Como si fuera
una Primavera travestida de frio termina esta primera semana del año nuevo,
cuatro días de Sol que se compartió con el año anterior, formando un puente que
ha permitido a muchas personas venir de fuera para disfrutar de nuestra ciudad,
o sufrirla, y aprovechar la calidez de las horas centrales del día y contemplar
los increíbles azules del cielo de Sevilla. No dejaré atrás, el “mapping”, ni
la iluminacion navideña, que es un atractivo activo para disfrutar ya sean
propios o extraños en familia.
Cierto es que
esta ciudad a perdido demasiado cielo, y que el gnomon de poniente ni marca las
horas en la lamina de plata del rio Grande, todo lo mas cuando con dinero público
se construya el puente de entrada y salida, puerta del ocaso, gasto previsible
que no fue evitado, para que la entidad privada revalorice el capricho de una
perversa gestión, y entonces acaso sea posible que nos enteremos de la hora, y de
las horas que llevará para salir de los podios de base de la edificación bancaria.
Incluso alguien subirá arriba, pues seguro que hay gente para todo, y la torre
llamada “banesto”, de risa en lo que fue la expo. Todo es como un compendio de “encarnaciones”,
por más que esta aun no tenga la puerta obligatoria en la plaza de abastos.
Es de
verdadera vergüenza que tantas personas intenten entrar en esta plaza municipal
sin lograrlo, y cuantas otras desisten, en detrimento comercial de esta, cada día mas desierta, y que decir cuando son otras muchas que desde la calle, tras el cristal del fanal, una vez que han percatados que han caídos en trampa
del tholo de la absurda barreduela, (esa tontería que se le llegó a aplaudir al berlinés),reclaman mi atención haciendo señas, y te piden la información posible de como se puede acceder al
mirador social, y con el mismo mimo que vaticinó el doctor para aquello, es
decir, sin palabras, vengo a señalar a cuantos me lo solicitan que el camino que se
encuentra en las esquinas suroeste, y noroeste, para que al bajar puedan
acceder hasta el ascensor, por lo cual debo de entender que comprenden mis indicaciones cuando siempre al
despedirse tienen un gesto de agradecimiento.
También los
hay que logran entrar en la plaza municipal de abastos, y una vez dentro no encuentran como salir del laberinto, y
otros muchos, como la indigencia, solo tratan de encontrar los aseos, los
deficientes aseos, pues ni el bar de copas que sustrajo la calle de la curva
Sur, ni el este de carpa transgresora dispone de los servicios que se exigen,
pero como todo en esta plaza municipal hace indicar que en el conjunto de lo de la Encarnación
a los responsables publico les importa pero que muy poco, pues permite el
cambio de licencias, desatiende el propio reglamento municipal, soslaya la Ley
de Accesibilidad de los edifico públicos, y en definitiva cabe pensar que después
de cuatro años el balance no puede ser mas pésimo. Lo peor es que lo saben, así
como muchas personas que en alguna medida y son miles buscaron la puerta y no
la encontraron. Y eso es algo que puede usted mismo venir a comprobar.
Sevilla a 3
de Enero de 2015
Francisco Rodríguez
Estévez
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