna clienta. Cuento mentalmente sesenta. Algunos, con oficiales de gran categoría.
Sin duda Dieguito, fuera maestro de maestros, Santiago acaso el mayor de todos, Blas el que mas tiempo estuvo en activo, Pepe "mosto", versátil, que también vendía el toro de lidia, junto con José Acosta, al que recuerdo por su pelo banco y despejada frente, bien peinado siempre, y por sus enormes manos, tan grandes que no en balde le llamaban “ermanazas”. Recuerdo a "machacante" recogiendo los rosbices que le vendíamos, a "Paterno" que era nombre de pilas,  así como a Pepe "cabra" con su puesto de hierro en forma de jaulón, que en ocasiones llenaba de aves vivas.
 “Pipanda”, Manuel de la Puente, sin duda que era un gran trabajador, al que el vino diariamente deterioraba. El día de la riada, remango sus pantalones para llegar a su casa de cuando algo le pichó el pié derecho, y al poco se lo amputaron, algún tiempo después volvió subido en un carrito verde de manubrio, pero evidentemente no era el mismo.

Y como no recordar al “Piki”, que cargaba las carnes, al "rubio", al "camello", y anteriormente a Hilario "el gato", padre de Anita, que era pariente de mi padre. A Juan "pieles", a Angelita la del sebo, de Antonio "el volaor", de Enrique Couder, conocido como "escudé y su memorable frase, (mortadela vendida, mortadela bebida) y del “rana” que trabajó en nuestra casa, y acabó siendo camarero, de Antonio bailarín que quedó ciego por los rayos del Sol, y en sus borracheras de depresión vendía cupones, de Camacho el lotero que salvo los muebles de mas uno cuando dio el segundo, "Carlitos" en apuestas continuas, Juan el de los huevos, Jesus el de la sal, Enriqueta la de las escobas, de Pepe el guarda, y de Periañez su compañero, que abrían cualquiera de las cinco puertas cuando a voces se les requería. Tan distinto todo.

 De todos estos maestros en la Encarnación se me fue quedando algo que han formado mi carácter, de placero profundo, por mas que si hubiera estudiado, (mis compañeros de estudio en su mayoría son personas relevantes) lo mismo me hubiera perdido todo esto. Y quien os lo iba a contar.

Sevilla a 5 de Enero de 2014

Francisco Rodriguez Estevez

 

sábado, 4 de enero de 2014


Ser feliz

 

Puede parecer que mis actitudes tengan algo de hostilidad permanente, cuando en realidad mas pueda ser lo contrario, por cuanto no tengo más remedio que ironizar demasiadas cosas que, en mi entendimiento, me parecen que por serias no puede ser tomada a broma, ya sabéis que con las cosas de comer no se juega.

En este víspera de Reyes mi almuerzo mas pareció broma por lo serio que se puso la cosa, al final tuve, además de no comer casi nada soportar la censura de mi hermano, algunos años menor, por aquello de que el dice que disfruta con todo en esta corta vida a la que se tiene que llenar de felicidad, y cree que, no soy feliz por aquello de que según el siempre estoy buscando objeciones.

Tenia todas las opciones del mundo para determinar que, como, y donde podía almorzar, incluso el cuando, pues como cabe imaginarse terminé haciendo un comistrajo en casa, tres horas después de pasar por dos “restaurantes”, y pagar en ambos lo que se quedó en los platos. Seguro que Chef Ramsey, hubiera sido más contundente.

Mi almuerzo acaba de terminar a las cinco de la tarde. Fue mi decisión acompañarle a la vista de que tenia la previsión de almorzar en algún restaurante, ante la imposibilidad de hacerlo en su casa.

Mis planes eran distintos, pues en la mía, y en las bolsas que portaba tenía suficientes provisiones para hacer distintas comidas durante varios días, aparte de que había comprado pescado fresco para utilizarle hoy como segundo.

La frugal comida se ha visto recompensada con el dulzor de media tableta de turrón suprema con limón, una delicia que ha restado amargor al incidente que se hace habitual en el choque de caracteres. Los coloraos son los nuestros.

Decidir donde almorzar conlleva ir conociendo los sitios que, en demasiadas veces, el ver una aglomeración de público nos puede llevar a engaño. En el primero que estaba atestado, pedimos mesa para dos. Ríanse del la mesa y del espacio que mas parecía propio de jardín de la infancia. Nos recibe en la entrada una gran cacerola cuartelera que guisa unas papas, que llena de olor a cocina la estancia llamada comedor, posiblemente en el día de hoy, demasiado pequeña para el número de clientes que daban cuenta del  menú degustación, servido en plato de cartón y cubierto de plástico.

Para que seguir, dos cervezas y una tapa, son ocho euros, mas uno que se me cae al suelo gris oscuro y  que no acabo de encontrar, total nueve euros. Me resisto a pagar esa cantidad,  y formulo una justa reclamación soportando la mirada de enfado de mi hermano que observa en mi conducta un protagonismo innecesario. No se como me vio la mía el encargado que solo cobro dos con cuarenta por dos sorbos de las cervezas que dejamos en el mostrador.

En el segundo, que tiene todas las mesas ocupadas, la suerte hace que se levanten dos personas y pasamos a ocupar la mesa situada en un lugar oscuro, pues es la oscuridad algo predominante en el restaurante que tiene fama de excelente comida.

Apenas tiene la carta dos platos que me gustaran, teniendo en cuenta mi intolerancia a la lactosa, y lo poquito que me gusta el sabor del pescado (bacalao y atún) y con las dudas de saber que la especialidad es el novillo, (vaya usted a saber) y la hamburguesa de buey (gensanta).

Intento no levantarme, mas sabiendo que llevo el pescado, los filetes de ternera, y la ensalada en la bolsa que he depositado en el suelo. Guillermo, mi hermano pide la comanda, de entrantes croquetas caseras, y berenjenas con salmorejo. Dos copas de rioja, con la parafernalia de mostrar la botella antes de servir.

Llega las berenjenas, no están crujientes pero están buenas, comemos con las manos, pues tiene su dificultad tomarlas con el tenedor. A la tercera, muerdo algo extraño y duro en la boca, ¿que puede ser?, pues un papel del tamaño de media cuartilla perfectamente doblado y cubierto de salmorejo. La camarera me informa que es el que se utiliza para hacer el crujiente, pero que fue a para a mi boca. Llegan las croquetas, ni os podéis imaginar el sabor del primer bocadito que me lleno la boca de un sabor a grasa de vacuno, que tuve que enmascarar con el vino y en  el segundo bocado con el alioli, y por supuesto dejar el plato al completo con la sana intención de apurar  el vino, y no pedir nada mas, solo que tenia que esperar el siguiente plato que, por mi culpa, no disfrutaba mi hermano de aquel trozo de presa con piñones y plátano frito, una patata en gajo y tres trozos de hoja de escarola sobre el trozo de una lasca rustica pizarra ennegrecida.

No me levanto, permanezco frente a el,  que está comiendo precipitadamente, pero con todo el deseo de marcharme de un lugar que ni me han pedido disculpas por el papel, ni me han preguntado por que dejo las croquetas.

Guillermo dice que no soy feliz, que me tenía que haber callado y discretamente haber retirado el papel y seguir comiendo, y que las croquetas sabían a caldo del puchero, según su paladar, pero sin duda puchero rancio, pero que incluso solo tomó una, después de varios sorbos del rioja, que volvieron a llenar su copa con la misma parafernalia.

Decididamente para los coloraos, que son los nuestro, mi punto, que según pudo observar, fue que tenia a las cuatro mesa pendiente de mi actitud, y no tuvo mas que reprocharme a la salida que no me hubiera comido el papel, y soportado el desagradable sabor de grasa de vaca enranciada de una croquetas, que lo mismo pone en la carta que eran de buey (alta maduración).

En silencio caminamos para no agravar la tensión que se ha generado entre coloraos, y es que a veces pienso que debería de comerme los papeles en lugar de escribir en ellos y así mi ironía sea entendida como algo agradable aunque durante mucho tiempo fue algo que llenaba de amargor no solo la boca, como las croquetas y el papel. En definitiva ser feliz.

¿Qué si tiene esto algo que ver con lo de la puerta?

Sevilla a 4 de Enero de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

viernes, 3 de enero de 2014

Cuenta cuentos
 
A la princesa de cuento azul, de las cuentas rosas, le han dicho que diga  lo que caperucita le dijo al lobo cuando este, metido en la cama de la abuelita, intentaba, haciéndose pasar por la ancianita, engañar a la criaturita: “Abuelita, abuelita, que boca mas grande tiene”.
Pero eso era en el “cuento del lobo” y sus “cuentas”, algo que ahora está fuera de contexto, pues fueron cuentas de otro cuento.
Este es el cuento de las cuentas rosas, cuyas cifras siempre estaban bailando rock and roll, en la plaza del pueblo, aunque no tuviera música, y que por más que se quisiera nadie podía saber cual era la cantidad exacta.
 Pero sucedió que debió de ser por viejo, como el diablo, que cuando abrió la boca, dejó claro que la cantidad superaba a la ficción, y el tiempo, al deseo, pues como es bien sabido, no es baladí, según el, que a sus años, cifras y letras sean algo que puedan confundirle, y, como no es de recibo que en su agnosticismo suceda ningun milagro, que no por imposible le sucede a lo de la Encarnación, lo que le sucede, que esta de siempre es misterio, y para nada cuento.
Parece, mas razonable, que por lo de viejo, no le cacen los nuevos números del cuento, causa suficiente para que con su boca grande, de “lobo viejo” expresa en voz alta y, sin que tenga la prueba empírica, ni tan siquiera la del nueve, cuando con la del tres le basta,  y puede afirmar con rotundidez,( “abuelito, que voz mas ronca tienes”) que  los números de las cuentas nuevas son distintos a los ciertos, ( aunque el cuento está en querer estar en el error, sabiéndose estar en las cuentas ciertas).
El cuenta cuento aun no ha dicho la ultima palabra en esto que, aunque le corresponde, tiene a la princesa del cuento azul, de los números rosas, y al “rey” de los números rojos, y si el cuento dura, en la recamar la madrastra le preguntará al espejo, “espejo, espejo, no me mandes tan lejos, dime, tu que no sabes nada, si las cuentas son de copas en la barra americana, si el oro es de medalla, y si el basto lo cuenta así, porque ya no cuenta nada,¿ a quien le cuento mi cuentas? ¡Mi reino!,  por una manzana, a ser posible reineta, que encarnada y envenenada pega menos que las setas, las bien pagadas.
Podía haber preguntado la madrastra al espejo otra cosa, tal vez las cuentas de las setas, o el antídoto de su veneno, y si quería cambiar su reino, mejor que por un caballo, con la carrera empezada, lo suyo seria que el espejo le dijera, antes de partirlo en mil pedazos, como en el cuento, que una espada es poca espada,  y para aclarar las cuentas estas que vienen mal dadas, lo mejor será que, si el dinero le faltara, saber si se darán de nuevo “las tablas”, o todo es puro cuento.
Sevilla a 30 de Julio de 2010
Francisco Rodriguez

jueves, 2 de enero de 2014




 
Empezamos 

El segundo día siempre es el primero. Ni que decir que al salir gris, tal como si hubiera resultado espléndido, el silencio se había apoderado de la calle, y en la desértica, donde pacientemente aguardaba la llegada del público, era decepcionante que  el primer paseante lo hizo cuando llevábamos tres horas expectante de la ansiada llegada de los posibles clientes, pero que lamentablemente no pasaba un alma. ¡Esa puerta!
 
Suena el teléfono y el primer cliente hace el pedido para debutar en este año del caballito de madera. Año en el que al  desayunar tuvo noticias sobre hacemoslosimposible, cosas de dinero. Todo se hace posible con dinero. He llegado a pensar que lo mismo para cumplir la Ley también haga falta, lo cual debe de ser un mal pensamiento.

La venta ha comenzado tranquila, poco a poco,  tan imperceptible que casi diría que siendo tan baja no se alcanzará la cifra prevista, y evidentemente la venta no es como un presupuesto que realizado a la baja, siempre, ya sea tarde o temprano le aparecerán las modificaciones al alza.

Suena de nuevo el teléfono, es la emisora de radio que quiere conocer la opinión que puedo tener acerca de las ventas. Ni me explico como pueden interesarse por la que llego a expresar desde este lugar que, siendo un error garrafal, no deja de ser un sitio tan anticomercial, que no se llega a entender como no se le aplican las mejoras posibles, para hacer lo imposible por conseguir ventas que por el momento no se consiguen. Aun, dicen, se busca a la responsabilidad y sus palmeros.

Atiendo a unos turistas y escucho la ronca voz  al pasar, de un hombre de edad, va acompañado posiblemente de una mujer que pueda ser su señora. Su atuendo y su aspecto le hacen parecer provinciano, pero desde luego demostró ser un individuo inteligente, cuando espetó  la rotunda frase, ¡Hay que ser tan tonto, como que no pusieron aquí una puerta!

Avanza el día, y la ausencia de clientes ha permitido ir realizando tareas que teníamos atrasada. Un buen augurio me llega en esta primera mañana en la que viene a visitarme Matilde, hacia nueve años desde que por última vez fui a su casa en "Los Pajaritos". Eso era cuando la vaca loca me hizo por un lustro, cobrador de muertos.

Ni que decir tiene que era otro tiempo, donde bastaba empujar la puerta para entrar y tomar un cafelito en casa de Matilde, pues en la confianza de entonces tenia la puerta abierta, se diría que a todo el mundo. Hoy para entrar en esta de la Encarnación ha tenido que dar una amplia vuelta, y venir acompañada, pues le hubiera costado encontrarme en este laberinto. En casa de Matilde siempre que iba estaba preparado el café.

Hace nueve años que pasaron rápido, tanto, que me ha dicho que me encuentra igual, tal vez mejor, me ha ratificado, pero la verdad es que nueve años no pasan en balde para nadie, y pasan para todos, incluso para la puerta de esa casa pintada en gris clarito, que ahora se cierra, y en la que  cada mes pasaba con solo empujarla para tomar un café con la excusa de cobrar un recibo.

Hoy, siendo el segundo, este primer día, me ha traído buenas vibraciones, solo por recordar aquel difícil tiempo del que pude salir, cuando empezaba el siglo.

Sevilla a 2 de Enero de 2014

Francisco Rodríguez Estévez