Nomijo
El ahorro de palabras hace que se enriquezca un idioma cuando aparecen otras nuevas, por mas que fueran viejas.
La señora algo mas mayor que octogenaria vino a decir nomijo, para que fuera entendido como un cariñoso “no mi hijo” para rechazar lo que un vendedor ambulante le ofrecía.
No viene al caso pero es que no pensaba volver a escribir este año la carta que les vengo reiterando cada año a los Reyes Magos, pidiéndole la consabida puerta por el momento negada, que hace que no me llegue el jubilo de una merecida retirada.
La señora algo mas mayor que octogenaria vino a decir nomijo, para que fuera entendido como un cariñoso “no mi hijo” para rechazar lo que un vendedor ambulante le ofrecía.
No viene al caso pero es que no pensaba volver a escribir este año la carta que les vengo reiterando cada año a los Reyes Magos, pidiéndole la consabida puerta por el momento negada, que hace que no me llegue el jubilo de una merecida retirada.
Le pediré a Baltazar que le traiga a Juan Espadas Cejas la memoria para que recupere las palabras que dejo en la promesa de instalar la puerta que por seis años llevo reclamando para que al menos se cumpla con el propio reglamento de mercado de la ciudad de Sevilla, a la vista que cumplir la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía se hace irreversible, y lo de la Ley FERAEE, y la Sostenibilidad en los edificios públicos, como muy bien sabe, en lo de la Encarnacion se hace más que difícil casi imposible.
Aprovechando que acaso que con el disfraz de mago se venga arriba,
le pediremos que de paso deje en la granja y el palomar algo de bálsamo de Fierabrás, para
que a los “palomos”, tanto el buchón como el ladrón, el marchenero y
el colipavo se curen las heridas que les produjo el gañafón recibido en pleno vuelo por los
rapaces.
En el palomar de la Casa Grande también vendría bien los
beneficios del mejunje quijotesco, y es que pocas cosas hay mejor para aquellos que además de las alas perdieron la memoria, “Pero,
como, Paco”.
Hoy, a pocas horas de que el heraldo consiga llegar a la
plaza nueva, para pedir la llave que permita abrir la puerta de la ciudad para
que entre la ilusión en esta Sevilla nuestra de apretadas arcas y que para lo de las setas gastó todo el dineral que habían aportado las empresas de la construcción para realizar el equipamiento para las
infraestructuras de llevar en los barrios.
Pues como quienes dan un paseo por el centro, que acertó a pasar por lo de las setas el responsable actual del grupo popular con gran parte de su equipo de leve oposición.
Pues como quienes dan un paseo por el centro, que acertó a pasar por lo de las setas el responsable actual del grupo popular con gran parte de su equipo de leve oposición.
Al cierre, una familia procedente de México, pasean por el interior
del laberinto y advierten que no existe una puerta donde pensaron que se podría
encontrar. Le explico que así llevamos más de seis años, y es evidente que incluso
para los extranjeros resulta inaudita la distribución que allí se ha realizado.
El nuevo concejal agarró con fuerza el tirador para abrir la pesada hoja de una
puerta que ninguna persona disminuida podría abrir, le sugiero que se lave las
manos y por higiene evite llevarse algo a la boca, pues son muchas las manos que asirán el manubrio. De paso le dejo ver
que para un ascensor se dispone de dos puertas, con cuatro hojas, y que la
calle de paso es un bar de copas. Dice que toma nota. La familia mejicana no se
explica porque no existe una puerta. Yo tampoco. Y Espadas lo sabe, Bueno, tambien, y Susana, y Daniel, y Moraga. .
Sevilla a 4 de Enero de 2017
Francisco Rodriguez Estévez
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