
Cuento tanto, y tanto cuento, y como sabréis lo de la
Encarnación, eso que durante más de cinco años, cuenta arriba, cuanto abajo,
cuanto cuento, que poco importa contar todos los días que a tanto edifico
emblemático y de vanguardia, (con laberíntica plaza municipal de abastos
incorporada) hay quien cuenta que está sobre las ruinas mas puede contarse que la
ruina si que está asentada en ese despropósito .
En la sinuosa calle cubierta, un callejón que esconde las
pesadas hojas de unas puertas batientes, colocadas por pares y aleatoriamente,
donde ya se hace difícil que el escaso público pueda localizar sus emplazamientos
que, como se puede comprobar, con independencia de que solo abren parcialmente,
pues como que no cumple con la Ley de Accesibilidad para que tanta vanguardia y
de tan alto costo, no deje de ser un capricho transgresor al menos con esta Ley,
sin olvidar los incumplimientos con la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía,
le Ley FERAEE, las normas de Sostenibilidad en edifico público, y hasta el
propio Reglamento de Mercados Municipales de Abastos.
Como, donde y cuando. ¡Vete a saber! De nada sirve preguntarse una y otra vez como se pudo soslayar tanto obligado cumplimiento, mas es fácil saber cuando se
produjo, pues las fechas estaban en contrato, un papel que resultó a la vista
de tantos años, tal fuera mojado, donde todo lo que estaba en el escrito, con firmas y rubrica de las partes ya se
le veía venir.
En lo de la puerta de lo de la Encarnación, donde tanta
falta hace, viene al caso al no ser nada que no se supiera que hasta el nuevo Alcalde dijo cuándo, y el anterior ya había dicho como.
Donde cuento cuanto, donde cuenta tengo, donde cuando y donde como, pues, aunque parezca que por esta
vez será colocada la puerta, no queda aun claro que sea aunque por lo pronto se encuentra
encima de la mesa. Donde si no.
La puerta será como una Re-Encarnacion, donde, de llevarse a
cabo puede ser que tenga consecuencias favorables en la decadente actividad comercial.
Sin duda que allí se colocará la puerta automática, no queda otra, aunque otra cosa será saber cuándo. Pasado más de cinco años, ya se antoja que va siendo tarde. Siempre tarde.
Sin duda que allí se colocará la puerta automática, no queda otra, aunque otra cosa será saber cuándo. Pasado más de cinco años, ya se antoja que va siendo tarde. Siempre tarde.
Sevilla a 1 de Mayo de 2016
Francisco Rodríguez Estévez
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