jueves, 6 de febrero de 2025

Depende

 


Llegó la mañana tras un placentero sueño que hacía tiempo no gozaba, acaso los pistachos y la serotonina hicieron su trabajo y apareció la perdida tienda de campaña. En la noche sueños rosas y carambolas de colores. La diana del despertador me hace saltar de la cama e iniciar la calistenia que tengo de rutina antes de llevar a cabo la higiene y el proceso fisiológico que se hace necesario antes de tomar la infusión digestiva espabilante.

Inicio el ordenador y compruebo en el móvil, que pongo en carga, los wapsap que llegaron. Hay varios que son diarias informaciones de personas que me consideran, y con ellos me llegaron un hermosísimo estado de quien quiero por consanguineidad familiar y otro de quien sueño, y ella no lo sabe, creo.

La demora me hace llegar tarde a la rutina del billar en el deseo de poder jugar con Manuel, enfrentarse a él es un premio, un máster del tapete verde, se trata de una persona mayor, que caminar lento por su edad con pasito corto de Manuel por la Campana buscando una escalera, el lo hace con ayuda de un andador-silla de parada corta, que le lleva hasta donde él quiera llegar. 

Por el contrario juego con Vicente, aquel que tocó por soleares con mi guitarra, que se muestra amable en la partida que tuvimos,y como no podía ser de otro modo, la guitarra como tema de dialogo entre las tacadas, por cierto no apuntamos las carambolas en el ábaco que cuenta blancas y negras. Ponemos fin A la corta partida, con la expectante espera de otros jugadores.

En el bar del centro DE MAYORES le encuentro de nuevo, ESTÁ desayunando,  pido café, aun no cree que no sepa tocar por muy buena que sea MI guitarra, y me anima para traerla y  tocar allí juntos una mañana, algo que no puede ser por el momento. La verdad es que no estoy más que para cambiar con cierta rapidez algunos acordes.

Al mediodia vuelvo a la zona de billares por si acierto a jugar con Manuel. Lo hago con Paco, somos muchos los Pacos que forman el grupo de billaristas. Manuel, otro Manuel este es más joven, delata la intención que tengo de proponer para hacer un documental cortometraje sobre la personalidad de los billaristas, que intentaré conocer, para poder integrar alguna broma que le haga mas bizcochable. Por el momento es una idea que tengo que exponer en la clase de cine.

El teléfono demanda mi presencia y quedo con mi hermano en “La despensa del convento”, hoy suena el Pali, no hay tertulia solo un par de personas en callada armonía, son dos  silenciosos clientes. En la palmatoria que decora la estancia un cabo de cera de la candeleria de pasopalio mantiene encendida la tintineante llama. La copa de Pedro Ximenez se acompaña con el aporte del tan necesario zinc de unos mejillones con pequeñas tostas. Detalle de la casa.


De regreso a casa una parada obligatoria en el bar cafetería Botoa, nombre de la devoción a la Virgen en el bellísimo pueblo de Alburquerque, donde los famoso jamones de Manuel Maldonado son desconocidos en nuestra ciudad. Luis nos sirve unas copas de Solera 1847 de González Byass, jugo de la palomino a tres por uno con la pedro ximenz, con el detalle DE acompañarlas con unas patatas fritas. No queda ahí, nos ofrece una concha de ensaladilla bien colmatada y rematada con buen trozo de bonito alalunga muy recomendable.


El billar me ha pegado fuerte  y en la tarde vuelvo ya que mañana viernes solo hay bailes de mayores que, por lo que se suena en los altavoces, parece que estos socios nunca bailaron rock, ni lo hicieron con los Beatles, ni tan siquiera con los Bravos, más se parece al casino de la pringue de mi infancia en el pueblo minero que, entre Esperanza, que solo sabe bailar cha cha cha, y El beso, ese que no se le da a cualquiera si es de amor, solo falta  El gato montés, y El emigrante. Old is old.

La tarde me lleva  a dar un paseo de los cinco mil pasos para bajar el peso, si quiero ponerme un traje, para  finalmente acabar nuevamente en la sala de billares,  juego una partida donde me salen demasiadas de fantasía que no volveré a repetir. 

La tarde se acaba, oscurece  y me acerco al restaurante para preguntar si admiten mascotas, a fin de que este puede que sea el lugar para celebrar el difícil encuentro familiar. Admiten pulpo.

La cena ha sido ligerísima y la completo un puñado de pistachos que facilita el sueño. Ahora buscare el enlace que me permite ver el partido de copa,  y advierto que lo dan en abierto. Lo mismo no lo veo completo, VA PARA GOLEADA y zappeo con las cenas  de first day (primer día) o con el tutorial de billar con carambolas explicadas, depende.                                                

Sevilla a 6 de Febrero de 2025                                                                       Francisco Rodriguez Estevez

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