martes, 4 de febrero de 2025

el corto

 

El corto 

A primera hora acudí al centro de mayores donde me estoy iniciando en el billar, esta vez era para asistir a una clase de guitarra que imparte voluntariamente un socio que le dedica su tiempo para enseñar  al extenso grupo de mayores que forman los tres grupos encontrándome en el nivel básico,  como en el billar.

Al acabar la clase disponía de unos minutos por lo que fui a la zona de billares, todas las mesas  estaban ocupadas en una solo estaba una persona jugando mas no permitió que fuera su débil rival.  Advertí que nadie quiere jugar con este billarista, al parecer le “conocen”.

Al dejar la mesa pude jugar los pocos minutos que disponía, antes de acudir a la clase para saber si se reanudaría el corto, con un viejo rockero del ampliado grupo.

En la calle, quien no quiso jugar advierte mi guitarra, y le digo que estoy aprendiendo. Me dice que si la puede ver, ¡mira que cosa!, quien no me deja jugar se interesa por mi guitarra. Accedo, me dice que el toca. Mi guitarra es de un constructor famoso. Crece su interés, la admira, le gusta, le permito que la coja, e inicia un  toque por soleares allí de pie. Suena bien.

Llevo la guitarra a casa, vuelvo para la reunión sobre el corto que ha comenzado en una sesión en la que faltan demasiadas alumnos, y los planteamientos que se expusieron se alejan de los criterios iníciales, la mía será otra aventura, que no será esta, posiblemente en un nuevo taller cuando se convoque, no obstante les he dejado el attrezzo por si reinician la realización del cortometraje fallido.

Surge la idea de realizar un nuevo guion con las ideas que puedan aportar los alumnos, que serán del nuevo taller, se comenta que en Valencia un corto sobre las naranjas, cuya idea casi de tontería se inició en una comida familiar en la huerta de un pariente, y ha conseguido un premio importante. Una especie de documental de pareceres de los naranjeros . Se añade la confesión del autor  que la grabó como una broma.


Me lleva la idea de la naranja al salón de billares en la que los billaristas entre tirada y tirada hablaran de cosas de los mayores, salud, economía, familia, sexo,  nada de política, salvo la mesa de la “bodeguilla”  de Felipe”, me inclino que sea más diálogos  improvisados aunque tenga un pequeño guion narrativo que sea conductor.

En el paseo de la tarde hago tiempo para acudir a la cita del médico.  Aun quedaba tiempo para unas carambolas  en solitario. Mi gozo en un pozo, el turno de tarde está completo con nuevos aficionados a las tres bandas.

Sevilla 4 de Febrero de 2025

Francisco Rodriguez

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