Ya en la
eterna provisionalidad, el viejo profesor me aconsejaba de que me olvidara,
viendo lo que se podía ver, de esto de la Encarnación en lo que tanto me ocupaba,
y siempre, al marcharse, de despedida, me dejaba una frase de la que se mostraba
como autor de haber compilado, con seguridad, de otras que se dijeron anterior a
esta, que por cierto casi podría interpretarse de forma similar en el pasaje de
Alonso Quijano tras la infructuosa búsqueda del supuesto alcázar, y fue a darse
de pared con la iglesia, por lo que en tal momento, liberado de la ofuscación por
lo hallado, expresa “con la iglesia hemos topado, amigo Sancho”. Así no hay
manera.
Lo cierto es
que hay demasiados días que en esto de la Encarnación que, por lo que acontece,
como que no me queda otra que recordar la frase que D. Antonio Márquez me
dejaba, y que se actualiza después de tantos años, cuando adviertes que mas que
frase siempre fue un buen consejo, “amigo Paco, frente al necio, todo esfuerzo
resulta inútil.
La evidente
decadencia de las plazas municipales de abastos es una realidad constatable, basta
saber que cada año vienen cerrando sus puestos muchos de sus placeros, que bien se agotaron en las pérdidas
continuadas, acaso llegaron a la edad de jubilación sin encontrar la
posibilidad de un difícil traspaso, siendo negocios dispuestos sin salida en un
mal futuro, o cualquier otro motivo que les permitió encontrar otros objetivos,
hoy imposibles de cumplir en las estructuras de plazas municipales de abastos.
Así que representantes y asesores están conforme en cuanto la disposición del espacio tenga la que aleatoriamente decida concesionario y administración, por cuanto los pobrecitos placeros llamados así por el doctor Sánchez, prefieran no decir nada, como si aquello no les concerniera.
Igual pasa con el equipamiento de 4.400.000 euros, que es de total conformidad aunque siendo, según la asesoría, de propiedad municipal, y la concesionaria afirma que no es suyo, son los placeros quienes soportan las averías que por deficiencias en el material empleado, y la obsolescencia que sufre. Pues en lugar de preocupados, están tan contentos.
Acaso no
advierten las grandes deficiencias que se aprecian en el galimatico diseño de
un laberinto anti-comercial, donde se obstaculiza con una terraza de veladores bajo carpa una de las ya más que difícil
entradas al pasillo de la calle cubierta, donde las puertas de pesadas hojas están dispuestas por
pares en lugar de una aconsejable mejor distribución y ocurres que hacer la mínima observación al respecto en defensa de los intereses generales del colectivo cooperativo, casi se
convierte en anatema.
Se hace
difícil tener que convencer a estos de que ni la administración, ni la concesionaria,
llevarían a cabo ninguna acción paliativa, o reparadora, como el caso de las
puertas que llevan rotas demasiado tiempo, menos que estas lleven a cabo la
instalación de nuevas puertas optimizando el
recorrido comercial, y por supuesto que cumplan con la Ley de Accesibilidad,
pero esos asuntos parece que no tuvieran nada que ver con estos comerciantes
que permiten nada menos que la concesionaria adjudique puestos a la baja, y el cambio de
licencia de especies, cosa que solo podría realizar la Administración, y en un estado
catatónico evitan hacer las exigencias reparadoras, a tenor del desequilibrio y
malestar que solo aparentemente, en los corros, haya podio producir. Evidentemente nada parece
que con lasas conductas puedan lograrse. Lo mismo en la próxima reunión se cae
en la cuenta.
Sevilla a 21
de Enero de 2015
Francisco Rodríguez
Estévez
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