Mañana
En mayor gala confirma que mañana será. Mañana será ella,
Virgen de la Estrella. La
impaciencia de tan larga espera, acabará mañana. Dice, y confirma, que llega
mañana, mañana, mañana, tomorow.
Tanto que decir, que tal vez lo mejor sea no decir nada y
que sean sus propios ojos los que
aprecien tanta deficiencia, al menos todas las que pueden observarse a simple
vista. Tanto que pedir, tanto pos solicitar, que lo mejor será que mañana, llegado el
momento de las apreciaciones, callar, que al ser tantas lo mismo no todas pueden tener
la misma prioridad y volverá a ser esto la naturaleza polietápica que le ha
caracterizado a lo largo de la última década.
Que aparte de todo, aquello, con lo de las aleatorias
puertas, es de suspenso total, y lo saben hasta los propios. Aunque siempre puede haber alguien que en su movilidad reducida crea lo contrario.
Que incumple la
Ley de Accesibilidad, es cosa cierta y seria lamentable que
tuviera la desobediencia de esta Ley, obligada a cumplirse, siendo edificio
publico.
Mañana viene, lo mismo advierte que las 36 columnas que
impiden la deseable diafanidad, como mínimo exigible en un edificio ex novo,
con dedicación a plaza municipal de abastos y que por un mal diseño hace de aquello un
bosque de obstáculos, y si no tiene solución, (que la tiene) al menos podrían
llevarse mediadas paliativas correctoras que mejoraría sustancialmente, al menos creando una mas que posible mayor amplitud en el entramado
del laberinto.
Mañana, será mañana, y se darán perfecta cuenta las
responsabilidades, que en lo de la Encarnación son dos, que el fallo de la puerta es
clamoroso, lo cual puede ser definitivo.
Ya el propio arquitecto Mayer, tenía previsto otro diseño y
por supuesto con tres puertas más de las que dispusieron. Pero fueron las
prisas, las inexplicables prisas de toda la demora acumulada en el proyecto
imposible, que por el momento nadie sabe de quien es la autoria de esta plaza
municipal de abastos, salvo que el propio doctor, dispusiera ampliar la partida
de reequipamiento en 4 millones de euros, por lo que cuesta creer que en cada
puesto se empleara mas de 17 millones de las antiguas pesetas.
Todo nos lleva a que las bolas de la suerte mañana dispongan
abrir una puerta, puerta de emergencia, puesta ignota, puerta necesaria, pues
ni modo otra cosa, seria algo inútil como
empezar a tratar un grave diagnostico con tiritas.
El toldito que evite que los solomillos se escondan entre
las nubes, o los perniles de la Sierra Norte
se visualicen en la terraza del tercero del edificio de los ladrillos cara
vista, es pura anécdota, pues es algo que se soluciona con un biombo chino de
una tienda de los mismos de 14 euros, y en mayor defecto con la colaboración de
una empresa patrocinadora que por la publicidad estática lo sufragaría.
A partir de mañana todo tiene que ir mejor, poco a poco,
pero con una cierta urgencia para con suerte tener esto a ser posible para Navidad
de “durse”, y una vez todo concluido seria como si tocara el gordo. Mañana.
Sevilla a 21 de Abril de 2014
Francisco Rodríguez Estévez
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