lunes, 28 de abril de 2025

Broma

 

La broma

Que es especial, lo sé, que aun lo es más  para mí que por que no le gusta, ni hablo de “eso”, ni del pasado, que paseo perro y voy al supermercado como logros de amor, que más parecen tener poco valor en meritos alcanzados, que me he aprendido todos los nombres que más fácil se me hizo memorizar los reyes godos, pues por una broma casi infantil a punto estuve de volver  a ese irascible y alocado joven que nunca quiso conocer el amor, y que en su ocaso comparte la vida con el teclado de su viejo ordenador de gastadas letras..

Por suerte todo volvió en el lógico sentido, pues nunca una broma, un chiste entre adultos nunca, nunca, puede ser una falta de respeto, tal como le había parecido mi comentario, aunque algunos me los ponga como las carambolas a Fernando VII. Y dice que no se enfada y que sea como yo era, pues es evidente que algo me ha cambiado al quererla, y ella lo sabe.

Guardare la copia íntegra de la pava móvil, aunque sé que podría borrar su parte de la contienda dialéctica de respeto y broma, y que terminamos con lavado y cocina, de algo tenemos que hablar, y hasta de culo del pollo que lo pone a huevo. Hoy hemos paseado, siempre con Julieta, e incluso visitamos el convento donde tengo a la comunidad de religiosas  rezando para mi felicidad.

¿Quién le cuenta ahora lo del rubí? Una fantasía onírica que podía inventar del lactante de Heracles agarrado a los pechos de Hera. Me pregunto si le faltaría el respeto. Broma, es alimento y con las cosa de comer no se juega.

Sevilla a 29 de Abril 2025

domingo, 27 de abril de 2025

Otra prueba

 

La muralla

Ni sé como llegue a tiempo. Desde muy temprano tratando de encontrar la avería eléctrica que nos dejo sin luz en la parcelita. El electricista hace comprobaciones con cautela pues  el voltaje de 380, que solo sé que es peligroso, no admite bromas.

Hago hincapié que si fuera posible que para las once de la mañana pudiera haber localizado y reparado la sección de cable que no da continuidad, el profesional no quiere prisas y a mí se me pasan los minutos volando. Llevaba dos horas y madias y con la avería localizada no disponemos del cable suficiente, un cable de mayor capacidad o lo que sea, 25 metros.  Le pido por favor que lo deje y él se empeña en cerrar todos los registros abiertos  demorando la posibilidad de salir con rapidez a fin de que me diera tiempo de comprarlo en un almacén de electrizad  que me coge de paso y continuar mañana.

Vuelo con mi viejo coche, llego al almacen, compro el cable y el diferencial, pero el tiempo corre solo me queda al llegar a casa llamarla  y comunicarle  mi atraso. No sé cómo pude pero llegué. Justo a las doce y media coincidíamos en la llegada. Era una visita guiada a la muralla de Sevilla, una motivación para estar, como ella dice conociéndome. Le acompaña su hija Marta que vive cercana al arco, donde tiene lugar la identificación para facilitar los auriculares.

Le presento al profesor Esteban Moreno que nos ilustrará con sus conocimientos no en balde es máximo conocedor, y aun tenemos tiempo de un café y …..¿piña?.

La visita dura algo más de una hora y acudimos al bar que tenía previsto pero estaba cerrado, Sevilla tiene muchos, este es frecuentado por Marta con su familia, incluso es posible que por Juan de Dios, al que aun no conozca de hombre y creo  recordarle de pequeños. Mi suerte es que todos sus hijos parece que me conocen, y ella, solo quiere conocerme mejor, como la canción  de los Beatles.

En la terraza las cervezas y los calamares nos ayudan a la conversación de lo que no hablamos ni de “eso” ni del pasado, el momento donde hacemos participe a Marta de nuestra “locura”, contándole  nuestras risas de dialogo “ozores”, que es como ella lo llama, ( la pava por móvil) pues lo mismo le vendo un Hospital, que no le explico bien donde meto el dedo.... (en el pequeño teclado del ordenador). Las risas nos aparece cuando al llegar la segunda cerveza, esta vez con puntillitas y su zumo de piña,  y que aunque dice que come, diría que no la vi que lo hiciera.

Todo empezó cuando me comento de la habilidad acrobática que tenia de poner la cabeza en el suelo, y no me parece que tenga tanto merito, basta con tenderte y apoyarla tal que fuera una siesta en la playa, pero no, es otra cosa, debe ser un espectáculo. Y ahí empezó la descripción de la diaria sesión de ejercicios que me recomienda tal como ella realiza, contarselo a Marta fue de tal hilaridad que incluso pude sentir la sal humedecer mis ojos de tantas risas, de un rato de felicidad, reírse es sano.Llorar es bueno.

Dejamos a Marta cerca de su domicilio, e iniciamos un largo paseo hacia su casa en el sopor de una tarde calurosa sin hablar ni de “eso”, ni del pasado,  el trayecto es un aula de conocimiento de una gran familia en la que creo saber todos los nombres y el de sus parejas, los nietos, biznietos,  incluso la profesión de uno de los consuegros.

 Regreso a casa en solitario y cansado y aunque le he dicho hasta donde un hombre puede decir, ni caso, al menos me despidió con su sonrisa.


 Siempre lo hace, aun no le he contado lo de la vía láctea, que son gotas de los pechos de Hera donde se alimento Hércules el de las doce pruebas.  Lo se porque lo he leído.

Sevilla a 27 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez

sábado, 26 de abril de 2025

Gimnacia

 

De compras

Al regreso el marcador de pasos tenía 17633, cuatro horas  habían pasado desde que salí de casa para dirigirme a la peluquería pero no pudieron atenderme y me adelantan que hasta el martes no me podría dar el servicio. Me dirijo a otra, y a otra, y no me pueden atender, ahora todo es por cita previa.

El nuevo encuentro estaba previsto para las seis, habia surgido  lo que podia retrasar, y evidentemente comparecí con adelanto y sin el arreglo que mil cabello requería, por si había presentacion. Bueno no importa a fin de cuentas no la hubo y solo íbamos a ir de compra al super. 

La acompaña una de sus nietas, por cierto no la conocía, es joven seria, que nos hace camino hasta la puerta del establecimiento y es que ella busca a sus amigos en la “kedada” cercana, luego la encontraremos en el nutrido grupo de adolescentes.

Como si una computadora tuviera va llenando el carro de mercancías que van desde provisiones de alimentos para atender a toda la amplia familia que inesperadamente, pueda aparecer en su casa, pimientos dos bolsas, naranjas dos bolsas, pollo, dos bandejas, lleva un control de precios, me recomienda que me compre proteínas, acaso me está viendo desmejorado  de querer queriendo, como decía el chavo.

Comida especial para gatos esterilizados, para Julieta, para la cobaya, detergentes, dentífrico, ya sabéis…. El carro lleno. Cuando realiza el pago con tarjeta, resulta que veo que marca el mismo número que yo tengo en la mía, no me cree cuando se lo digo.

Ya en la calle tirando del pesado carro lleno de la compra por las tortuosas calles del intramuro le ofrezco sentarnos en una terraza, lo de siempre zumo de piña. No hablamos ni del pasado ni de “eso”.

 Cuando recuperamos la marcha mi atención me lleva a la tabla de gimnasia que dice realiza cada mañana antes de ducharse con agua fría, los pelos de punta, nunca mejor dicho, al describir la tabla así que en la cama debo de poner los brazos en el colchón doblando los codos  y ella, dice que coloca las piernas hacia arriba, me entra la risa floja, continua explicando el ejercicio, que me dice que lo ha hecho muchas veces, pues los hombres, ella sabe que no tenemos esa elasticidad, así que si como me dice, meto la cabeza entre las piernas, ….me troncho de risa, con la explicación, de hacerla acabaría llamando al 112 , pues la situación más parece que sea un capitulo del Ananga.

Hoy estoy cansado y tengo varias preocupaciones, una tengo que ir a ver lo del agua, la avería de la luz , he quedado con ella y su hija para mañana y me parece que un poco temprano, pensando que posiblemente no llegue a tiempo, para presentarme con ropa adecuada, pues la que llevare al campo será ropa de trabajo.

No hablaremos esta noche que necesito el descanso, pero no dejo de pensar en la tabla gimnastica y la risa de su ejecucion no me deja dormir en la cama, donde ni me hago a la idea de cómo debo de poner los brazos para atrás, si como ella dice levanta las piernas…… y como me temía en el intento me dio un tirón.   

Sevilla a 26 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez

miércoles, 23 de abril de 2025

De paseo

 

El paseo de Julieta

A las 7,30 el móvil estaba en carga, solo había que esperar a que sonara. Sonar, sonó, justo cuando me encontraba en una actividad del centro que las programa para mayores. Atiendo la llamada y compruebo que con bastante anterioridad se había recibido otra que se me paso desapercibida. Era un mensaje  preguntándome la ubicación.

 Ahora su voz marca el punto de encuentro, apresurado bajo las escaleras y entro en los servicios para lavarme las manos manchadas en la actividad, el espejo me señala una pequeña mancha en la barrigota, una contrariedad.

Voy a casa y cambio de camisa y dejo la chaqueta, pues el esplendido día marcará buena temperatura para tanta ropa. Salgo corriendo a velocidad que ya no es propia y un nuevo mensaje dice “no corras”, el autobús se acerca a la parada y aun me faltan metros, si no le alcanzo lo suyo será un taxi. Un último mensaje para decirle estoy en la última  parada. Allí estaba, su perrita me hizo más fiestas, y según creo no hace con todo el mundo.

Un paseo sin rumbo, es el paseo de Julieta. Un paseo que nos sirve, al menos a mí, que en cada paso me guste más, lo cual no es ningún merito y ella lo sabe, ella gusta a cualquier hombre, que por ahora es mi suerte, solo falta la otra mitad, pues esto siempre fue cosa de dos.

La decisión de no hablar a partir de ahora ni de “eso”, ni del pasado, es como una prueba, dura prueba hasta que me conozca. ¡Quiere conocerme mejor!  La Entiendo, aplicando la coletilla que siempre usa, “tú me entiendes” y digo que sí, que puedo hacer, escuchando lo que hizo con quienes ni pasó la primera prueba. Porque esto son pruebas, y no sirven ya otros deseos, pues es su corazón es el juez implacable de su amor. Ni poesía, ni flores, ni bombones, ni manita tonta, ni mucho menos tocar hablando, todo lo más por ahora es coger la cuerda de Julieta, la yorkshire que se arrastra a las pasiones ante cualquier chucho que viene a olerla.

Hoy tengo la tarde ocupada con cosas, no es cuestión de atosigarla, aunque me dijo que le agobiaba, y aun no somos pocos más que paseantes de Julieta. No volveremos a hablar del pasado, por lo que tendrá que conocerme en el presente donde la ancianidad no es referente de belleza, donde el dinero escasea como la vista y el pelo, donde la salud se mantiene cuidándola y el amor, aunque nos duela, ya no está entre las sabanas.


Al llegar a casa más de diez mil pasos marcaba el reloj, no había desayunado pensando en que lo haríamos juntos en alguna terraza, pero es algo que no es de su agrado, pienso que será por el momento y que al menos en esto no será tan estricta, pero es verdad que los precios de los bares son para desayunar en casa.                                                    Sevilla a 23 de Abril de 2025

Francisco Rodríguez Estévez     

lunes, 21 de abril de 2025

el sueño

 

Nos vemos

El mensaje de voz que llego ya tarde en el tiempo, me creó una extraña duda, pues sin concretar ni dia, ni hora, ni el destino  que me pareció, diré pelín extraño, pero a esas horas no era momento de elegir, si hay que ir, se va.

 El sueño no llega al  dar vueltas a la inconcreta misiva,  y aunque el deseo sea el de verla el destino se me hace lejos especialmente  caminando. No lo será si le sugiero llegar en taxi, e incluso puede haber alguna línea de autobús que tendré que consultar.

Todo parece indicar que será un paseo matutino para llegar a un lugar aún desconocido e inconcreto, pero trato de recordar que, de llegar, en aquella plaza pueda existir ningún comercio.  Me planteo tomar alguna iniciativa que cabe temer que sea rechazada.

La duermevela me hace pensar en tomar un coche de caballo a los pies de la Giralda, para iniciar un pausado paseo que nos lleve a completar, al paso de sangre, el oval recorrido de la plaza de España, para tras la vuelta adentrarse en breve recorrido en la umbría del parque. Son poco más de dos en la pantalla del despertador que sonara como cada dia a las 6,30, y que de un tiempo a esta parte apenas le hago el menor caso.

El pensamiento es más intenso que la gominolas de ashwagadha, el adaptogeno que tomo para inducir al sueño, aunque también tiene otros efectos.

El cochero es una persona que canta como un gondolier veneciano al trote del blanco corcel que tira de la calesa. Tengo la impresión que es un hombre pequeño, por los brazos que manejan las riendas, ella dice que canta bien, pero en el sueño no se le escucha.

La parada es justa a la puerta de un “hammam”, deja caer que hace calor y le apetecería un baño. Nunca he estado en un sitio de esos de sauna y masaje, pero.... allá vamos, la ducha es de agua muy fría que me acobarda continuar el recorrido, un espejo delata mi enorme barriga y lo estrecho del bañador que hemos comprado. Se la ve contenta en  agua fría es un ritual que disfruta cada mañana, yo ni por asomo,  y me pego a la pàred evitando cualquier gota, la empleada corta el grifo para que pase.

El baño caliente es extremo, no estamos para estos cambios de temperatura, el masaje terapéutico es para su cuello y el mío a la cintura, no está mal. Ha sido divertido y una relajante música blanca favoreció los laberintos.

 Las muñidas toallas de rizos confortan con su abrazo de algodón. Miro al reloj digital de números rojos para ver que son cerca de las tres. Tras el baño reparador la hamburguesería que esta justo al lado nos repone.


El sopor me lleva a la puerta de un hotel de lujo, la habitación da a la piscina, en el interior hay como una nube de polvo dorado que llena la estancia en lenta caída de partículas de brillante oro, las sabanas son rosas de ese resbaladizo raso.… y entonces a las cuatro de la madrugada, decidí tomarme el noctamil.         Sevilla a 21 de Abril de 2025-

Francisco Rodriguez

viernes, 18 de abril de 2025

Viernes Santo

 

Hay días

Hoy, acaso me he dado cuenta de que en ocasiones uno no está, pero no por la edad que los hay intrépidos en todas a pesar de  longevas existencias. No ha sido mí caso que, por primera vez en muchísimos años el Viernes Santo me devuelve a casa sin presenciar ni una sola de las procesiones de este dia tan importante en la Semana Santa de Sevilla.

De hecho desistí ir al lugar donde una tras otra, año tras año, me da la oportunidad de vislumbrar la figura del Cristo de la Expiración, y Virgen del patrocinio, Monserrat,y Loreto en un “plegueró” de Silvio, la impresionante canastillas de la Carreteria, y  la sobriedad de la cofradía del convento de la Paz, con la soberbia Piedad de Pedro Roldan con el inicio de un cortejo que lleva muñidor y remata por 18 ciriales. Un gran dia, pero que contemplare por televisión.

Ha sido una larga noche. Deberia de haber descansado pero no lo hice a pesar de lo "cascado" que regresaba a casa, de una larga madrugada y  más por temor a que el sueño reparador se convirtiera en algo más que una cabezadita. Ducha y almuerzo ligero.

Es aun temprana la tarde incipiente pero por Valflora y por Castilla, ya suceden cosas. La llamo, hoy no tengo sillas, estarán ocupadas por mis sobrinas y sus hijos, mañana creo que me toca.

Mensajes de Wapsap, varias llamadas sin recibir respuesta. No se que le ha podido pasar. Me encajo en su domicilio y no parece que esté allí, nuevas llamadas y otro mensaje  hace pensar que posiblemente olvidó el móvil en casa.

Otra caminata  en busqueda infructuosa, mi marcador de pasos me indica 18000, ya busco el descanso en la terraza de un céntrico bar. Nazarenos de antifaces celestes, se cruzan con otros de negra capa. Mi móvil no tiene batería.


El descanso ha venido bien pero noto el dolor en las piernas y espalda que se generaron en la larga jornada anterior aun inacabada. Nadie contesta, pensaría que salió con alguno de sus hijos y olvido el teléfono, no tengo otra explicación.

Me marcho para mi casa, camino bajo un intenso dolor en el costado ocasionado por las 10 horas pasadas en la silla de tijeras, y las treinta y seis sin descanso, por lo que hay días que como este me salvo el teléfono. Ella se habría dado cuenta.

Sevilla a 18 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez

miércoles, 16 de abril de 2025

A Longinos

 

En la calle

 Ver la Semana Santa por las calles de Sevilla tiene su encanto, pero cansa. Acaso esperando que me confirmara  la disponibilidad de dos silla que la familia tenemos en carrera oficial, y que nietos y sobrinos han tomado posesión ya no tengo otra que buscar el andar de los pasos por las calles, cosa que también tiene su edad, para la que ya no estoy.

Llevo varios días con ese dolorcito que cada primavera me acompaña y palio gracias a la perfecta combinación de nolotiles y parancetamoles. 

Llega la tarde y no me da tiempo para un descanso, le  envío mensajes para quedar, pero se que es harto difícil que oiga la llamada del teléfono guardado en la cartera dentro del blindado bolso de cremallera repleto de cosas. No había manera.

Ya cuando tenía decidido ver las cofradías sentado, el mensaje  esperado llega, dice "estamos viendo San Bernardo",(pienso será por la Alfalfa) continua, "después, La Lanzada por la Alameda".  ¿Donde la podré localizar?, estoy por la ronda. Me encamino hacia San Pedro intuyendo un trayecto lógico. En Imagen me envía la localización. Allí estaban.

La chaqueta celeste le favorece, la sonrisa de rostro mantiene un encanto jovial que oculta el dolor de su contractura, hoy  está acompañada de su hija Charo y de sus nietos  Rocío, Alejandro y Adriana, buscamos el camino de ir a la Alameda. Rocio es una niña muy buena, con un cuerpo de adulta, igual que Alejandro  pero son dos niños, igual que Adriana, juegan entre ellos. 

Una llamada avisa de que se incorpora María que es otra nieta, y viene con sus biznietos Gonzalo con madera de futbolista caro, y  del pequeño Diego, un Ángel de algodón  de azúcar y ojos color del cielo. Y también Darío, que es el padre. 

Por San Martin, ya la Virgen iba por Alberto Lista, (el programa dice Trajano), por lo cual avanzamos por calle Morgado emplazándonos en lugar en principio apropiado esquina con calle Delgado. Mi gozo en un pozo, la cruz se desvía a Jesús del Gran Poder, el tapón acumulado de tantas personas apenas deja ver un trocito del paso.

A Longinos montado en su corcel  si lo pudimos ver, y en el forzado escorzo  de la cabeza evidenciaba la contractura del cuello que le delataba el dolor, y es que tanto tiempo estando de pie dentro de una muchedumbre no es la Gloria,  y es que sevillanos en la gloria de la calle ya no es algo que se disfrute pues se hace harto difícil. Cuatro horas de caminatas y parones, hoy hemos visto al Cristo de Illanes, por la espalda.

Acaso el tiempo del pequeño Diego amamantado en la multitud de la esquina a sones de “La Madruga” era lo más parecido a la Gloria,  porque daba gloria verle y también fue otra gloria la sabia decisión de dar por terminada esta jornada de procesiones en Sevilla. y que se augura será larga.

 La televisión me ofrecerá la retrasmisión de todos los pasos, y la llamare para preguntarle cómo se encuentra.

Sevilla a 16 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez

lunes, 14 de abril de 2025

Lunes Santo

 

Tarde de pasos

La llamada fue inesperada, "por la heladería pasa la cofradía". Con la velocidad esa que a veces no nos podemos permitir, puse  en marcha todo el sistema locomotor y a pasos agigantados alcancé en tiempo record donde venden  los helados, cuando justo pasaba el pasopalio.-

Hacía muchos años que no presenciaba pasos en la calle, el público tapona los pasos en recorridos de desplazamientos imposibles. 

Bajo un naranjo de la placita protegiéndose del Sol de este Lunes santo que se cumplieron los vaticinios que mi cuñada puede con certeza predecir el tiempo, y el agua llegó tal como habia presagiado.

El azul del terciopelo de su chaqueta lucia con el dorado de su juvenil cabello. Estaba estoica, justo de pie, cuando  estaba sufriendo calladamente el dolor de una contractura, pero bien  acompañada por cinco miembros de su amplia familia a la que voy conociendo y me dejo conocer. Charo, Sandra, Rocío, Alejandro y Adriana, todo hace  que me sienta integrado en una maravillosa familia. 

Emprendemos magnis itineribus la ruta de otros pasos, conocen el lugar, parece que repiten el trazado  en años anterores, este, con parada para un café reparador que vendrá bien para permanecer por tanto tiempo en pie.

 Buscamos  el paso, el de pasar por el lugar que se acota a tal fin, un tapón en Tetuán,  para ver el Cautivo del primer paso que nos da pie para seguir buscando un nuevo paso, en otro lugar. 

Por Rosario, Charo indica el camino,  cuando la banda de músicos abandona la formación e irrumpe por donde transitábamos, un hueco en la Magdalena trae recuerdos del abuelo Antonio al que llegue a conocer. 

En el balcón de su casa Aníbal me invita a subir, piensa que estoy solo, baja para saludarnos, me felicita, pienso que pensó con buenas intenciones el deseo que me desea.

Algo más de una hora esperando al Soberano Poder, mereció la pena, pero cansa, la bulla permitió conocer que me encontraba en compañía de mujeres de temperamento. Abandonamos el lugar cuando una incipiente lluvia adelantada en el tiempo previsto ocasionó un torbellino humano de direcciones encontradas. No sin esfuerzo el reagrupamiento nos lleva a volver sobre los mismos pasos, tres pasos ya está bien para una jornada de tres bullas y una impertinencia de la tonta de la sillita que siempre se puede encontrar para estropear el elemento cordial .

Una caminata para evitar otro parón pero que nos hace cambiar de rumbo hasta llegar hasta un lugar que desconocía que hubiera habido un bar, por cierto era bien conocido.

Y una vuelta más para evitando la aglomeracion, que la lluvia habia ocasionado, para llegar hasta el bar donde poder tomar una cosita con zumo de piña, y chucherías  para los menores, la coincidencia hace que llegue Javi, será nazareno de Montesion, es un adolescente que llega con sus amigos y le demuestra el cariño del beso a su abuela.

Ya estamos cerca de la casa y el momento de la despedida de una jornada que ni me podría soñar, son regalos que la vida ofrece, paso a paso, así pasamos, con Sol de la tarde y con lluvia en el atardecer que se hace noche y que se acabó serena por lo cual los pasos que salieron pudieron regresar a sus templos. Lunes santo

Sevilla a 14 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez

jueves, 10 de abril de 2025

Wapsap

 

Me quiere, no me quiere

Como adolescente, impaciente espero que llegue la tarde noche para hacer lo que se llama chatear con ella, y que evidentemente no es chocar las narices, como esquimales, ni tomar “chatos de vino”, que se bebe al servirse en vasos cortos. Chatear es hablar a través de Wapsap, una cosa fantástica que permite hacerlo escribiendo, oralmente y también escribir hablando, todo un peligro pues debe de realizarse muy lenta y claramente so pena que el artilugio te escriba lo que le plazca y   entonces se genera un dialogo  al que ella dice ozores, porque no hay quien lo entienda.

Es lo que antes, y me remonto más de 60 años atrás, podía ser pelar la pava, ahora cada uno en su casa, pues así lo permite el invento, el caso es que aun no me ha dicho si le gusto, aunque sea un poquito, y yo ya hago tonterías solo por verla.

Hoy me ha puesto a prueba, pero mereció la pena tomar juntos una cerveza en una terraza, y que no protestara al camarero cuando me cobraron cuatro euros por una caña, me sentía feliz.

Venia esto de la comunicación que realizamos en libertad, y que más parece furtiva, y con nocturnidad, donde ni hacemos más planes que encontrar la manera de merendar una tarde, aunque fuera acompañada por alguno de sus once nietos y nietas, no así los biznietos que son aun pequeños para hamburguesas.

El caso es que al hablar para que quedara la conversación escrita hace más ilusión. Mi móvil, acaso por mi atropellada forma de hablar, elaboró un dictado en el que no había manera de que ella pudiera entender nada de lo que ni yo mismo era capaz de descifrar. 

La risa en la lectura impedía hablar de nada pues entre mi gordísimos dedos pulsando el minúsculo teclado aun hacia el dialogo ozores un verdadero gag de comicidad en la dorada edad  que disfrutamos.


 En la discreción de esta conversación donde puede que esté presente alguno de sus nietos, ocurre que la voz del televisor  se entra en la conversación y ya se hace imposible (por las risas del disparate) que algo se nos entienda, no importa, creo que “no estamos locos, sabemos lo que queremos” .

Sin duda estamos por suerte bastante bien en todos los aspectos, ella es fantástica, yo aun mantengo el “tipo” a duras penas,  sí, tenemos esas cosas que solo pueden tener los de los nuestros, y quedan pocos, por lo que el dialogo ozores cada noche es  como pétalos de una margarita de incertidumbre, en sus risas, en su humor, en su gracia que me lleva a la cama para que mañana amanezca antes y vuelva una nueva tarde y volverle a preguntar si le gusto aunque sea un poquito. Las hijas me dijeron que tuviera paciencia.

Sevilla a 10 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez