viernes, 18 de abril de 2025

Viernes Santo

 

Hay días

Hoy, acaso me he dado cuenta de que en ocasiones uno no está, pero no por la edad que los hay intrépidos en todas a pesar de  longevas existencias. No ha sido mí caso que, por primera vez en muchísimos años el Viernes Santo me devuelve a casa sin presenciar ni una sola de las procesiones de este dia tan importante en la Semana Santa de Sevilla.

De hecho desistí ir al lugar donde una tras otra, año tras año, me da la oportunidad de vislumbrar la figura del Cristo de la Expiración, y Virgen del patrocinio, Monserrat,y Loreto en un “plegueró” de Silvio, la impresionante canastillas de la Carreteria, y  la sobriedad de la cofradía del convento de la Paz, con la soberbia Piedad de Pedro Roldan con el inicio de un cortejo que lleva muñidor y remata por 18 ciriales. Un gran dia, pero que contemplare por televisión.

Ha sido una larga noche. Deberia de haber descansado pero no lo hice a pesar de lo "cascado" que regresaba a casa, de una larga madrugada y  más por temor a que el sueño reparador se convirtiera en algo más que una cabezadita. Ducha y almuerzo ligero.

Es aun temprana la tarde incipiente pero por Valflora y por Castilla, ya suceden cosas. La llamo, hoy no tengo sillas, estarán ocupadas por mis sobrinas y sus hijos, mañana creo que me toca.

Mensajes de Wapsap, varias llamadas sin recibir respuesta. No se que le ha podido pasar. Me encajo en su domicilio y no parece que esté allí, nuevas llamadas y otro mensaje  hace pensar que posiblemente olvidó el móvil en casa.

Otra caminata  en busqueda infructuosa, mi marcador de pasos me indica 18000, ya busco el descanso en la terraza de un céntrico bar. Nazarenos de antifaces celestes, se cruzan con otros de negra capa. Mi móvil no tiene batería.


El descanso ha venido bien pero noto el dolor en las piernas y espalda que se generaron en la larga jornada anterior aun inacabada. Nadie contesta, pensaría que salió con alguno de sus hijos y olvido el teléfono, no tengo otra explicación.

Me marcho para mi casa, camino bajo un intenso dolor en el costado ocasionado por las 10 horas pasadas en la silla de tijeras, y las treinta y seis sin descanso, por lo que hay días que como este me salvo el teléfono. Ella se habría dado cuenta.

Sevilla a 18 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez

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