domingo, 20 de diciembre de 2009

Un ventiocho, fuera de bromas

El día de la broma

Siete días después del solsticio, llega el de la broma. Por suerte, tal vez por desgracia, lo de la Encarnación hace tiempo que dejó de ser objetivo de la guasa en un día tan propicio, fecha esperada, donde cada año los medios anunciaban nuevos disparates en el mayor de los dislates al que llamaban solar. Ya no caben bromas en lo de la Encarnación, una vez que quedó convertida en guasa permanente, cuando la risa ya no divierte, y, a todo lo más causa daño.
Lo de la Encarnación, cosa seria, dejó de ser esa serpiente de verano que solo servia para foguear becarios, pues su cometido actual es distinto, aun cuando lo ultimo, fuera de bromas, lo pareciera, y el anuncio se viene a realizar tal como solo se puede anunciar la Encarnación,” amen, Celis e Terra, gloria tua”, para cuando pase el solsticio y lleguen las rebajas.
Antes, cuando era solar, en el día de la broma siempre aparecía el ocurrente desatino, ahora, aparte de más madera, todo se centra en este tiempo del disparate micologico, ecológico y sostenible, de “setas” y “pes” de parasoles, de peatonal, de paradas de metro, de autobuses, y metrocentro, por lo que no seria extraño que lo de la Encarnación generara una noticia seria tan seria que pareciera una broma. Seria la fecha ideal para anunciar que definitivamente se aterrará la rampa a ninguna parte. Rampa de unos inexistentes aparcamientos, comienzo de legendaria obra impulsada por el tándem Isabel y Blas, tanto monta, monta tanto, y que por inservible permanece como escarnio, más que para la broma continua, como el metro, y el metro centro que como posible entrada a las “ruinas”.
En el día de la broma no valen los anuncios que por descabellados nadie puede creer. En el día de la broma, más que fecha de reinauguraciones y reencarnaciones lo que convendría saber es si después de 37 años el gasto generado formara parte de la deuda histórica.
Si acaso, en su defecto, conocer algo de la historia, cuento, o chiste que nos estarán preparando a modo de milonga electoral, acerca del “antiquarium”, la azotea-botellodromo”, las escaleras mingitorios, los espacios “dormitorios”, las fuentes lavatorios, los bultos colilleros, los elevadores al restaurant, el mirador panorámico, el pegamento, la madera e incluso donde pueden sujetarse las fotovoltaicas sostenibles. En el día de la broma, en lo de la Encarnacion solo caben las cosas serias, para partirse de risa, aunque nos duela
Sevilla 21 de Diciembre de 2009
Solsticio de invierno
Francisco Rodríguez Estévez

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