Las medidas
El Bosco nos dejó la imagen de San Jerónimo, buscando una puerta aferrado a la madera de la Encarnación bajo una oquedad deprimida y ruinosa esperando alcanzar, casi sin aliento el merecido Cielo.
Por el hueco fuste de hormigón se llega a la nube. Un
elevador pasa por las cerradas puertas en la cota cero que guardan del paso, del uso, otro par de
dobles hojas, tal como las que dispusieron en el laberinto solo que estas si apenas se abrieron una de ellas a lo largo de todo este tiempo de micologica aporía.
Localizada la llamada seta cuatro en el lugar que al doctor venia a gustar
decir seta de la araña, que más parecía dedicada al insecto que al abogado
Laraña-
Pues para que contarles lo que supuso ver después de tantos
años que un operario cinta métrica en mano, de las de laser, haya procedido a la medición
de cuando menos de esta puerta que da entrada por la izquierda a la llamada
plaza municipal de abastos y que lleva averiada cuando menos por tres años.
Justo los mismo que pasaron sin proceder a su reparación, de tal suerte que permaneciendo abiertas permanentemente ha venido facilitando el paso a las personas con discapacidad motriz severa, incluso a las que portaban carritos de niños junto al de la compra y también aquellas otras que mayores apenas pueden mover las pesadas hojas de cristal blindado.
Justo los mismo que pasaron sin proceder a su reparación, de tal suerte que permaneciendo abiertas permanentemente ha venido facilitando el paso a las personas con discapacidad motriz severa, incluso a las que portaban carritos de niños junto al de la compra y también aquellas otras que mayores apenas pueden mover las pesadas hojas de cristal blindado.
Ni que decir tiene que esta circunstancial avería propiciaba
la renovación de aires que a falta de un sistema optimo, ya fuera por olvido
constructivo, no hacía más que viciar el que sin filtros pasaba una y otra vez
contaminando el sistema de refrigeración dispersando olores fuera de lugar para
un establecimiento alimentario de tan alto costo, lo cual desfavorece la actividad
comercial.
Parece ser que desde la responsabilidad se ha tenido el
gesto y van a proceder no solo a reparar las puertas averiadas, por más que las
modernistas de rieles tengan que ser definitivamente encerradas en los huecos
de la pared ad hoc, donde quedaran como momias de cristal emparedadas sine die,
todo apunta a que se instalaran después de casi seis años las puertas automáticas
para cumplir la Ley de Accesibilidad.
Aunque siempre he venido demandando la instalación de una justo
en la travesía central, donde este galimatico diseño anti-comercial dejó como único
del viario del interior sin que
dispusiera de puerta alguna, mas cuando otro contaba con tres, pero la
evidencia nos deja ver que lo mismo se hace necesario alguna que otra puerta
mas, nunca viene mal las puertas en las plazas municipales de abastos que
permitan entrar y salir, incluso para cruzar en el bullicio, mejor que
deambular en las desérticas calles de un estrambote germánico sin orden ni
concierto.
El impulso de los deseos me hace averiguar que sería aquello
de las medidas, y al parecer lo que se deja caer es que se modificará una de
las puertas, dejando las aleatorias de pesadas hojas tal como se encuentran, y
con esta premisa deja suspendida la colocación de la puerta automática en la travesía
central, y todo quedará en algo tan
exiguo que mas me parece que desde la responsabilidad no se llegó a entender
por cuanto se hacía necesario la colocación en el sitio más provechoso para la optimización
comercial de un recorrido a todas luces espectral por cuanto nos dice el número
de puestos que bajan sus persianas definitivamente, sin que las puertas sea el único
motivo, pero por ellas se debería de comenzar. Como diría aquel concejal con la
madera y el pegamento, sobre los pobrecitos placeros, “después de tantos años,
que importa espera algo más”, y se fue tan pancho. Pues eso. Que parte de la
puerta no se ha entendido.
Sevilla a 30 de Septiembre de 2016-
Francisco Rodríguez Estévez
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