La factoría de los embustes
Lo imposible es lo imposible, y por lo tanto nadie lo pudo hacer posible, y ni siquiera se hizo el intento, lo que evidenciaba que lo imposible era que hubiera una rectificación, la del sabio, pero solo era medico, según dijo, si bien, por todas las que se juntaron parecería que rectificar, una cada día, aquello fuera cosa de necios.
Por nada del mundo llegaba la sabia rectificación pública, acaso política, que junto a la técnica, (por complicada que fuera) era aconsejable llevar a cabo en cada uno de los errores que aparecía, y que por lo general eran intencionadamente silenciados por irresponsable munícipes, pero como siempre acabaran, por sus cortas patas, sabiéndose todo.
En la fabrica de los embustes el silencio no impedía que se supiera tanto de las improvisaciones realizadas a la ligera, bastaba ver aquello, y leer las mentirosas declaraciones que aparecían en los medios
Pero eso no era todo, si para completar el disparate la estrategia aparecía con nuevas invenciones, tantas fueron las que tuvieron que llevarse a cabo para que el desconocido, por desfigurado, e imposible proyecto de las setas, totalmente ido de las manos, no causara, por temido, el posible efecto boomerang, y todo se volviera en contra.
Cierto es que lo recomendable, lo sensato, debió de ser la paralización de aquello, por como pudiera interpretarse ese gesto, justo en el momento de las elecciones municipales, si con seguridad se entería como signo de una debilidad que, con seguridad, hubiera acabado toda posibilidad de alcanzar el poder para erigir el mastodóntico y transgresor icono.
La factoría de los embustes siempre trabaja a pleno rendimiento para encontrar los más descabellados, al saber, por su amplia experiencia, que son los que mayor aceptación tiene en el público
En lo de
No es que sea fácil de tragar este producto, pero usted mismo tiene la oportunidad de hacerlo.
Sevilla a 7 de Junio de 2009
Francisco Rodríguez
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