domingo, 11 de mayo de 2025

Epitelio

 

Paseo en caballo

No sé que pasara hoy, nadie sabe el futuro ni de los dos últimos segundos que ya se pasaron como miles de instantes en los que no pasa nada cuando pasan. Acaso la vida es la nada en el futuro y el pasado es para contarlo. Hoy es el dia del paseo a caballo, del que es alérgica al epitelio del equus . Parece ser que es algo normal en las personas que esto les ocurra, yo lo soy a la lactosa de la leche.


Lo del epitelio no me afecta pues la ashwagandha lo colmata de forma totalmente saludable, y aunque ni existe euforia, el relajante paseo a caballo nos dará ocasiones para los efectos del adaptogeno  y equilibre los temores no ya juveniles del juego de “eso”, que en edad nubil empieza con tonteos y tiene mil forma de acabar. No sera el caso.

Alcanzada la gerontología no se tiene ya tantas oportunidades, pero acaso muchos más temores a comenzar algo en el tiempo de acabar, cierto es que hay cientos de estudios que generalmente realizan jóvenes investigadores, cardiólogos, psicólogos, neurólogos que no hacen más que aconsejar a los mayores que en la medida de sus posibilidades actúen como jóvenes, realizando gimnasias, paseos, relaciones, sexo, actividades manuales y mentales, estudios, bailes, lecturas, viajes, bicicleta e incluso algún deporte asequible, preferible en pareja. 

Pero no es tan fácil, cuando el cuerpo quiere cosas que el celebro no manda, y el corazón no quiere, ni puede, o al revés, el corazón quiere, el celebro también, incluso el cuerpo siente el deseo, y mire por donde “ella no quería”.

Hoy en el paseo de caballo disfrutaremos todos, familiares y amigos, jóvenes y pequeños, también nosotros los mayores, pues nos hace a todos ser felices el recorrer las calles del Real de la Feria de Sevilla dando un paseo en coche de caballo, que ni nos acordaremos de los epítelios.

Sevilla en la mañana del 11 de Mayo de 2025-

Francisco Rodriguez Estevez

sábado, 10 de mayo de 2025

al principio

 

Ayer ha esta misma hora ya deambulaba por las calles en un tiempo casi fresquito y con airesito en el que solo llevaba puesta una camisa, había salido distraído con la cabeza en otro sitio, y fui buscando los tibios rayos de sol que aparecían tras salvar alguna nube. La noche anterior, la de anteayer con la tontería me había parecido que algo se me venía abajo al no entender lo que no fue mas que un arranque juvenil de un octogenario.

Eran poco mas de las ocho, como hoy y a unos metros de mi casa, en la calle, encontré la pieza, pequeña pieza de plata de ley que me había regalado y ya la había perdido. Encontrarla parecía imposible, y allí estaba brillando en el asfalto paraqué yo la encontrara. Eso me hizo llamarla, el enfado era mío, pues como si tal cosa disimulaba, la lógica era preguntar para quedar en ir a la feria este segundo dia, parece difícil pues tiene visitas, pero quedamos para desayunar, me avisa que su móvil le indica que puede llover y me recomienda coger un paraguas.

En casa una prenda que me calentara el frio de mi matutino paseo y un paragua pequeño, me doy cuenta de que perdí ayer también la preciosa gorra que me regalo la mujer de mi hermano, de un tiempo a esta parte estoy distraído. ¿Que podía pasar?

Llamo a las 9 al teléfono de la persona que tengo contratado coche de caballo, al otro lado una voz afrancesada, alo, alo, le digo lo que pasa y dice que teléfono equivocado, por el momento pensé que había perdido un pastón que cobran por ese capricho de enamorado que se lleva casi una paga. Llame a la persona que me facilito el contacto y todo estaba bien, pude concretar la vigencia del contrato verbal y  la transferencia realizada. El susto había pasado.

Por la calle Feria, dos religiosas muy queridas por mi me saludan, hace años que no las veía, me quieren regalar un almanaque que no acepto y les doy una limosna para sus asistencias, me dice que se alegra de verme que me encuentra gordo, hermana es que deje de fumar, se alegra y dice que conoce a quien espero, de verla por la casa, que es como llaman al convento.


El paseo nos conduce a el bar del primer encuentro, casi todo vuelve a su cauce. Es muy brava, pero tengo la suerte de que los intimos que me van conociendo no les caiga mal, y como ni escribo poesía, ni regalo flores, ni soy exportador, ni toco hablando, ya ha quedado claro que ni soy baboso, ni jaulita de canario. Octogenario, si, pero ni yo mismo me lo creo.



Sevilla a 9 de Mayo de 2025



viernes, 2 de mayo de 2025

sin ganas de escribir

 

Dos días, mañana tres. Lo mismo ni el domingo, podría ser el Lunes, y no puedo estar seguro de que pudiera ser que la vea. Lo de la conjuntivitis ya quedó atrás, porque no es por eso, aunque si, cierto es que dejö una secuela que se me “caga” el ojo izquierdo, ojo sensible, ojo avizor, que me marca no solo la climatología, también mi estado de ánimo. Animus iocandi.

Es verdad que los encuentros no se dan como quisiera, y lo fácil es lo difícil, todo es como llegar a entender los diálogos “osores” a la primera. Cinco meses de intentar aprender el esperanto y aun no la comprendo, aunque siempre le contesto que entiendo lo que dice, faltaría más. Tu sabes.

 Parece que solo soy yo quien está convencido de que este juego no es juego, pero creo que se le ha puesto reglas que no tenía. Pues de oca, siempre se va a oca y se tira porque toca.

Nada de tocar, y si te metes en la casilla cincuenta y dos hubieras preferido meterte en un charco, es que no se habla en el juego de eso, para nada, y menos de “eso”, y ni se te ocurra ir a los recuerdos del pasado. Solo presente, arándanos, lavadoras y cocina. Una vez me pregunto al verla ¿como?, la tienes estupenda, y le dije que normal, era la tensión arterial que a veces está pelín alta.

Hoy me la imagino en la gran mesa familiar compartirla con la alegría de superar todo lo pasado, y que no es poco,  Antonio Pigafetta que tanto nos dejo escrito con total certeza que parece mentira de cuanto sucedió, se hubiera quedado corto. No todo el mundo tiene su fortaleza, fortaleza coraza, coraza que su instinto le dice como al cocinero experto que no hace falta probar el guiso si los ingredientes son buenos, el gusto en la mesa, en la gran mesa familiar.


Acaso en la noche, como furtivos haremos recuento de lo que cobramos desde el puesto de rececho, y ahí no valen bromas que las armas las cargas el diablo, tal como los tiros son balas perdidas, y nos contaremos cuantas piezas se no fueron y cuantas dejamos ir.
Por suerte cabe esperar que la visita llegada de lejos, tal como manifestación a la sopa boba, de por concluida la estancia antes del domingo de feria, y tengamos la merienda en paz.

lunes, 28 de abril de 2025

Broma

 

La broma

Que es especial, lo sé, que aun lo es más  para mí que por que no le gusta, ni hablo de “eso”, ni del pasado, que paseo perro y voy al supermercado como logros de amor, que más parecen tener poco valor en meritos alcanzados, que me he aprendido todos los nombres que más fácil se me hizo memorizar los reyes godos, pues por una broma casi infantil a punto estuve de volver  a ese irascible y alocado joven que nunca quiso conocer el amor, y que en su ocaso comparte la vida con el teclado de su viejo ordenador de gastadas letras..

Por suerte todo volvió en el lógico sentido, pues nunca una broma, un chiste entre adultos nunca, nunca, puede ser una falta de respeto, tal como le había parecido mi comentario, aunque algunos me los ponga como las carambolas a Fernando VII. Y dice que no se enfada y que sea como yo era, pues es evidente que algo me ha cambiado al quererla, y ella lo sabe.

Guardare la copia íntegra de la pava móvil, aunque sé que podría borrar su parte de la contienda dialéctica de respeto y broma, y que terminamos con lavado y cocina, de algo tenemos que hablar, y hasta de culo del pollo que lo pone a huevo. Hoy hemos paseado, siempre con Julieta, e incluso visitamos el convento donde tengo a la comunidad de religiosas  rezando para mi felicidad.

¿Quién le cuenta ahora lo del rubí? Una fantasía onírica que podía inventar del lactante de Heracles agarrado a los pechos de Hera. Me pregunto si le faltaría el respeto. Broma, es alimento y con las cosa de comer no se juega.

Sevilla a 29 de Abril 2025

domingo, 27 de abril de 2025

Otra prueba

 

La muralla

Ni sé como llegue a tiempo. Desde muy temprano tratando de encontrar la avería eléctrica que nos dejo sin luz en la parcelita. El electricista hace comprobaciones con cautela pues  el voltaje de 380, que solo sé que es peligroso, no admite bromas.

Hago hincapié que si fuera posible que para las once de la mañana pudiera haber localizado y reparado la sección de cable que no da continuidad, el profesional no quiere prisas y a mí se me pasan los minutos volando. Llevaba dos horas y madias y con la avería localizada no disponemos del cable suficiente, un cable de mayor capacidad o lo que sea, 25 metros.  Le pido por favor que lo deje y él se empeña en cerrar todos los registros abiertos  demorando la posibilidad de salir con rapidez a fin de que me diera tiempo de comprarlo en un almacén de electrizad  que me coge de paso y continuar mañana.

Vuelo con mi viejo coche, llego al almacen, compro el cable y el diferencial, pero el tiempo corre solo me queda al llegar a casa llamarla  y comunicarle  mi atraso. No sé cómo pude pero llegué. Justo a las doce y media coincidíamos en la llegada. Era una visita guiada a la muralla de Sevilla, una motivación para estar, como ella dice conociéndome. Le acompaña su hija Marta que vive cercana al arco, donde tiene lugar la identificación para facilitar los auriculares.

Le presento al profesor Esteban Moreno que nos ilustrará con sus conocimientos no en balde es máximo conocedor, y aun tenemos tiempo de un café y …..¿piña?.

La visita dura algo más de una hora y acudimos al bar que tenía previsto pero estaba cerrado, Sevilla tiene muchos, este es frecuentado por Marta con su familia, incluso es posible que por Juan de Dios, al que aun no conozca de hombre y creo  recordarle de pequeños. Mi suerte es que todos sus hijos parece que me conocen, y ella, solo quiere conocerme mejor, como la canción  de los Beatles.

En la terraza las cervezas y los calamares nos ayudan a la conversación de lo que no hablamos ni de “eso” ni del pasado, el momento donde hacemos participe a Marta de nuestra “locura”, contándole  nuestras risas de dialogo “ozores”, que es como ella lo llama, ( la pava por móvil) pues lo mismo le vendo un Hospital, que no le explico bien donde meto el dedo.... (en el pequeño teclado del ordenador). Las risas nos aparece cuando al llegar la segunda cerveza, esta vez con puntillitas y su zumo de piña,  y que aunque dice que come, diría que no la vi que lo hiciera.

Todo empezó cuando me comento de la habilidad acrobática que tenia de poner la cabeza en el suelo, y no me parece que tenga tanto merito, basta con tenderte y apoyarla tal que fuera una siesta en la playa, pero no, es otra cosa, debe ser un espectáculo. Y ahí empezó la descripción de la diaria sesión de ejercicios que me recomienda tal como ella realiza, contarselo a Marta fue de tal hilaridad que incluso pude sentir la sal humedecer mis ojos de tantas risas, de un rato de felicidad, reírse es sano.Llorar es bueno.

Dejamos a Marta cerca de su domicilio, e iniciamos un largo paseo hacia su casa en el sopor de una tarde calurosa sin hablar ni de “eso”, ni del pasado,  el trayecto es un aula de conocimiento de una gran familia en la que creo saber todos los nombres y el de sus parejas, los nietos, biznietos,  incluso la profesión de uno de los consuegros.

 Regreso a casa en solitario y cansado y aunque le he dicho hasta donde un hombre puede decir, ni caso, al menos me despidió con su sonrisa.


 Siempre lo hace, aun no le he contado lo de la vía láctea, que son gotas de los pechos de Hera donde se alimento Hércules el de las doce pruebas.  Lo se porque lo he leído.

Sevilla a 27 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez

sábado, 26 de abril de 2025

Gimnacia

 

De compras

Al regreso el marcador de pasos tenía 17633, cuatro horas  habían pasado desde que salí de casa para dirigirme a la peluquería pero no pudieron atenderme y me adelantan que hasta el martes no me podría dar el servicio. Me dirijo a otra, y a otra, y no me pueden atender, ahora todo es por cita previa.

El nuevo encuentro estaba previsto para las seis, habia surgido  lo que podia retrasar, y evidentemente comparecí con adelanto y sin el arreglo que mil cabello requería, por si había presentacion. Bueno no importa a fin de cuentas no la hubo y solo íbamos a ir de compra al super. 

La acompaña una de sus nietas, por cierto no la conocía, es joven seria, que nos hace camino hasta la puerta del establecimiento y es que ella busca a sus amigos en la “kedada” cercana, luego la encontraremos en el nutrido grupo de adolescentes.

Como si una computadora tuviera va llenando el carro de mercancías que van desde provisiones de alimentos para atender a toda la amplia familia que inesperadamente, pueda aparecer en su casa, pimientos dos bolsas, naranjas dos bolsas, pollo, dos bandejas, lleva un control de precios, me recomienda que me compre proteínas, acaso me está viendo desmejorado  de querer queriendo, como decía el chavo.

Comida especial para gatos esterilizados, para Julieta, para la cobaya, detergentes, dentífrico, ya sabéis…. El carro lleno. Cuando realiza el pago con tarjeta, resulta que veo que marca el mismo número que yo tengo en la mía, no me cree cuando se lo digo.

Ya en la calle tirando del pesado carro lleno de la compra por las tortuosas calles del intramuro le ofrezco sentarnos en una terraza, lo de siempre zumo de piña. No hablamos ni del pasado ni de “eso”.

 Cuando recuperamos la marcha mi atención me lleva a la tabla de gimnasia que dice realiza cada mañana antes de ducharse con agua fría, los pelos de punta, nunca mejor dicho, al describir la tabla así que en la cama debo de poner los brazos en el colchón doblando los codos  y ella, dice que coloca las piernas hacia arriba, me entra la risa floja, continua explicando el ejercicio, que me dice que lo ha hecho muchas veces, pues los hombres, ella sabe que no tenemos esa elasticidad, así que si como me dice, meto la cabeza entre las piernas, ….me troncho de risa, con la explicación, de hacerla acabaría llamando al 112 , pues la situación más parece que sea un capitulo del Ananga.

Hoy estoy cansado y tengo varias preocupaciones, una tengo que ir a ver lo del agua, la avería de la luz , he quedado con ella y su hija para mañana y me parece que un poco temprano, pensando que posiblemente no llegue a tiempo, para presentarme con ropa adecuada, pues la que llevare al campo será ropa de trabajo.

No hablaremos esta noche que necesito el descanso, pero no dejo de pensar en la tabla gimnastica y la risa de su ejecucion no me deja dormir en la cama, donde ni me hago a la idea de cómo debo de poner los brazos para atrás, si como ella dice levanta las piernas…… y como me temía en el intento me dio un tirón.   

Sevilla a 26 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez

miércoles, 23 de abril de 2025

De paseo

 

El paseo de Julieta

A las 7,30 el móvil estaba en carga, solo había que esperar a que sonara. Sonar, sonó, justo cuando me encontraba en una actividad del centro que las programa para mayores. Atiendo la llamada y compruebo que con bastante anterioridad se había recibido otra que se me paso desapercibida. Era un mensaje  preguntándome la ubicación.

 Ahora su voz marca el punto de encuentro, apresurado bajo las escaleras y entro en los servicios para lavarme las manos manchadas en la actividad, el espejo me señala una pequeña mancha en la barrigota, una contrariedad.

Voy a casa y cambio de camisa y dejo la chaqueta, pues el esplendido día marcará buena temperatura para tanta ropa. Salgo corriendo a velocidad que ya no es propia y un nuevo mensaje dice “no corras”, el autobús se acerca a la parada y aun me faltan metros, si no le alcanzo lo suyo será un taxi. Un último mensaje para decirle estoy en la última  parada. Allí estaba, su perrita me hizo más fiestas, y según creo no hace con todo el mundo.

Un paseo sin rumbo, es el paseo de Julieta. Un paseo que nos sirve, al menos a mí, que en cada paso me guste más, lo cual no es ningún merito y ella lo sabe, ella gusta a cualquier hombre, que por ahora es mi suerte, solo falta la otra mitad, pues esto siempre fue cosa de dos.

La decisión de no hablar a partir de ahora ni de “eso”, ni del pasado, es como una prueba, dura prueba hasta que me conozca. ¡Quiere conocerme mejor!  La Entiendo, aplicando la coletilla que siempre usa, “tú me entiendes” y digo que sí, que puedo hacer, escuchando lo que hizo con quienes ni pasó la primera prueba. Porque esto son pruebas, y no sirven ya otros deseos, pues es su corazón es el juez implacable de su amor. Ni poesía, ni flores, ni bombones, ni manita tonta, ni mucho menos tocar hablando, todo lo más por ahora es coger la cuerda de Julieta, la yorkshire que se arrastra a las pasiones ante cualquier chucho que viene a olerla.

Hoy tengo la tarde ocupada con cosas, no es cuestión de atosigarla, aunque me dijo que le agobiaba, y aun no somos pocos más que paseantes de Julieta. No volveremos a hablar del pasado, por lo que tendrá que conocerme en el presente donde la ancianidad no es referente de belleza, donde el dinero escasea como la vista y el pelo, donde la salud se mantiene cuidándola y el amor, aunque nos duela, ya no está entre las sabanas.


Al llegar a casa más de diez mil pasos marcaba el reloj, no había desayunado pensando en que lo haríamos juntos en alguna terraza, pero es algo que no es de su agrado, pienso que será por el momento y que al menos en esto no será tan estricta, pero es verdad que los precios de los bares son para desayunar en casa.                                                    Sevilla a 23 de Abril de 2025

Francisco Rodríguez Estévez