El conglomerado
Llevan varios meses apretando los tornillos de los paneles de conglomerado de “kerto” que
forman la estructura del “Metropol-Parasol”, ya sabéis, lo de la Encarnacion. Es
un trabajo arriesgado y difícil que en los tres primeros años lo realizaron los
técnicos alemanes, bajo la dirección del ingeniero Andrea Fhisher que junto con
su equipo de técnicos con los que mantuve una amistad que ya comenzó desde el
principio, cuando empezaron a venir los tableros del conglomerado.
No es tarea fácil, y por lo tanto algo costoso si se quiere alargar
la vida de este material, del que conservo una gran pieza, ya que en este
tiempo viene demostrando que sufre mucho con la climatología de nuestra ciudad.
Una vez concluido el tiempo que la actuación era realizada por los técnicos y
operarios de Alemania, como que se aprecia un distanciamiento en las
actuaciones conservadoras, que se deban de llevar a cabo, y este que ahora se está realizando ya vino precedido
de una limpieza general al chorro de agua que ha llevado su tiempo. Es evidente
que trabajar en esa altura, siempre colgados en el aire, lleva unos costos
superiores a los de una edificación convencional.
El paseo socializado, es decir la vista de los tejados sevillanos
quedó mutilado en su amplio recorrido con el pretexto de la seguridad,, se explicaba
que cualquier desalmado podría tirar algún objeto desde arriba, justo en el
puente, lo que al parecer que la seguridad
no estaba en el lanzador de objetos, que bastaba una red, ya fuera metálica,
o una solución de acristalamiento con vidrio plástico, metacrilato o otros
materiales al uso. Todo parece indicar que la seguridad no iba por ahí, cuando
al pareder, en la unión de las pasarelas encontraron una desviación, por lo que
ya se hacía urgente eliminar tanto paseo.
El conglomerado de laminado de madera deja ver los cuidados
que esta requiere, son normas de seguridad. No todo en lo de la Encarnacion, ni
las propias estructura de madera del “metropol-parasol” ya sin metro, ya sin
sombra, pues la remozada fuente de la Encarnacion, la más antigua de Sevilla,
rodeada de parterres amorfos y sevillanísimos
bancos curvos de piedra, junto con la propia Iglesia de la Anunciación y la torre de de la de San Pedro, tuvieron la mínima
protección exigida como BIC.
Bajo la azotea para eventos y elementos de juegos infantiles,
la plaza municipal de abastos. Fanal acristalado donde las puertas de pesadas
hojas de apertura manual con pasamanos de mil manos asusta tocar, donde la renovación
de aires parece que no funciona en el sistema de climatización, ya obsoleto de
inicio. Dos observaciones por cuanto las normas que recoge la Ley de
Accesibilidad, mas cuando la utilización de cortinas de aire no hace más que
elevar el consumo eléctrico, donde intencionadamente se olvidaron las células fotovoltaicas,
y por otro lado la falta de ventilación optima, junto con el deficiente recorrido
comercial, o el insuficiente retrete que se hace público, y los gastos de
vigilancia, limpieza, agua, luz, papel, desinfectantes, personal y seguridad,
no tiene ninguna compensación por prestar este servicio a cuantos pasan,
incluida la indigencia y la marginalidad que los utiliza, en ocasiones de forma
casi animal.
Sevilla a 17 de Junio de 2020
Francisco Rodriguez
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