Dos varas, y pico
Ya sea en varas, en
pies, en grados, en arrobas, en celemines, a ojo de buen cubero, e incluso por
la cara, pues según se observe como nos la ponen, sabremos a qué atenernos. En
estas, se pueden llegar a medir muchas cosas, y algunas son tan manipulables
como las encuestas, las intenciones, y las declaraciones de políticos
candidatos de la señorita Pepis.
Lo de las dos varas
tiene su gracia, aun siendo serio tema de comparación, pero de siempre es
sabido, que son más de dos en la irresponsabilidad.
Tal vez porque le prohibieron fumar, sea porque
tenga la cazoleta apagada, pero no por eso deja de tragar humos, y poco le debe
importar que se le llene la boca de hollín en las caladas, si estas permiten
tocar pelo, que es otra medida fuera del sistema.
Por una vez, la suerte
quiso que dejara los adornos pintureros de salón de actos, y decididamente
buscara los lomos, de por quien sigue en la grupa, para hacer sangre, tal como
varilarguero advirtiendo que le den la de repuesto, cuando la primera, con el
envite, que no convite, se le quedó roma, esperando que la segunda sea algo mas
punzante, que para eso se llevan dos, y a veces mas.
Hay medias con colmo, y
otras a las que se les pasa la tabla rasa, pero siempre hay dos varas en esto
de medir, no solo la fuerza, que por algo se realiza con “caballo”, por lo cual
se utiliza, como las manos, la que conviene, una, la más diestra, para las
cosas serias, y la otra, que generalmente se tiene “tonta”, para las chusmas.
Pues no es lo mismo, aun siendo “vara”, la que dio el tío del tambor, que la
que porta, y lo que representa la vara de un alcalde, de carretas, la de guiar
los bueyes, en manos del boyero, que la que ayuda en su pasos a los romeros.
Por eso
existe una vara para cubicar el depósito de aguas, patrimonio de todos, que nos
trajeron cuando la Hispalis, desde Carmona, y otra, punzante e hiriente, que
vacía la “meganatatio”en que quedó convertida la Hispalis patrimonial, para
llamarla “antiquarium”, ¡No te digo Salinas! Tiqui, taca
Seguramente porque la
modernidad se le quedará antigua para cuando pueda abrir sus puertas, bajo
rampa, pues ya me dirán, con tantos números rojos, quien firma una factura, a
estas alturas, de mil millones, dicho en antiguas pesetas
Como quien vale más por
lo que silencia, que por lo que dice, aunque sea tragando humo de la cazoleta
apagada, si lo de las dos varas es todo lo que ha callado, pensando en que le
valga para algo cuando lo dice, mejor le hacen una “facturita” para que se
calle, pues de seguir acabará echando de una bocanada todo el humo. <
Francisco Rodriguez
12 de Octubre de 2006
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