Vieja sabiduría
La vieja sabiduría hace ver que en muy pocas, en poquísimas ocasiones,
los gritos, la pancartas, los eslóganes, los cantos, los insultos pareados, los
megáfonos, nada de eso sirve con carácter inmediato, nunca se dieron resultados
positivos, no era extraño que se dieran detenciones, en otros lugares el gentío,
la violencia generada, el nerviosismo, el saqueo y la provocación, ya sea por
seguridad, ya sea por la pelusilla del correaje, que no es difícil contabilizar
muertos en las carreras.
Hay grupos que lleva años, tantos que cambian los gobiernos
y sigue sin cambiar nada. Los jubilados vascos es un ejemplo de cada lunes, y como
“lunáticos” puede ser que no conseguirán ni la mitad de la mitad. En nuestra ciudad
apenas aparecen grupos, ya no les motiva nada
cuando sabe que nada logrará.
Esta callada mariana de mil “encarnaciones”, de Astilleros
no se cierra, de Altadis no se cierra, Hytasa no se cierra, guillete, no se cierra, algodonera no se
cierra, es te temer que cierren muchos pequeños comercios. La industria turística
tardará muchos años en recuperarse, malas informaciones son las que dan
acelerones de riesgos, esto irá despacio como resuelven todas las peticiones
que gritan pancartas. Encarnacion ya. Doce años de pancarta para acabar en
micologico disparate. Sesenta bajas.
La vieja sabiduría del tiempo de los miedos, niño no te
señales, al menos te evita el sofocón, el disgusto, y la mala uva que te entra
gritando que en la irresponsabilidad se realice algo responsable.
Sevilla a 2 de Junio de 2020
Francisco Rodriguez
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