Lo de la Encarnación, siempre misterio, espera el milagro.¿Será por pedir?
Sentado en la silla eléctrica permanece a la espera de acaso una temida descarga que le lleve segunda puerta a la izquierda. Sería un milagro que pudiera abandonarla. Paco llega hoy, día de Fátima en Cova de Iría, día de Rocío bajo la lluvia descargada despues de tantas rogativas, con la nueva de invitarme a café, acaso también sea que algo tenemos que celebrar en esta Encarnación que resistir ya supone un milagro, mas, el espera que se pueda cumplir, acaso el mayor de los milagros. Levántate y anda.
Sentado en la silla eléctrica permanece a la espera de acaso una temida descarga que le lleve segunda puerta a la izquierda. Sería un milagro que pudiera abandonarla. Paco llega hoy, día de Fátima en Cova de Iría, día de Rocío bajo la lluvia descargada despues de tantas rogativas, con la nueva de invitarme a café, acaso también sea que algo tenemos que celebrar en esta Encarnación que resistir ya supone un milagro, mas, el espera que se pueda cumplir, acaso el mayor de los milagros. Levántate y anda.
En mi caso resultaría penoso tener que llamar milagro que se
instale una puerta automática en esto de la plaza municipal de abastos de lo de
la Encarnación, tal como exige la Ley de Accesibilidad, y que bien le vendría por
si acaso a quien en silla le llegara el apretón evitándole tener que dar
vueltas para acceder al laberinto. Cosas del misterio.
Hoy la noticia debe de ser buena, pues a la fecha las nuevas
siguen siendo un misterio cuando no tenemos ninguna noticia de lo de la puerta, por lo que cabe pensar que, según las últimas, debe de seguir lo de la puerta en la mesa, la de
negociaciones, que ya produce estupor que esta partida de escasa cuantía y
obligado cumplimiento, tenga que estar en las conveniencias de las partes
responsables, puesto que la Ley se le exige a ambas, e incluso a los callados
placeros, y hasta cierta vergüenza de la que queda poca.
Quedaría por saber que puerta, acaso las plegables, de estilo modernista aplicadas en la sinuosa calle de esta vanguardia de setas quedaron emparedadas en vida per se, o per secula seculorum a tenor del tiempo que llevan escondidas. ¿Qué puerta? La de la calle de la curva Sur, bajo la escalera, con vistas al antiquarium, “cegadas” al público y reservada la “vista” de la Híspalis a los clientes del bar de copas, con “fumaque oriental”. Puerta de los aseos de la planta sótano, o puerta para los de la nube, ¿de qué puerta hacemos referencias?, de la puerta de los aseos públicos modificada del proyecto, de la puerta a la zona de carga y descarga, o a la puerta de seguridad de la discoteca instalada en un plis plas, sin que tenga en engorroso trámite de esta puerta automática para la plaza municipal de abastos de lo de la Encarnación. Acaso son las aleatorias puertas de pesadas hojas, dispuestas por pares, de la manera más anti-comercial que pudiera imaginarse, de las que hacemos referencia.¡Ábrete, Sésamo!
En su silla eléctrica, mi amigo espera el gran milagro de
poderse levantar algún día de ella y que no sea el último, debe de ser la Fe, por
más que esta no se le haya agotado después de cincuenta años sentado. Hoy
tomamos café, el premio puede esperar
El milagro siempre
puede llegar. Lo malo es esperar que el misterio se resuelva, pues dejaría de
serlo, pero como lo de la puerta es pura vaina, no hace más que confirmar lo
que nos tememos.
Me dicen desde la responsabilidad que efectivamente todo está sobre la mesa, lo cual no es noticia. El caso es que no tener noticias es buena noticia, pero no caben argumentos, ni justificaciones cuando solo se trata de cumplir la Ley. ¡Vamos, anda ya!
Me dicen desde la responsabilidad que efectivamente todo está sobre la mesa, lo cual no es noticia. El caso es que no tener noticias es buena noticia, pero no caben argumentos, ni justificaciones cuando solo se trata de cumplir la Ley. ¡Vamos, anda ya!
Sevilla a 13 de Mayo de 2016
Francisco Rodríguez Estévez
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