martes, 22 de abril de 2014


Hoy

Vini et vidi, vino y vio. Palabra dada, palabra cobrada. Cumplió la suya pero no vino a tiro hecho que mato otros mas con el mismo disparo.
Apenas cobraba sentido lo de la puerta y la reflexión era que siendo poniente no llegaba el Sol de la mañana, mas solo el amarillo de su reflejo actuando como espejo en en cristal curvo de la vitrina creaba tan negativo resultado.
Tres años y cuatro meses comprobando sus efectos perversos y de entrada, que no de puerta, se deja caer con lo del estor. Quietooool.
 Pero era evidente que el estor de la propuesta, solo podia ser, hablando de cosas serias, de entrada, y por ida airosa, poco más que un pamplina delegada, o una delegada tontería.

El mayor énfasis no estába de entrada, sino en la salida de confirmar que el estor se pudiera colocar ad libitum y sin objeciones, salvo la lógica solicitud, lo cual venia a ser algo evidente. Pero, igual no se puede saber si lo mismo el biombo chino puede cumplir eficazmente la misión de evitar la desmesurada reflexión que en aquel lugar se produce. Otra vez la "Conjetura de Poincaré"

Puede ser que el estor sugerido no sirva, ni tampoco el biombo chino, pues para ello no se puede realizar una colocación aleatoriamente, como las puertas, pues tiene que estudiarse previamente por técnicos del sector y solicitar el preceptivo presupuesto, y es aquí donde aparecen las mayores dudas, en el costo, y sin dudas, a quien le corresponde cumplimentar el pago a la empresa instaladora, pues malo seria que si ni Sacyr, ni la Delegación tienen disponibilidad, lo mismo tenemos que buscar un patrocinio, y  claro está que no nos vale ni la cerveza, ni el refresco de cola, mas merecería que fuera una marca afín.

Vini et vidi, y lo de la puerta quedó en evidencia. Seguramente colocarla seria una trasgresión en la trasgresión, pero poco puede importar si esta se lleva a cabo para cumplir la Ley, lo cual no es lo mismo que la desobediencia continuada en este icono caprichoso, que tiene una sentencia demoledora del Tribunal Supremo de Andalucía.

El Delegado que se crió en lo de la Encarnación, al que en su fraternal abrazo le falta calidez, asume su papel de malo en la responsabilidad de su cargo, pero hay demasiadas cosas que quedaron incumplidas cuando eran irresponsables, y aunque no es bueno mirar mucho para atrás, convendría hacerlo de reojo,  pues ya duele que los placeros después de que el doctor hiciera una entrega dadivosa a la adjudicataria de cuatro millones de euros para mejorar la partida de reequipamiento, que estos  tuvieran que sufragarse, no solo los rástreles de las cámaras, olvidados como las fotovoltaicas,  también las luces de los puestos, colocadas como las aleatorias puertas, por lo que así si tomáramos al pie de la letra el Reglamento de mercados municipales de la ciudad de Sevilla, que estaba en vigor, cabria preguntarse que estaban haciendo los irresponsables para que todas las deficiencias fueran realizadas.

Vino y vio, y al menos cabe pensar que como no lo hizo a tiro hecho,  y por lo tanto solo pudo hacerse una somera idea de las posibles soluciones, pues las deficiencias eran fácilmente detectables, solo en lo superficial, ya llegaremos al fondo.
Vini et vidi, y para mayor abundamiento, queda pendiente una devolución de visita que me ofrece, donde tiene que ser todo mas fácil.

Que las aleatorias puertas deben de ser suprimidas por higiene, es de cajón, no cabe otra, y su colocación tiene que cambiarse para lograr una optimización lógica. De igual modo faltaría de colocar aquella que le diera sentido a la travesía central, punto neurálgico del laberinto, más que inexplicablemente olvidada ,y que vaya usted a saber si fue una trasgresión más, pues parece tener su perversa intención.
Si llego a saber esto antes, lo mismo, aplaudiendo la tontería, incluso me hubiera venido todo distinto. Ver para creer.
Sevilla a 22 de Abril de 2014
Francisco Rodríguez Estévez

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