martes, 26 de abril de 2016

Resultado de imagen de minusvalido en carrito de cadena
El cliente

Acaso por aquello de que la estrecha calle interior, donde no dispusieron puerta, la hace mas solitaria, tal vez por la reflexión de la luz solar en la vitrina que hace desaparecer las mercancías que se presentan tras el cristal tal que fuera un truco propio de un concursante de Got Talent, el caso es que fue debido al tiempo de espera que le llevaba en otro establecimiento, que lo mismo cayó en la cuenta que justo al lado, al observar el rastrel donde colgaban los perniles que allí se ofrecen, estos tenían que ser similares.
 De ese modo llegó el cliente, algo apurado después de todo el tiempo de espera. Vino, vio, y compró.
De calidad superior le expendí  tres octavos de infiltradas lonchas, pura bellota, y con descuento, lo mismo repite.
 Por su forma de comprar se advierte que la vida le ha llevado sobre rueda, en esos sesenta años que aparenta alcanzar, pero es evidente que en principio sus pasos no fueron fáciles. Mientras le corto las finas laminas de aromático pernil, se establece el dialogo.
En su vehículo motorizado logra desplazamientos que hace años parecían imposibles, el ha debido conocer todos los estadios de este progreso eléctrico, pues la polio, le llevaría a utilizar todos los carritos habido en la evolucion del traslado, antes de tracción, o empuje,  luego de cadena, y los más avanzados de ruedas manuales, hasta que por fin las baterías dan una autonomía que en padecer le hace ser auto-suficiente.
Resultado de imagen de poliomielitisEl caso es que por suerte hoy las puertas de la plaza municipal de abastos de la Encarnación permanecieron abiertas, a fin de que se renueve el aire que en ocasiones condensa un olor casi de espanto para un establecimiento alimentario, pues si hubieran estado cerradas, este nuevo cliente no las hubiera podido abrir  las pesadas hojas.
Fue una casualidad que la prisa le hiciera cambiar de establecimiento, y aparte de la compra realizada, lo más importante resulto ser que Ramon Rodriguez, ahora en su tiempo de júbilo lo dedica en parte a llevar a cabo acciones que denuncian las lamentables situaciones que tienen que soportar aquellas personas que como él tiene los pasos limitados, y aunque ahora todos mayoritariamente van sobre ruedas, son demasiadas barreras las que deben de salvar a duras penas, mas cuando muchas, como esta de la puerta automática de lo de la Encarnación es una obligación dada por la Ley,  y que como bien le he informado es una obligación municipal. Pero ya ven.
Espero que en breve, mi nuevo cliente vuelva para adquirir jamón, lo que significará que le ha gustado, ya que este siendo bueno también lo tenemos,  y pueda hacerlo entrando por la puerta automática.
Francisco Rodriguez Estevez

Sevilla a 26 de Abril de 2016

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