lunes, 28 de diciembre de 2009

Lunas para medir el tiempo

Bombas de achique

En las calderas de Botero arde como madera, lo que no es madera. Lo que está que arde no son precisamente las calderas, aunque necesite madera, toda la madera, y mas madera, tanta madera que parece fuera esa locomotora insaciable a la que Groucho, sigue demandando a sus hermanos que traigan, mas madera, mas madera, advirtiéndoles que aquello es una guerra, guerra contra el tiempo, como lo de la Encarnación , para que al multiplicar este por la velocidad, indique la distancia.
Dicen que la distancia es el olvido, y en esa locomotora que llamaron sinergia del comercio, (que hay que tener valor de llamar algo así a lo de la Encarnación), el olvido son las fotovoltaicas, aunque andan murmuradores inventando que lo que falta es dinero. No te digo.
El caso es que se temía lo acontecido. Pasaron las Navidades, antes Saturnales, como pasan las modas, tanto la de la bicicleta, como lo del solsticio que vuelven, para pasar, y vuelven a pasar, como los “peces”, para traer un tiempo retro cargado de nostalgias y recuerdos que llaman moderno, insostenible e insufrible. Tiempo pasado, tiempo añorado, en el que, miren por donde, como si volver atrás en el tiempo se alcanzara el de las riadas. Riadas de Sevilla.
Con el agua cubriendo las entrañas, la Encarnación busca dinero desesperadamente, acaso para desecar los sótanos anegados en la inundación previa a la inauguración prevista, debido al temporal de lluvia que nos apareció a nada que reinauguraron “La Encarnita”. Que dolor.
Por las alcantarillas, se pierden hectolitros de “Agua de la Colonia”, tambien llamada bien escaso, todo un derroche para la inauguración fallida, por mor de una inundación en toda regla, una premonición titánica, como la del Titanic, donde barruntando, con tanta agua alrededor, se busca donde estarán las tablas de salvación. Las bombas de achique llevan días sin descanso. Un temor que aparece cada vez que llueve en esta ciudad, en la que garajes y sótanos acaban convertidos en tanques de tormentas, si se encuentran por debajo de la capa estratigráfica de los pilones de la fabrica de “garum” de la Hispalis, donde de lavaban sollos y albures.
Todo era previsible, pues todo era de temer. No tendremos inauguración de la Encarnación en esta “moon blue*”, ni en Epacta**, ni en Parasceve, algo selénico, atípico, micologico, y fotovoltaico, augura que ni para Hodesh***, ni para el plenilunio del equinoccio de Otoño, por lo cual, mas que parto, la evacuación debe de tener lugar cuando todo se acabe, mejor dicho, cuando todo se aclare.
Ojala no se tenga que buscar en el lado oscuro, en la cara oculta, en el azogue****, (del árabe as-süq).

Sevilla 28 de Diciembre de 2009
Francisco Rodriguez Estévez
* segunda luna llena en un mismo mes
** primera luna de Enero
*** primera luna del verano
**** plaza del pueblo, mercado

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