lunes, 5 de diciembre de 2016


Resultado de imagen de plaza municipales de abastos

Es lo que hay

Tal como está la cosa me costaría creer que los placeros de la plaza municipal de abastos no supieran de los factores que desde hace décadas les vienen afectando a sus negocios cada vez más reducido,  y que  se hace palpable cuando en tantos casos  estas acaban siendo  abandonadas por cuantos advierten que esta modalidad de venta, con tanta dejadez y laxitud, puede tener agotado su  tiempo. Tempo clausus.
Lo de la Encarnacion no es ninguna excepción.  Acabado el bullicio inicial, ahora es un espacio decadente, un desolado laberinto casi inactivo que al igual que todas tiene sus propios problemas por resolver, salvo que no todos los placeros aciertan en sus criterios, y lo mismo piensan que las soluciones se las harán otros, lo cual  es lo mismo que repetir aquello de cuando le hicieron las cuentas, por no echar cuenta de las suyas, cuando la provisionalidad, y que posiblemente no las lleguen nunca a realizar ni bajo las setas,  pues le viene de los tiempos del miedo el no señalarse, cosa que les va marcando su finiquitado futuro.
Resultado de imagen de plaza municipales de abastosSon los pésimo criterios que sobre  la plaza municipal de abastos se han llevado a cabo, que basta saber cuántas han desaparecido como tal y cuantas otras se travistieron de lo que se ha venido a llamar “gastrobar” como ejemplo de la mala gestión que llevaron. Se piensa que son lugares que desaparecerán y con ellos se extinguirán un modus vivendis, para los cada vez menor número de placeros que se resisten a abandonar su habitat.
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Cierto es que solo se quedan las pocas plazas municipales que se conservan como tal, y que mantienen factores originales en lo que todo depende de todos, y  que sin individualidades optan por realizar  acciones de forma colectiva que las llevan a potenciar los valores existentes, innovar para sumar atractivos a los clientes para la compra placer, y desterrar todos los elementos negativos posibles, tratando de paliar las deficiencias que por sabidas son del conocimiento de  todos los placeros, tanto en las que corresponden a la gestión municipal, como a la adjudicataria de los servicios generales,  que en este caso coincide que sea la empresa constructora y que por un causal es la concesionaria la edificación, y por supuesto las comerciales, para la recuperación de las ventas en la degrada plaza municipal de abastos.
Alcanzado este punto de deterioro del hábitat, se hace más que difícil que puedan seguir sobreviviendo, y en breve llegaran al punto de la peligrosa extinción, sin que nadie haya realizado el mínimo esfuerzo para  evitarlo, es lo que hay, lo que lleva a pensar que hasta los kakapos de las antípodas tuvieron más suerte  y se recuperan poco a poco gracias a los planes de actuación. 
Sevilla a 5 de Diciembre de 2016

Francisco Rodríguez Estévez

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