domingo, 13 de diciembre de 2009

ICONO DEL TIEMPO ROSA

La Encarnación, símbolo del ocaso
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JUAN JOSÉ BORRERO
Actualizado Domingo , 13-12-09 a las 08 : 26
En 2011, la reurbanización de la Encarnación no será lo que se proyectó, puede que ni siquiera sea lo que se dibujó y para nada será lo que se prometió. Ralentizada por las dificultades económicas y técnicas, la obra se ha convertido en un costosísimo puzle de piezas de madera que parece irresoluble.
La Encarnación es el único gran proyecto urbano del que podía alardear el equipo de Gobierno municipal en este mandato, aunque fuera concebido en el anterior. Presentado como símbolo del modelo de una ciudad que iba a apostar por la arquitectura de vanguardia frente a sus tópicos a costa de maltratar su paisaje urbano, se nos presentó como un emblema de progreso, en el que se daban cita el pasado, por su museo, el presente, por su estación de metro y el futuro , por su diseño. Pero el proyecto de Jurgen Mayer va camino de convertirse en icono perfecto de una época política marcada por la incompetencia y la improvisación, en la que los sueños se sustentaron en ladrillos ajenos unidos por la argamasa de la demagogia.
Y es que aquel proyecto de indudable impacto estético, extraordinaria funcionalidad de uso al combinar un intercambiador de transportes, un museo, un mercado, galería comercial, gran plaza pública, restaurante panorámico y mirador, se ha convertido en una losa para el promotor, un molesto vecino para el entorno y en el símbolo de un modelo de mal negocio y fracaso político.
La Encarnación que nos entreguen, si algún día es posible, será un espacio ampliamente privatizado y seguramente inconcluso. En 2010 no habrá museo, a menos que lo salve el plan cinco mil, seis mil o siete mil, y sobre todo no habrá estación de metro. Posiblemente sólo será un mercado encerrado en un laberinto con una galería comercial llena de carteles de se alquila.
Hoy Metropol Parasol es una maqueta depositada en el MOMA de Nueva York, con una fecha falsa. No es un hito arquitectónico, sino el proyecto de un monumento a la incompetencia. Y su millonaria pérgola de pino es la metáfora del féretro en el que ya se pasea una etapa política que malgastó su crédito en construir sueños que no hizo realidad.

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