La puerta falsa
Si aun no vino a ver lo de la Encarnación, no puede hacerse la idea de lo falsa que es la fachada de madera que le pusieron a la “provisional” puerta de entrada. Cuesta explicar, para que se entienda que la puerta existente es una puerta falsa, algo provisional, dijeron efímero, (ya saben), que siendo calle, (peatonal, por cierto) le hicieron un decorado inaugural, a modo de entrada, solo para que coincidiera con los soportes publicitarios, encargados con anterioridad, y que por supuesto en nada se parece este fachadismo de mentira, con lo que el arquitecto alemán Jurgen Mayer diseñó para el mundialmente conocido Metropol-Parasol de la Encarnación..
No será fácil tampoco encontrar las bondades, dentro del espacio llamado mercado, pues en la amarillez de los fenólicos, las condensaciones por la falta de ventilación no solo afectan en los cristales que rezuman el agua cuando la humedad se deja sentir en el exterior, también las canalizaciones de desagües actúan con mínimas pendientes embalsando las residuales de forma no deseada.
En el interior del vientre, vaso de la historia, aun se desconoce si el tesoro de la carambola de encontrar en las entrañas la Hispalis llegara esta Primavera a poder ser visto, y en el onfalo anticomercial, la oscuridad hace tener que duplicar los focos con costosas luminarias, para que el contador de la empresa energética siga dando vueltas, mientras las fotovoltaicas se hace silencio, silencio en la plaza.
En el nivel 1, botellodromo, vomitorio, mingitorio y letrina, y en las triple escalera de porritos y litronas, junto con la rampa skateboard, gymkhana, trial, tiene unas previsiones de recogida de residuos sólidos y cuadrilla de baldeo y limpieza que se triplicaran los fines de semanas y los días de eventos.
En la Encarnita travestida, los inicios de manifestaciones organizaran el reparto de octavillas y consignas, y formaran la cabeza con el despliegue de las pancartas a la sombra del parasol seis, el que contamina la fuente que era del mercado, el champiñon de Puente y Pellon, rebautizado como Seta Pellon, una vez que el costoso “puente”, como todos sabemos, ha quedado inutilizado.
Por la puerta falsa, lo mismo que se entra, (en lo de la Encarnación) se sale. Pero eso sucede cuando es puerta, pues veremos como se sale de esta que, por lo que da en la nariz, tiene sus dificultades que salgan, a menos que coloquen los extractores que también como las fotovoltaica se han olvidado y cuando menos, esperar a que se retire la puerta falsa para poder entrar, y salir, bajo la seta del Poniente, que ya es ponerse a hacer cabalas.
Sevilla a 25 de Enero de 2011
Francisco Rodriguez Estevez
martes, 25 de enero de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
Bautizo de setas
La tontería
Todo parece indicar que lo de la Encarnación permanecerá mientras dure la madera. Será un tiempo por definir, que hace pensar que puede ser breve cuando, por el elevadísimo costo en su conservación, cabe la posibilidad de que algunos años se queden sin presupuesto municipal de mantenimiento, lo cual aceleraría la finalización del proceso vital de las laminas de maderas expuesta a los rigores climáticos, a los ataques xilófagos, y a la desconocida respuesta del pegamento empleado, junto a la oxidación de los pernos metálicos, entre otros factores que, como la pudrición, las filtraciones del poliéster, el ensamble de cremallera, y el anidamiento de las palomas conducirán irremisiblemente al deterioro del micologico puzzle.
En las apuestas que se hacen sobre que durara mas si los placeros en el mercado amarillo, o la madera de los parasoles, no hay color, lo que mas durara en lo de la Encarnación es la llegada del metro a la estación “Metropol”, eso si que va a durar, se habla de hasta dos provisionalidades. (Provisionalidad: Dícese del periodo de de tiempo que se llevaron los pobrecitos placeros en el reducto franquista, hasta que a la fuerza fueron sacados y conducidos al lugar inaugural, de un proyecto imposible, e inacabado, y cuya duración se cifra en 37 años, 2 meses y 19 días, mas 9 de los bisiestos, que hacen un total de 13.576 días)
Ahora la tontería está, una vez que la cosa no tiene remedio, ni solución, que es lo que se dice de la muerte, en algo tan difícil como puede ser nada menos que en no perder la esperanza, por mas que tuvo que ser el día en el que pasó aquello, precisamente, para que no se nos olvide nunca lo ocurrido, y esperar que de una vez por todas se coloque toda la madera que haga falta para que los parasoles puedan ser bautizados como Dios manda, y lo mismo el uno es Norte, como la puerta del antiguo mercado, que por distinto pueda ser seta Regina, como quiere el padrino que se llame, pues no es lo mismo ser el padre de la setas, alemán de toda la vida, que ser hijo de zeta, por muy putativo que se quiera.
El Parasol Dos, Seta de Poniente, Parasol Ceres, por aquello de poder colocar, en la pieza de nueva creación a la que se puede definir como “ arrinconada embolsadura” de poniente, nada menos que a la estatua de Vasallo, antes de que se convierta en basurero, al que su padrino ha propuesto, que tontería, seta Gestoso (ni me imagino a Don José, patrimonialista de toda la vida, consintiendo semejante cosa), para que finalmente pudiera el vulgo llamarla de los urinarios, que de siempre los hubo, de la Venera, por la almeja, o de Neptuno, por la puerta del antiguo mercado, y si tiramos de historia podría rotularse “del perro”, que así se llamaba la calle en los tiempos de Olavide.
Y al Parasol tres, seta alcázares, parasol del Coliseo, seta de cemento, parasol de Levante, parasol de sombras invernales, parasol que conduce al nivel 2 de la panorámica, antes terraza de eventos, y seguro botellodromo, y de allí, directo al balcón, antes mirador social, antes nube, antes que colocar las obligatorias células fotovoltaicas para la sostenibilidad.
Al parasol cuatro, seta Laraña, la raña, la ra ña, con stipe, soldado y umbrela, con fuste de hormigón, pero sin parada de metro-centro, caso digno de abogado de tal calibre que pudo cambiar por sus meritos en el derecho a la calle de la Compañía de Jesús.
Parasol cinco, seta de imagen, a imagen y semejanza, como la tontería, esta tenia que aguantar el paso de la gente, puente de plata para los enemigos de la modernidad y el papanatismo, contaminante descrito en la Ley de Patrimonio de Andalucía, abortada boca de metro, del perimetral aparcamiento, puerta de Oriente, Encarnación, puerta Osario, Nervion, de estrecha imagen por la que el tranvía llegaba, seta del tranvía, parasol de la rampa.
Parasol seis, seta de Pellon, de “puente”, de desacertado, intruso de la plaza, la de la Encarnita, plaza creada con el primer ataque a la plaza que los franceses abandonaron cuando se enteraron de que la Pepa se había levantado en Cádiz, mientras la Carmen se acostaba en Sevilla con mas de un gabacho. Seta hija de zeta, con ese de Sevilla. Seta de Dados, ¡a jugar!, seta de bromas. Lo dicho, por el momento lo de la Encarnación no deja de ser eso. Y lo demás es tontería.
Francisco Rodriguez
Sevilla a 23 de Enero de 2011
Todo parece indicar que lo de la Encarnación permanecerá mientras dure la madera. Será un tiempo por definir, que hace pensar que puede ser breve cuando, por el elevadísimo costo en su conservación, cabe la posibilidad de que algunos años se queden sin presupuesto municipal de mantenimiento, lo cual aceleraría la finalización del proceso vital de las laminas de maderas expuesta a los rigores climáticos, a los ataques xilófagos, y a la desconocida respuesta del pegamento empleado, junto a la oxidación de los pernos metálicos, entre otros factores que, como la pudrición, las filtraciones del poliéster, el ensamble de cremallera, y el anidamiento de las palomas conducirán irremisiblemente al deterioro del micologico puzzle.
En las apuestas que se hacen sobre que durara mas si los placeros en el mercado amarillo, o la madera de los parasoles, no hay color, lo que mas durara en lo de la Encarnación es la llegada del metro a la estación “Metropol”, eso si que va a durar, se habla de hasta dos provisionalidades. (Provisionalidad: Dícese del periodo de de tiempo que se llevaron los pobrecitos placeros en el reducto franquista, hasta que a la fuerza fueron sacados y conducidos al lugar inaugural, de un proyecto imposible, e inacabado, y cuya duración se cifra en 37 años, 2 meses y 19 días, mas 9 de los bisiestos, que hacen un total de 13.576 días)
Ahora la tontería está, una vez que la cosa no tiene remedio, ni solución, que es lo que se dice de la muerte, en algo tan difícil como puede ser nada menos que en no perder la esperanza, por mas que tuvo que ser el día en el que pasó aquello, precisamente, para que no se nos olvide nunca lo ocurrido, y esperar que de una vez por todas se coloque toda la madera que haga falta para que los parasoles puedan ser bautizados como Dios manda, y lo mismo el uno es Norte, como la puerta del antiguo mercado, que por distinto pueda ser seta Regina, como quiere el padrino que se llame, pues no es lo mismo ser el padre de la setas, alemán de toda la vida, que ser hijo de zeta, por muy putativo que se quiera.
El Parasol Dos, Seta de Poniente, Parasol Ceres, por aquello de poder colocar, en la pieza de nueva creación a la que se puede definir como “ arrinconada embolsadura” de poniente, nada menos que a la estatua de Vasallo, antes de que se convierta en basurero, al que su padrino ha propuesto, que tontería, seta Gestoso (ni me imagino a Don José, patrimonialista de toda la vida, consintiendo semejante cosa), para que finalmente pudiera el vulgo llamarla de los urinarios, que de siempre los hubo, de la Venera, por la almeja, o de Neptuno, por la puerta del antiguo mercado, y si tiramos de historia podría rotularse “del perro”, que así se llamaba la calle en los tiempos de Olavide.
Y al Parasol tres, seta alcázares, parasol del Coliseo, seta de cemento, parasol de Levante, parasol de sombras invernales, parasol que conduce al nivel 2 de la panorámica, antes terraza de eventos, y seguro botellodromo, y de allí, directo al balcón, antes mirador social, antes nube, antes que colocar las obligatorias células fotovoltaicas para la sostenibilidad.
Al parasol cuatro, seta Laraña, la raña, la ra ña, con stipe, soldado y umbrela, con fuste de hormigón, pero sin parada de metro-centro, caso digno de abogado de tal calibre que pudo cambiar por sus meritos en el derecho a la calle de la Compañía de Jesús.
Parasol cinco, seta de imagen, a imagen y semejanza, como la tontería, esta tenia que aguantar el paso de la gente, puente de plata para los enemigos de la modernidad y el papanatismo, contaminante descrito en la Ley de Patrimonio de Andalucía, abortada boca de metro, del perimetral aparcamiento, puerta de Oriente, Encarnación, puerta Osario, Nervion, de estrecha imagen por la que el tranvía llegaba, seta del tranvía, parasol de la rampa.
Parasol seis, seta de Pellon, de “puente”, de desacertado, intruso de la plaza, la de la Encarnita, plaza creada con el primer ataque a la plaza que los franceses abandonaron cuando se enteraron de que la Pepa se había levantado en Cádiz, mientras la Carmen se acostaba en Sevilla con mas de un gabacho. Seta hija de zeta, con ese de Sevilla. Seta de Dados, ¡a jugar!, seta de bromas. Lo dicho, por el momento lo de la Encarnación no deja de ser eso. Y lo demás es tontería.
Francisco Rodriguez
Sevilla a 23 de Enero de 2011
miércoles, 19 de enero de 2011
Cuando se acabe (el misterio)
Bajo las setas
El destartalado mercado, que mas tiene parecido a galería, con solo un mes de abrir “su puerta”, ya nos deja apreciar todas sus carencias, pues, una vez pasada la cortísima bulla inicial, la de la novedad, la tranquilidad se ha dejado notar, y el transito y la afluencia se ha vuelto mas que comedida escasa.
Ni que decir tiene que también los gastos, los nuevos, y los de sorpresas, han hecho su aparición, estos con largueza.
Lo cierto es que se acabó el tirón, y toda la amplísima batería de eventos que se tenían preparados para animar el cotarro, y dar a conocer mundialmente este emporio comercial, se nos quedó en la batucada, acompañada por el clamoroso éxito de la “gran pitada” vecinal.
Acto sorpresa, aunque previsible, este que tuvo difusión por sonoro no solo en los medios locales, que por suerte se hicieron eco del acontecimiento, ni que decir tiene que tuvo mas resonancia en el mundo mundial, el despliegue policial, y el despliegue de las pancartas, que el despliegue de la cortinilla que escondía la placa, con nombre y fecha, aunque todos pensaban en la cinta, y en el azulejo.
Con enero vencido nadie sabe la fecha definitiva en la que se pueda afirmar con certeza que lo de la Encarnación esta totalmente acabado, se puede afirmar que ni para cuando las urnas, fecha previsible desde hace muchos años, pero lo mismo, si no vuelven los autobuses a la Encarnación, y si no se suprime la restricción del trafico privado, lo que se acaba no será ni el icono, ni el tiempo rosa, ni mucho menos el “antiquarium”, ni la venta de locales, tampoco el “planetarium”, ni tan siquiera la colocación de las fotovoltaicas para la sostenibilidad, ni la elevación del suelo de poroso y sucio granito, cuando menos para que se corrija la altura de las elevadísimas virinas.
Que les digo, que se puede acabar antes del desconocido final, pues lo mismo terminan haciendo de nuevo los puestos, esta vez con mezcla y ladrillos, cansados de no acabar nunca de repegar los paneles de formica amarilla. Lo mismo acontece que, incluso puede ser que algún die llegue el metro centro sin catenarias hasta la Encarnación, y puede ser que hasta la azotea-botellodromo acabe convertida en “burgerland” con sus palacios de las tortas de carnes. Carnes de la Encarnación.
Y las escaleras, la cripta, y el revestimiento, como tres necesidades de lo de la Encarnación puede ser, vomitorio, mingitorio y letrina, antes que incluso, si en breve, apenas le colocaran unos banquitos, y distribuyan los diarios gratuitos en “la puerta”, que aquello pueda pasar a ser el verdadero paraíso del jubilado, como zona de paseo integrados en la ruta de la tercera edad-
Pero lo mismo, si la grafica comercial sigue en vertiginoso descenso que acaba de tomar, ¿quien dice que lo de la sostenibilidad en lo de la Encarnación no deja de ser el misterio de toda la vida?, y empieza a parecer que todo aquello se haga milagro, especialmente el de como llegar a la inauguración. Lo cual si que será todo un misterio.
Sevilla a 19 de Enero de 2011
Francisco Rodriguez Estevez
El destartalado mercado, que mas tiene parecido a galería, con solo un mes de abrir “su puerta”, ya nos deja apreciar todas sus carencias, pues, una vez pasada la cortísima bulla inicial, la de la novedad, la tranquilidad se ha dejado notar, y el transito y la afluencia se ha vuelto mas que comedida escasa.
Ni que decir tiene que también los gastos, los nuevos, y los de sorpresas, han hecho su aparición, estos con largueza.
Lo cierto es que se acabó el tirón, y toda la amplísima batería de eventos que se tenían preparados para animar el cotarro, y dar a conocer mundialmente este emporio comercial, se nos quedó en la batucada, acompañada por el clamoroso éxito de la “gran pitada” vecinal.
Acto sorpresa, aunque previsible, este que tuvo difusión por sonoro no solo en los medios locales, que por suerte se hicieron eco del acontecimiento, ni que decir tiene que tuvo mas resonancia en el mundo mundial, el despliegue policial, y el despliegue de las pancartas, que el despliegue de la cortinilla que escondía la placa, con nombre y fecha, aunque todos pensaban en la cinta, y en el azulejo.
Con enero vencido nadie sabe la fecha definitiva en la que se pueda afirmar con certeza que lo de la Encarnación esta totalmente acabado, se puede afirmar que ni para cuando las urnas, fecha previsible desde hace muchos años, pero lo mismo, si no vuelven los autobuses a la Encarnación, y si no se suprime la restricción del trafico privado, lo que se acaba no será ni el icono, ni el tiempo rosa, ni mucho menos el “antiquarium”, ni la venta de locales, tampoco el “planetarium”, ni tan siquiera la colocación de las fotovoltaicas para la sostenibilidad, ni la elevación del suelo de poroso y sucio granito, cuando menos para que se corrija la altura de las elevadísimas virinas.
Que les digo, que se puede acabar antes del desconocido final, pues lo mismo terminan haciendo de nuevo los puestos, esta vez con mezcla y ladrillos, cansados de no acabar nunca de repegar los paneles de formica amarilla. Lo mismo acontece que, incluso puede ser que algún die llegue el metro centro sin catenarias hasta la Encarnación, y puede ser que hasta la azotea-botellodromo acabe convertida en “burgerland” con sus palacios de las tortas de carnes. Carnes de la Encarnación.
Y las escaleras, la cripta, y el revestimiento, como tres necesidades de lo de la Encarnación puede ser, vomitorio, mingitorio y letrina, antes que incluso, si en breve, apenas le colocaran unos banquitos, y distribuyan los diarios gratuitos en “la puerta”, que aquello pueda pasar a ser el verdadero paraíso del jubilado, como zona de paseo integrados en la ruta de la tercera edad-
Pero lo mismo, si la grafica comercial sigue en vertiginoso descenso que acaba de tomar, ¿quien dice que lo de la sostenibilidad en lo de la Encarnación no deja de ser el misterio de toda la vida?, y empieza a parecer que todo aquello se haga milagro, especialmente el de como llegar a la inauguración. Lo cual si que será todo un misterio.
Sevilla a 19 de Enero de 2011
Francisco Rodriguez Estevez
domingo, 16 de enero de 2011
Salió con barbas
Cosas de la plaza
El sencillo reglamento, con menos años que la provisionalidad, tuvo que ser sustituido por una farragosa ordenanza cuando la aplicación de aquel nunca se puso en práctica. Cosa de las setas. Cosas de la plaza.
Reglamento para aplicar el escaso sentido común. Ordenanza para poder justificar la existencia del ordenante, del ordenado, del subordinado, del disciplinante, del disciplinado, del agente, y del agenciado. Mucha gente. Demasiados.
En Triana se monta un pollo por aquello de un quítame de aquí esas cajas. Cajas, cajones de maderas y envases perdidos que, por sentido común, deben de estar recogidos, sin tener que hacer uso de reglamento. Mas que nada, por esa cosa de las disposiciones de lo dispuesto, intervención en lo intervenido, ¡pónganse de acuerdo! en las cosas de vecinos, que nunca la autoridad, ni aun llegando la sangre al río, tiene nada que objetar, si lo que es de todo, es de ninguno.
Bajo las setas, ya nada hay que montar. Si acaso, los alemanes pegaran por arriba, por donde se le ven los collares de perlas finas, toda las tablas que falta por llegar y que mostraran al personal la madera de la cara, que no se pueden hacer una idea de la cara, y la palabra dada, palabra de honor, de madera, que aquello se acabará en cuantito se acabe el dinero, pero siendo palabra de “Rey”, la que se encuentra empeñada,¡que se muden los placeros¡ y a la orden pergeñada!, bajo la setas se fueron con la ordenanza cambiada, pues donde ponía cinco metros, se olvidaron la medida de reglamento, como las fotovoltaicas, y eso no será lo peor, ya que al subarriendo, mas IVA, le vienen los flecos de las duras negociaciones, a las que no se puso precio a la media vida dejada por los placeros.
Por suerte la virtud de no dar, se confabuló con la tristeza de los verduleros, y en la mesa oficial, quedó muestra de cuanta vida se expuso en el empeño para reducir los costos conocidos y los que había que conocer..
La mala suerte quiso que aparecieran nuevos gastos, y lo mismo, en poco tiempo ni se monta un pollo por “quítame de momento esas cajas”. Cosas de la plaza, pues bajo las setas se dispondrá además del cuarto de envases, cuarto frío para las basuras, y cuartos obligatorios, y diferenciados, según la ordenanza, para vestuarios, y para aseos de ambos sexo, cuarto de contadores, cuarto de maquinas, para que todos los cuartos puedan ser convertidos en cuarto de guardar inservibles cajas, los cajones de maderas, y todos los inútiles envases perdidos, pues lo mismo que se olvidaron los metros en la ordenanza, también se olvidaron el cuarto de la dirección, por lo cual las cajas de maderas pueden colocarse en cualquier sitio, sin temor a montar el pollo de Triana, a nada que empiecen, como en Triana, a cerrar puestos.
Pues en lugar de tanta ordenanza intervencionista, lo mismo seria mejor que estuviera permanentemente un director que sepa en lugar de tanta ordenanza, cuando menos, el funcionamiento de la plaza de abastos de toda la vida.
La cosa es que por esta vez, lo de Triana, se ha ido de las manos, lo cual era previsible, es lo que tiene no saber estar a la “altura de Sevilla”, Bajo las setas no pasara nunca nada, pero no piensen que es por la disciplinada aplicación de la nueva ordenanza, ni lo piensen, lo que ocurre es que bajo las setas, de aquí a nada, se dispondrá de sitios de sobra. Y directores, y direcciones, y directorios, y dirigentes, y dirigidos, y dirigibles e incluso directo al grano.
Sevilla a 16 de Enero de 2011
(Salió con barba, San Anton)
Francisco Rodriguez Estevez
El sencillo reglamento, con menos años que la provisionalidad, tuvo que ser sustituido por una farragosa ordenanza cuando la aplicación de aquel nunca se puso en práctica. Cosa de las setas. Cosas de la plaza.
Reglamento para aplicar el escaso sentido común. Ordenanza para poder justificar la existencia del ordenante, del ordenado, del subordinado, del disciplinante, del disciplinado, del agente, y del agenciado. Mucha gente. Demasiados.
En Triana se monta un pollo por aquello de un quítame de aquí esas cajas. Cajas, cajones de maderas y envases perdidos que, por sentido común, deben de estar recogidos, sin tener que hacer uso de reglamento. Mas que nada, por esa cosa de las disposiciones de lo dispuesto, intervención en lo intervenido, ¡pónganse de acuerdo! en las cosas de vecinos, que nunca la autoridad, ni aun llegando la sangre al río, tiene nada que objetar, si lo que es de todo, es de ninguno.
Bajo las setas, ya nada hay que montar. Si acaso, los alemanes pegaran por arriba, por donde se le ven los collares de perlas finas, toda las tablas que falta por llegar y que mostraran al personal la madera de la cara, que no se pueden hacer una idea de la cara, y la palabra dada, palabra de honor, de madera, que aquello se acabará en cuantito se acabe el dinero, pero siendo palabra de “Rey”, la que se encuentra empeñada,¡que se muden los placeros¡ y a la orden pergeñada!, bajo la setas se fueron con la ordenanza cambiada, pues donde ponía cinco metros, se olvidaron la medida de reglamento, como las fotovoltaicas, y eso no será lo peor, ya que al subarriendo, mas IVA, le vienen los flecos de las duras negociaciones, a las que no se puso precio a la media vida dejada por los placeros.
Por suerte la virtud de no dar, se confabuló con la tristeza de los verduleros, y en la mesa oficial, quedó muestra de cuanta vida se expuso en el empeño para reducir los costos conocidos y los que había que conocer..
La mala suerte quiso que aparecieran nuevos gastos, y lo mismo, en poco tiempo ni se monta un pollo por “quítame de momento esas cajas”. Cosas de la plaza, pues bajo las setas se dispondrá además del cuarto de envases, cuarto frío para las basuras, y cuartos obligatorios, y diferenciados, según la ordenanza, para vestuarios, y para aseos de ambos sexo, cuarto de contadores, cuarto de maquinas, para que todos los cuartos puedan ser convertidos en cuarto de guardar inservibles cajas, los cajones de maderas, y todos los inútiles envases perdidos, pues lo mismo que se olvidaron los metros en la ordenanza, también se olvidaron el cuarto de la dirección, por lo cual las cajas de maderas pueden colocarse en cualquier sitio, sin temor a montar el pollo de Triana, a nada que empiecen, como en Triana, a cerrar puestos.
Pues en lugar de tanta ordenanza intervencionista, lo mismo seria mejor que estuviera permanentemente un director que sepa en lugar de tanta ordenanza, cuando menos, el funcionamiento de la plaza de abastos de toda la vida.
La cosa es que por esta vez, lo de Triana, se ha ido de las manos, lo cual era previsible, es lo que tiene no saber estar a la “altura de Sevilla”, Bajo las setas no pasara nunca nada, pero no piensen que es por la disciplinada aplicación de la nueva ordenanza, ni lo piensen, lo que ocurre es que bajo las setas, de aquí a nada, se dispondrá de sitios de sobra. Y directores, y direcciones, y directorios, y dirigentes, y dirigidos, y dirigibles e incluso directo al grano.
Sevilla a 16 de Enero de 2011
(Salió con barba, San Anton)
Francisco Rodriguez Estevez
viernes, 14 de enero de 2011
Con M de "maestro", (como Marcos)
Plaza de la Encarnación, bajo las sombras.
Desde las rejas de la ventana de forja más de un siglo de fragua filtra los sonidos de una petenera en la voz de Pastora María Pavón Cruz, la Niña de los Peines. "Quisiera yo renegar de este mundo por entero, volver de nuevo a habitar ¡mare de mi corazón! Volver de nuevo a habitar, por ver si en un mundo nuevo encontrara más verdad"
A mi espalda voy dejando millones de kilos de acero, de hormigón y de madera putrefacta. Son los níscalos gigantes de la Encarnación. La Plaza desprende olor de insulto a la ciudad y a los habitantes de los campos de concentración antiguos y modernos del extrarradio.
Los andamios darán paso a los farolillos y trajes de faralaes cuando los virreyes vayan a ser renovados. Durante siglos la historia del alma de la polis se ha ido batiendo en un juego de vencedores y vencidos entre los que destruyen y los que deconstruyen, los hijos del bien y los hijos del mal.
El final de esta Plaza emblemática siempre será incierto. Tal vez el poeta irlandés William Butler Yeats, de vivir, sabría de lo esotérico del lugar. En eso los profanos no podemos entrar. En todo caso un desasosiego me recorre el interior cuando a la sombra de las setas paso. Es un sitio en la ciudad donde las penumbras han encontrado Templo.
Los invasores de la urbe han horadado la dermis de la Encarnación y de las calles adyacentes, la han convertido en un Frankenstein neoglobal en manos de los mercaderes, que no de los placeros que todavía mantienen vivo el sueño del mercado. Son tiempos de sombras y la ciudad los vive.
Marcos González Sedano
Desde las rejas de la ventana de forja más de un siglo de fragua filtra los sonidos de una petenera en la voz de Pastora María Pavón Cruz, la Niña de los Peines. "Quisiera yo renegar de este mundo por entero, volver de nuevo a habitar ¡mare de mi corazón! Volver de nuevo a habitar, por ver si en un mundo nuevo encontrara más verdad"
A mi espalda voy dejando millones de kilos de acero, de hormigón y de madera putrefacta. Son los níscalos gigantes de la Encarnación. La Plaza desprende olor de insulto a la ciudad y a los habitantes de los campos de concentración antiguos y modernos del extrarradio.
Los andamios darán paso a los farolillos y trajes de faralaes cuando los virreyes vayan a ser renovados. Durante siglos la historia del alma de la polis se ha ido batiendo en un juego de vencedores y vencidos entre los que destruyen y los que deconstruyen, los hijos del bien y los hijos del mal.
El final de esta Plaza emblemática siempre será incierto. Tal vez el poeta irlandés William Butler Yeats, de vivir, sabría de lo esotérico del lugar. En eso los profanos no podemos entrar. En todo caso un desasosiego me recorre el interior cuando a la sombra de las setas paso. Es un sitio en la ciudad donde las penumbras han encontrado Templo.
Los invasores de la urbe han horadado la dermis de la Encarnación y de las calles adyacentes, la han convertido en un Frankenstein neoglobal en manos de los mercaderes, que no de los placeros que todavía mantienen vivo el sueño del mercado. Son tiempos de sombras y la ciudad los vive.
Marcos González Sedano
martes, 11 de enero de 2011
NOtecresquelodelaencarnacioseacosaquesehayaacabaDO
El logotipo
Lo de la Encarnación tuvo su libro. Una edicion limitada, especial para coleccionistas y bibliófilos, publicada en abril del pasado año, daba sobrada cuenta de lo que alli acontecía. En su epilogo, un criptograma utilizaba la madeja de los lios, ese ocho al que antecede “no” dice significar que no madeja, y si para colmo acaba en do, como acabado, terminado, concluido, finiquitado, demorado, inaugurado, aplazado, e incluso entregado, municipalizado, pues lo mismo se entiende que por nada del mundo se podia dejar aquello sin inaugurar.
Pero en esta ocasión, la madeja que estaba realizada con letras, que retorciéndose una y otra ves dejaban leer como si de la filacteria del nuevo lema se tratara nada menos que ¡NOtecreasquelodelaencarnacionseacosaquesehayaacabaDO!, y mira por donde, que desde que se puso la placa en la puerta mas falsa del llamado mercado, con letrero de plaza de abastos, lo mismo no paran de salir en los papeles esta historia interminable, de tal suerte que lo mismo, hasta que hace falta una nueva maleta para guardar todo su misterio, pues como todos sabeis, es algo que nunca será revelado, y nadie lograra jamas descifrar cuanto costó aquello.
Vienen de vez en cuando cifras al libre albedrio, sin que se tenga certeza de cual es la que se acerca a la realidad, y lo mismo se tienen informaciones que por dispares van desde los 100 millones, a los 143 millones de euros, que como comprenderan no es moco de pavo ni la una, ni la otra, pero esas cantidades por inexactas, no recogen todas las valoraciones, y de seguro que sobrepasa a la mayor.
En el logotipo de “NOtecreasquelodelaencarnacionseacosaquesehayaacabaDO”, aventuraba que el equipamiento valorado en cuatromillonescuatrocientosmileuros, destinados al mercado de formica, con suelo poroso, mostradores desproporcionados, camaras sin herrajes, luminosidad pobre e inadecuada, tortuosa zona de carga y descarga, fregaderos colocados en el lugar contrario a las tomas de aguas y desagues, elementos inoxidables fácilmente oxidados, viales sin anchura reglamentaria, cierrres de castigos, y fotovoltaicas olvidadas, no era mas que un elemento que pudiera identificar semejante cosa, que probablemente nunca se llegue a acabar, pues cuando esto parezca que suceda, lo mismo hay que estar reparando los desperfectos.
Lo de la Encarnación tuvo su libro. Una edicion limitada, especial para coleccionistas y bibliófilos, publicada en abril del pasado año, daba sobrada cuenta de lo que alli acontecía. En su epilogo, un criptograma utilizaba la madeja de los lios, ese ocho al que antecede “no” dice significar que no madeja, y si para colmo acaba en do, como acabado, terminado, concluido, finiquitado, demorado, inaugurado, aplazado, e incluso entregado, municipalizado, pues lo mismo se entiende que por nada del mundo se podia dejar aquello sin inaugurar.
Pero en esta ocasión, la madeja que estaba realizada con letras, que retorciéndose una y otra ves dejaban leer como si de la filacteria del nuevo lema se tratara nada menos que ¡NOtecreasquelodelaencarnacionseacosaquesehayaacabaDO!, y mira por donde, que desde que se puso la placa en la puerta mas falsa del llamado mercado, con letrero de plaza de abastos, lo mismo no paran de salir en los papeles esta historia interminable, de tal suerte que lo mismo, hasta que hace falta una nueva maleta para guardar todo su misterio, pues como todos sabeis, es algo que nunca será revelado, y nadie lograra jamas descifrar cuanto costó aquello.
Vienen de vez en cuando cifras al libre albedrio, sin que se tenga certeza de cual es la que se acerca a la realidad, y lo mismo se tienen informaciones que por dispares van desde los 100 millones, a los 143 millones de euros, que como comprenderan no es moco de pavo ni la una, ni la otra, pero esas cantidades por inexactas, no recogen todas las valoraciones, y de seguro que sobrepasa a la mayor.
En el logotipo de “NOtecreasquelodelaencarnacionseacosaquesehayaacabaDO”, aventuraba que el equipamiento valorado en cuatromillonescuatrocientosmileuros, destinados al mercado de formica, con suelo poroso, mostradores desproporcionados, camaras sin herrajes, luminosidad pobre e inadecuada, tortuosa zona de carga y descarga, fregaderos colocados en el lugar contrario a las tomas de aguas y desagues, elementos inoxidables fácilmente oxidados, viales sin anchura reglamentaria, cierrres de castigos, y fotovoltaicas olvidadas, no era mas que un elemento que pudiera identificar semejante cosa, que probablemente nunca se llegue a acabar, pues cuando esto parezca que suceda, lo mismo hay que estar reparando los desperfectos.
lunes, 10 de enero de 2011
Tiempo de espera
El tiempo
Una vez inaugurado el llamado mercado, bajo las inacabadas setas del imposible proyecto, aun sin terminar, y en cuyo interior fueron acomodados con urgencias electorales, y consentidas, los pocos comerciantes supervivientes que aun quedaban del pasado mas lejano de una Encarnación hace tiempo inexistente, y que por su escaso numero, tuvieron que ser acompañados, finalmente, por buena parte del reservorio de vendedores que se estuvo concibiendo bajo las chapas a lo largo de todos los años pasados en la eterna provisionalidad, llega por fin el tiempo de espera.
De esperanza, o desesperanza, un tiempo dificil para el diezmado grupo que abandona su pasado pero que,con el cambio en su extraño destino, como que ya no le valen para nada continuar como los sumisos placeros de los recuerdos que quedaron en el olvido, ni los pronósticos, ni los vaticinios de un incierto futuro, ni tampoco las predicciones les pueden hacer mella en absoluto a estos ocupantes de lo nuevo, una vez transformados, a la fuerza, nada menos que en subarrendados de la concesionaria.
Solo el tiempo decidirá que suerte puede deparar la caprichosa fortuna a cuantos bajo la sombra del parasol inician una nueva aventura comercail, algo nada fácil de realizar en el mas caprichoso de los espacios que, por deforme, permanecerá en cuarentena bastante mas tiempo del previsto, antes de que se le puedan advertir las bondades que, de existir, por el momento pasan inadvertidas.
El destino les convirtió en subarrendatarios de la concesionarias de lo de la Encarnación, a estos que antes de placeros, tambien fueron vendedores, cooperativistas, comerciantes, e incluso algunos se consideraron industriales, por lo que, ante lo nuevo, están convencidos del que el progreso esta en el cambio llevado a cabo, por mas que no sea este un pensamiento actual,(que es frase atribuida a Miguel de Unamuno), pero poco se puede progresar cuando los costos se triplican, y los ingresos no alcanzan a cubrirlos.
Por el momento han cambiado, ahora solo hay que esperar al tiempo, ese que llega siempre, para saber si el progreso les llegara pronto, mejor que tarde, y se aleja de una vez el temor que puede producir, por las consecuencias, una indeseada demora.
Sevilla a 10 de Enero de 2011
Francisco Rodriguez Estevez
Una vez inaugurado el llamado mercado, bajo las inacabadas setas del imposible proyecto, aun sin terminar, y en cuyo interior fueron acomodados con urgencias electorales, y consentidas, los pocos comerciantes supervivientes que aun quedaban del pasado mas lejano de una Encarnación hace tiempo inexistente, y que por su escaso numero, tuvieron que ser acompañados, finalmente, por buena parte del reservorio de vendedores que se estuvo concibiendo bajo las chapas a lo largo de todos los años pasados en la eterna provisionalidad, llega por fin el tiempo de espera.
De esperanza, o desesperanza, un tiempo dificil para el diezmado grupo que abandona su pasado pero que,con el cambio en su extraño destino, como que ya no le valen para nada continuar como los sumisos placeros de los recuerdos que quedaron en el olvido, ni los pronósticos, ni los vaticinios de un incierto futuro, ni tampoco las predicciones les pueden hacer mella en absoluto a estos ocupantes de lo nuevo, una vez transformados, a la fuerza, nada menos que en subarrendados de la concesionaria.
Solo el tiempo decidirá que suerte puede deparar la caprichosa fortuna a cuantos bajo la sombra del parasol inician una nueva aventura comercail, algo nada fácil de realizar en el mas caprichoso de los espacios que, por deforme, permanecerá en cuarentena bastante mas tiempo del previsto, antes de que se le puedan advertir las bondades que, de existir, por el momento pasan inadvertidas.
El destino les convirtió en subarrendatarios de la concesionarias de lo de la Encarnación, a estos que antes de placeros, tambien fueron vendedores, cooperativistas, comerciantes, e incluso algunos se consideraron industriales, por lo que, ante lo nuevo, están convencidos del que el progreso esta en el cambio llevado a cabo, por mas que no sea este un pensamiento actual,(que es frase atribuida a Miguel de Unamuno), pero poco se puede progresar cuando los costos se triplican, y los ingresos no alcanzan a cubrirlos.
Por el momento han cambiado, ahora solo hay que esperar al tiempo, ese que llega siempre, para saber si el progreso les llegara pronto, mejor que tarde, y se aleja de una vez el temor que puede producir, por las consecuencias, una indeseada demora.
Sevilla a 10 de Enero de 2011
Francisco Rodriguez Estevez
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