Un proyecto difícil de explicar
Como aquello de los misterios inexplicables, nunca se sabrá si fue antes el huevo que la gallina. Así nos quedamos, que lo que no se puede explicar, nunca se llegue a comprender, y lo que no tiene explicación, además de inexplicable, tampoco se sabe explicar.
Lo de la Encarnación, misterio inexplicable, resulta que no se sabe explicar por el doctor Sanchez y por lo tanto no se puede comprender por el resto de los mortales, (cosa que estaba prevista), pues lo de tanta modernidad no era cosa fácil de digerir.
Acaso, lo que no se pueda explicar nunca, pero nunca, nunca sea lo de la sostenibilidad, y menos lo de la vanguardia, si esta se tiene que buscar en el pasado mas agujereado del Imperio, por no decir nada de lo de la originalidad,de un modernismo preterito si se nos viene a la cabeza como referentes Metz y Hannover, y olvidar la Boqueria.
En el autobús de linea un vídeo expone un pensamiento, una frase atribuida a Confucio “Hacer, sin aprender es inútil, sin pensar, temerario”, y no se por que me recordó lo de la rampa en el solar, por de nuevo con paralización técnica.
Y es que lo de la Encarnación, como todo lo inexplicable, siempre será un misterio.
Sevilla a 2 de Septiembre de 2008
Francisco Rodríguez Estévez
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