Cabía la posibilidad, siendo tan amplio número, que algunos de los ediles que conforman el consistorio sintiera vergüenza en este asunto, ya fuera por aquello del propio cumplimiento de la gestión en lo publico, de momento ausente, por no insistir reiteradamente en lo de leyes, normas y reglamento, pero es bien cierto que siguen ajenos en esto, cuando transcurrido mas de cinco años no aciertan a tomar la decisión.
Ocurre que por más que les diga de todas las maneras posible la necesidad de colocar puertas automáticas en lo de la Encarnación, que como saben es espacio municipal que corresponde por obligatoriedad gestionar, pero que, aun habiéndose comprobado de forma personal por cuantos ediles han tenido a bien acercarse para la verificación de esta, entre otras muchas deficiencias, pues aun no se ha encontrado la manera de proceder en algo obligado y tan sumamente simple, dilatado en el tiempo, y por aquello de las competencias, están haciéndole de una problemática casi infantil. Pero ahí estamos.
La verdad es que ya no me produce vergüenza escuchar los comentarios de cuantas personas aciertan pasar por donde no instalaron ninguna puerta. El tiempo hace que estos comentarios de desaprobación lleguen a alcanzar el grado de improperios, y algo mas, cuando en la búsqueda de una salida se topan que esta no existe, y se acuerdan de las guasas, pero con cabreo.
Con esta respuesta, pues como que vuelvo a sentir la vergüenza ajena que ya no me produce los comentarios de los usuarios, es mas, ahora incluso por ocurrentes y descabellados incluso me hacen gracia, cosa lamentable.
Mas de cinco años para colocar puerta automática en la plaza municipal de la Encarnación, y tal como la provisionalidad, deja evidencia que lo de la Encarnación no produce vergüenza a nadie, ni propia, ni ajena. ¡Ya ven!
Sevilla a 16 de Febrero de 2016
Francisco Rodriguez Estevez
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