miércoles, 16 de abril de 2025

A Longinos

 

En la calle

 Ver la Semana Santa por las calles de Sevilla tiene su encanto, pero cansa. Acaso esperando que me confirmara  la disponibilidad de dos silla que la familia tenemos en carrera oficial, y que nietos y sobrinos han tomado posesión ya no tengo otra que buscar el andar de los pasos por las calles, cosa que también tiene su edad, para la que ya no estoy.

Llevo varios días con ese dolorcito que cada primavera me acompaña y palio gracias a la perfecta combinación de nolotiles y parancetamoles. 

Llega la tarde y no me da tiempo para un descanso, le  envío mensajes para quedar, pero se que es harto difícil que oiga la llamada del teléfono guardado en la cartera dentro del blindado bolso de cremallera repleto de cosas. No había manera.

Ya cuando tenía decidido ver las cofradías sentado, el mensaje  esperado llega, dice "estamos viendo San Bernardo",(pienso será por la Alfalfa) continua, "después, La Lanzada por la Alameda".  ¿Donde la podré localizar?, estoy por la ronda. Me encamino hacia San Pedro intuyendo un trayecto lógico. En Imagen me envía la localización. Allí estaban.

La chaqueta celeste le favorece, la sonrisa de rostro mantiene un encanto jovial que oculta el dolor de su contractura, hoy  está acompañada de su hija Charo y de sus nietos  Rocío, Alejandro y Adriana, buscamos el camino de ir a la Alameda. Rocio es una niña muy buena, con un cuerpo de adulta, igual que Alejandro  pero son dos niños, igual que Adriana, juegan entre ellos. 

Una llamada avisa de que se incorpora María que es otra nieta, y viene con sus biznietos Gonzalo con madera de futbolista caro, y  del pequeño Diego, un Ángel de algodón  de azúcar y ojos color del cielo. Y también Darío, que es el padre. 

Por San Martin, ya la Virgen iba por Alberto Lista, (el programa dice Trajano), por lo cual avanzamos por calle Morgado emplazándonos en lugar en principio apropiado esquina con calle Delgado. Mi gozo en un pozo, la cruz se desvía a Jesús del Gran Poder, el tapón acumulado de tantas personas apenas deja ver un trocito del paso.

A Longinos montado en su corcel  si lo pudimos ver, y en el forzado escorzo  de la cabeza evidenciaba la contractura del cuello que le delataba el dolor, y es que tanto tiempo estando de pie dentro de una muchedumbre no es la Gloria,  y es que sevillanos en la gloria de la calle ya no es algo que se disfrute pues se hace harto difícil. Cuatro horas de caminatas y parones, hoy hemos visto al Cristo de Illanes, por la espalda.

Acaso el tiempo del pequeño Diego amamantado en la multitud de la esquina a sones de “La Madruga” era lo más parecido a la Gloria,  porque daba gloria verle y también fue otra gloria la sabia decisión de dar por terminada esta jornada de procesiones en Sevilla. y que se augura será larga.

 La televisión me ofrecerá la retrasmisión de todos los pasos, y la llamare para preguntarle cómo se encuentra.

Sevilla a 16 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez

lunes, 14 de abril de 2025

Lunes Santo

 

Tarde de pasos

La llamada fue inesperada, "por la heladería pasa la cofradía". Con la velocidad esa que a veces no nos podemos permitir, puse  en marcha todo el sistema locomotor y a pasos agigantados alcancé en tiempo record donde venden  los helados, cuando justo pasaba el pasopalio.-

Hacía muchos años que no presenciaba pasos en la calle, el público tapona los pasos en recorridos de desplazamientos imposibles. 

Bajo un naranjo de la placita protegiéndose del Sol de este Lunes santo que se cumplieron los vaticinios que mi cuñada puede con certeza predecir el tiempo, y el agua llegó tal como habia presagiado.

El azul del terciopelo de su chaqueta lucia con el dorado de su juvenil cabello. Estaba estoica, justo de pie, cuando  estaba sufriendo calladamente el dolor de una contractura, pero bien  acompañada por cinco miembros de su amplia familia a la que voy conociendo y me dejo conocer. Charo, Sandra, Rocío, Alejandro y Adriana, todo hace  que me sienta integrado en una maravillosa familia. 

Emprendemos magnis itineribus la ruta de otros pasos, conocen el lugar, parece que repiten el trazado  en años anterores, este, con parada para un café reparador que vendrá bien para permanecer por tanto tiempo en pie.

 Buscamos  el paso, el de pasar por el lugar que se acota a tal fin, un tapón en Tetuán,  para ver el Cautivo del primer paso que nos da pie para seguir buscando un nuevo paso, en otro lugar. 

Por Rosario, Charo indica el camino,  cuando la banda de músicos abandona la formación e irrumpe por donde transitábamos, un hueco en la Magdalena trae recuerdos del abuelo Antonio al que llegue a conocer. 

En el balcón de su casa Aníbal me invita a subir, piensa que estoy solo, baja para saludarnos, me felicita, pienso que pensó con buenas intenciones el deseo que me desea.

Algo más de una hora esperando al Soberano Poder, mereció la pena, pero cansa, la bulla permitió conocer que me encontraba en compañía de mujeres de temperamento. Abandonamos el lugar cuando una incipiente lluvia adelantada en el tiempo previsto ocasionó un torbellino humano de direcciones encontradas. No sin esfuerzo el reagrupamiento nos lleva a volver sobre los mismos pasos, tres pasos ya está bien para una jornada de tres bullas y una impertinencia de la tonta de la sillita que siempre se puede encontrar para estropear el elemento cordial .

Una caminata para evitar otro parón pero que nos hace cambiar de rumbo hasta llegar hasta un lugar que desconocía que hubiera habido un bar, por cierto era bien conocido.

Y una vuelta más para evitando la aglomeracion, que la lluvia habia ocasionado, para llegar hasta el bar donde poder tomar una cosita con zumo de piña, y chucherías  para los menores, la coincidencia hace que llegue Javi, será nazareno de Montesion, es un adolescente que llega con sus amigos y le demuestra el cariño del beso a su abuela.

Ya estamos cerca de la casa y el momento de la despedida de una jornada que ni me podría soñar, son regalos que la vida ofrece, paso a paso, así pasamos, con Sol de la tarde y con lluvia en el atardecer que se hace noche y que se acabó serena por lo cual los pasos que salieron pudieron regresar a sus templos. Lunes santo

Sevilla a 14 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez

jueves, 10 de abril de 2025

Wapsap

 

Me quiere, no me quiere

Como adolescente, impaciente espero que llegue la tarde noche para hacer lo que se llama chatear con ella, y que evidentemente no es chocar las narices, como esquimales, ni tomar “chatos de vino”, que se bebe al servirse en vasos cortos. Chatear es hablar a través de Wapsap, una cosa fantástica que permite hacerlo escribiendo, oralmente y también escribir hablando, todo un peligro pues debe de realizarse muy lenta y claramente so pena que el artilugio te escriba lo que le plazca y   entonces se genera un dialogo  al que ella dice ozores, porque no hay quien lo entienda.

Es lo que antes, y me remonto más de 60 años atrás, podía ser pelar la pava, ahora cada uno en su casa, pues así lo permite el invento, el caso es que aun no me ha dicho si le gusto, aunque sea un poquito, y yo ya hago tonterías solo por verla.

Hoy me ha puesto a prueba, pero mereció la pena tomar juntos una cerveza en una terraza, y que no protestara al camarero cuando me cobraron cuatro euros por una caña, me sentía feliz.

Venia esto de la comunicación que realizamos en libertad, y que más parece furtiva, y con nocturnidad, donde ni hacemos más planes que encontrar la manera de merendar una tarde, aunque fuera acompañada por alguno de sus once nietos y nietas, no así los biznietos que son aun pequeños para hamburguesas.

El caso es que al hablar para que quedara la conversación escrita hace más ilusión. Mi móvil, acaso por mi atropellada forma de hablar, elaboró un dictado en el que no había manera de que ella pudiera entender nada de lo que ni yo mismo era capaz de descifrar. 

La risa en la lectura impedía hablar de nada pues entre mi gordísimos dedos pulsando el minúsculo teclado aun hacia el dialogo ozores un verdadero gag de comicidad en la dorada edad  que disfrutamos.


 En la discreción de esta conversación donde puede que esté presente alguno de sus nietos, ocurre que la voz del televisor  se entra en la conversación y ya se hace imposible (por las risas del disparate) que algo se nos entienda, no importa, creo que “no estamos locos, sabemos lo que queremos” .

Sin duda estamos por suerte bastante bien en todos los aspectos, ella es fantástica, yo aun mantengo el “tipo” a duras penas,  sí, tenemos esas cosas que solo pueden tener los de los nuestros, y quedan pocos, por lo que el dialogo ozores cada noche es  como pétalos de una margarita de incertidumbre, en sus risas, en su humor, en su gracia que me lleva a la cama para que mañana amanezca antes y vuelva una nueva tarde y volverle a preguntar si le gusto aunque sea un poquito. Las hijas me dijeron que tuviera paciencia.

Sevilla a 10 de Abril de 2025

Francisco Rodriguez Estevez