lunes, 12 de abril de 2021

Vacuna



 Vacuna….¡leches!

Ya desde muy temprano, en el nuevo amanecer que por suerte el sueño había vencido al dolor después de padecerle durante tantas madrugadas, hacía presagiar que lo de la vacuna tendría migas, mejor que si era vacuna seria la leche. 

Con cierto retraso llega las urgencias, uno solo para espabilar, se me hace tarde y será el taxi que me adelanta los pasos que por intramuros me conducen a diario.

Es lunes, no tenemos expectativas de venta, y es el momento de volver a llamar a lo de la vacuna, que es la leche. En vano trato de ponerme en contacto con alguna voz que me responda a la pregunta que intento formular desde el pasado viernes que me llego la cita.

 Me vence la maquina, el automatismo es claro intrusismo del trabajo personal, y cuando no, la llamada queda sin realizar cuando se corta después de sonar mil veces, han sido demasiados intentos, y para salir de dudas no queda otra que cerrar el despacho con mucha antelación, perdiendo el imprevisible negocio, y dado la distancia y la falta de líneas municipales de autobuses para lo que se haría necesario al menos dos trasbordos se hace obligado tener que coger un taxi, y van dos, para que me acerque con tiempo al lugar citado, 8 euros con 40 céntimos.

Llegado al lugar e informar de las circunstancias que me obliga a preguntar si era el momento para la vacuna que me trae, ya que claramente se advierte en el prospecto de la medicina que tengo prescrita, que con el tratamiento de esta no está indicada ninguna vacunación.

Nadie sabe nada, con excepción de la persona que parece ser encargada del orden de las filas de mayores, entiendo que  por su atuendo sea persona auxiliar, que interviniendo afirma que él si se ha vacunado tomando la misma medicación que muestro, ¡la leche!. 

 Por suerte las enfermeras me ofrecen otra alternativa, con seguridad  la más lógica, para que una vez termine la medicación pueda presentarme, aun sin cita, de 8 a 20horas en ese mismo lugar y haga saber esta incidencia. No hay problema.

Esto de que responda una persona que, acaso lleve mucha experiencia de celador, camillero, u otra actividad dentro del ámbito, está claro que no puede asumir ni realizar opiniones que no son las propias de su responsabilidad, era la leche, y dale, otra vez que no pasaba nada, y que él se había vacunado. Sería persona de riesgo, un peligro. 

 Me recordaba como la especie invasiva que se acomoda en el hábitat ajeno, tal que fuera el mejillón cebra en el delta del Ebro, el cangrejo rojo en los arrozales marismeños, o sin ir más lejos la cotorra de Kramer, y la “Streptopelia Decaocto” que suena a antibiótico de diez a ocho, que siendo turca, se ha acomodado en la ciudad.

A la salida del lugar de apariencia deportiva y poco clínica, salvo por los epis , guantes, y mascaras que llevan los vacunadores y auxiliares administrativos, que por cierto queda bastante alejado de mi domicilio, más cuando en el centro existen multitud de espacios que tendrían mejor comunicación con autobuses urbano.

Al salir una línea tiene parada cerca, a pocos doscientos metros de la nave, al parecer  de uso polideportiva, donde se está vacunando. 

Al montar pregunto al conductor si pasa por la ronda y la respuesta es afirmativa. Una hora, una larga hora montado en el circular que tomé pensando en que no podía montarme en otro taxi, que sería el tercero en un día de vacuna, que resultó la leche.

Esto de las especies invasivas, tan dada en muchas acciones, y en ocasiones mejorando el conocimiento, la sangre, o las actividades, según se trate del invasor esta muy a la orden. Nabos por Cuna, siluros gigantes en Alcalá, Médicos Ministros,incluso con cobros en BE.

 En las plazas municipales de abastos, lugares que se están degradando por la falta de responsabilidad manifiesta, y la invasión está surgiendo por la falta de protección que acontece, más siendo lugar público, al que poca protección se le ofrece, y lo mismo de seguir la pauta que tanto abandono genera, en poco tiempo va a parecer la leche.

Sevilla a 12 de Abril de 2021

Francisco Rodriguez

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