
(Por San Blas la cigüeña verás)
Cuando tras un cierto plazo de espera anhelaba obtener una respuesta
positiva, mas diría coherente a la pregunta formulada, pues resulta que después
de tanto tiempo, advertimos en su lectura que son las evasivas las que colmatan
de tinta la blancura del papel, para no dar, ni de cerca, no con la que con ilusión
era esperada, sino con la inconcreta, que es aun peor que la negativa que siempre se
podría rebatir en algún lugar, en algún tiempo.
No por el tiempo uno se hace sabio, por suerte tampoco
diablo, pero después de tantos años en la plaza municipal de abastos de la Encarnación,
en sus tres modalidades, en la vetusta, en la efímera, y en la patochada final en
la que con seguridad me tendré irremisiblemente que jubilar, algo debo de
saber de esta, por más que de continuar mas pareceré que los años me hicieron necio e
inocente, pues de nada basta saber de lo que se sabe, si poco o nada puede
hacerse en esto de las plazas municipales de abastos.
Acabo de recibir la nota, esa que esperaba, en la que se
argumenta una respuesta que seguramente tendría otra pregunta, y en consecuencia
no vincula aquella a lo de la puerta en lo de la Encarnación, que bastaría reiterar
una, y cuantas veces sean de menester, que no es cosa
caprichosa cual fuentes bultos, parterres amebas, y bancos curvos de sevillanísimo
estilo, sino que es una obligatoriedad que se tiene en los edificios públicos de
colocar puertas automáticas al objeto de que cualquier persona con discapacidad
en movilidad pueda entrar o salir sin
necesidad de ayuda, y eso se contempla en una Ley, la Ley de Accesibilidad.
Otra cosa serian aspectos
comerciales de este laberintico mercado cuando la aleatoria colocación de sus
puertas, después de pasado más de cinco años, hacen que resulte altamente
incomodo y desorientador para los clientes.
No solo por si estrambótico diseño, mas por los muchos factores que se dispusieron y que hacen de la plaza municipal de abastos de la Encarnación, aparte de ser un lugar falto del bullicio que se requiere, lo que se ha creado son desigualdades entre los vendedores, entre los bien ubicados y los que se encuentran en lugares, que por el pésimo diseño de recorrido anti-comercial, están solitarios, y el aspecto desertico no hace sino depreciar este mercado sin futuro que entre estos viarios solitarios y los puestos cerrados, más aquellos vendedores que a pesar de los altos costos aun resisten esperando no se sabe que, lo que nos lleva a pensar que para revitalizar aquello, evidentemente no solo bastaría colocar una o más puertas automáticas, pero la respuesta que he recibido es deprimente.
No solo por si estrambótico diseño, mas por los muchos factores que se dispusieron y que hacen de la plaza municipal de abastos de la Encarnación, aparte de ser un lugar falto del bullicio que se requiere, lo que se ha creado son desigualdades entre los vendedores, entre los bien ubicados y los que se encuentran en lugares, que por el pésimo diseño de recorrido anti-comercial, están solitarios, y el aspecto desertico no hace sino depreciar este mercado sin futuro que entre estos viarios solitarios y los puestos cerrados, más aquellos vendedores que a pesar de los altos costos aun resisten esperando no se sabe que, lo que nos lleva a pensar que para revitalizar aquello, evidentemente no solo bastaría colocar una o más puertas automáticas, pero la respuesta que he recibido es deprimente.
juntadeandalucia.es/organismos/igualdadypoliticassociales/areas/discapacidad/accesibilidad/paginas/normativa-accesibilidad.html
Ahora nos remite a otra responsabilidad, tal como en otro
tiempo, y de eso apenas me queda, pues no
merecerá la pena permanecer por más fechas donde se empeñan en no llevar ninguna
acción paliativa por mejorar un espacio público, como es la plaza municipal de
abastos, donde un proyecto incumple la Ley de Patrimonio de la Junta de Andalucia,
donde una calle peatonal se convierte en bar de copas, donde la zona de carga y
descarga, y zonas de servicios queda fuera del ámbito municipal, donde la ley
FERAEE, queda soslayada, y las normas de sostenibilidad se olvidan en esto que
fue llamado “fruto del papanatismo” nada menos que por un “mies van de rohe”, y donde el reglamento
de mercados en vigor ni se tuvo en cuenta, ni mucho menos las normas básicas de
aplicación en la comercialización de
perecederos de la Junta de Andalucía.
En fin solo quería que se colocara una puerta automática, y
ya ven………como entre unos y otros se pasa el tiempo, y van mas de cinco años por lo que archivaré
esta respuesta junto con las otras, después de tanto tiempo...........- .
En Sevilla a 3 de Febrero de 2016 (San Blas)
Francisco Rodriguez Estevez
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