domingo, 6 de marzo de 2016


Resultado de imagen de cartapacios amontonados en la mesaPausas

El tiempo, siempre el tiempo, ese que pasa en esta Encarnación inamovible, y que después de dos semanas transcurridas justo desde que  supimos que lo de la puerta automática pasa a  formar parte de una negociación, cabe decir en el silencio que esta sigue su curso, detenida en el tiempo.
Todo hace pensar que lo de la puerta, como no puede ser de otra forma, ya es algo que está a punto, y que apenas se inicien las conversaciones de las partes responsables deberá de colocarse de inmediato, y aparte de poder cumplir la Ley de Accesibilidad,  para que sin duda facilitar de una vez por todas que  el acceso, ahora deficiente y caprichoso por aleatorio, mejore con la colocación de la necesaria puerta, para una mayor afluencia de público, y por lo tanto la  circulación dentro del laberíntico interior, lugar de fácil desorientación en su desértico y anticomercial diseño..
Por tal motivo no queda otra más en este asunto que nos lleva demorado en exceso, y que de vez en cuando es obligado dar una pausa. Un tiempo de espera a que suceda algo que nunca ocurre. Pasa palabra.
 Después de escuchar las palabras del responsable, que viene a confirmar que  teniendo la negociación con el adjudicatario sobre la mesa, en la de su despacho, tiene este asunto la vía para su resolución definitiva y que de una vez por todas se coloque la puerta automática, pues sucede que, aun siendo algo de pura lógica tenemos que dar una pausa, otra mas, como otras tantas veces, queriendo pensar que esta vez se intentará cumplir con la ley que se vulnera desde el principio en esta laberíntica plaza municipal de abastos.
En tanto esto suceda, el tiempo de pausa, pausa lasa, sigue marcando cuanto se tarda en disponer algo tan sumamente fácil, y entonces se piensa en la rapidez por okupar una via publica bajo la escalera sur, e incluso otras actuaciones en esto de las setas, y también en aquellas que solo corresponde a la responsabilidad en lo publico, y que se han llevado con una celeridad por el concesionario que bien merecería la plaza municipal de abastos tomara ejemplo para ir corrigiendo todos los errores que son apreciables a simple vista, eso sí pero la prioridad la tenemos en la puerta automática, donde el tiempo habla, y en la que ya no caben más pausas.  
Sevilla a 6 de Marzo de 2016

Francisco Rodríguez Estévez

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