Al menos ya nos atenemos a su significado, pues el no haber
hecho derecho, ni torcido, lo de imputado de siempre sonaba más a lo que se pensaba.
Los políticos, en gran número imputados, han logrado evitar en lo sucesivo que
por aquello de la confusión del término, el lenguaje no lleve a pensar lo que
de siempre se tenía por imputado, y ahora se les considere investigados, que en
principio, y solo al parecer no significa nada a tenor de cuantos investigados,
antes imputados, se escapan.
Me vengo a acordar de aquellos que en la ocupación pública,
dejan ver sobradamente que lo del servicio público no les va, por cuanto entran en competencia, y
rivalizan para dejarse la piel durante
los cuatro años, quien dice ocho, o cuantos sean necesarios con tal de
permanecer en el aforamiento diletante, y quien quita que esperan jubilación y
prescripción.
En los ahora investigados, ya sea por pocos millones, o
muchos millones, millones al fin, les lleva el show mediático del que hacen
gala a que no le supere el shock nervioso
que puede padecer cualquier vecino al que de pronto se le presenten en su casa alguien
pidiéndole la factura sin iva del fontanero. Es común de ellos, los antes
imputados, ahora investigados, mostrar la sorpresa del que nada esconde, la indignación
de su supuesta honradez, y la tranquilidad de su inocencia. Todos mienten. Aunque
a unos mejor que otros le funciona el embuste.
En esto del embuste, a lo de la Encarnacion no le faltan
mentirosos en ausencia, por el momento, de investigados, que ha decir verdad ya
los tuvo. Se comenta que serán en número superior al de clínicas dental, pues
llegado el día, amanece que no es poco, llegaran in albis por creerse sus
propias mentiras, como los investigados, ahora imputados, y no tendrán manera
de encontrar la salida, ni de emergencias, ni automática, menos aun con tanto
lio de supervivencia por el sueldo de cuatro años, y todo sin chivo expiatorio
para el sacrificio del espíritu de servicio, lo cual hace pensar, que después
de tantas mentiras que cualquier día buscaran la puerta.
Sevilla a 24 de Abril de 2017
Francisco Rodríguez Estévez
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