A punto de alcanzar el primer lustro, y lo de la puerta automática
para que en lo de la Encarnación cuando menos pueda cumplir con la Ley de
Accesibilidad en los edificios públicos, parece que se mueve. Basta recordar que la plaza municipal
no forma parte de la concesión por cuanto las arcas municipales perciben los
impuestos mensuales de ocupación, y por otro lado a la
concesionaria se le abona de forma individual el prorrateo resultante según unas cuentas que se desconocen tanto en cuantía
como en reparto de la participación en los gastos generales (todos felices),
pues el recibo correspondiente es por desconocido concepto. Pues ahí estamos en que
si aquello es municipal, y aunque fuera municipalizado, la Ley es la Ley, lo cierto es que después
de un lustro, acaso por el compromiso del actual Alcalde, se ha debido de advertir
que efectivamente allí falta una puerta automática,
lo que lleva a pensar que lo mismo se rectifica y antes que tarde acaben por
colocarla.
Puestos en contactos con todos los grupos que forman el
Consistorio, y una vez que estos a través de sus representantes han podido
verificar que lo de la puerta cae por su peso, y esta por suerte no cogerá a
ninguna persona debajo como la del Antiquarium, si no que más bien cogerá el
camino más fácil de entrada y salida a esta laberíntica plaza de abastos, y sin
duda beneficiará a la más que posible afluencia de público que a
la fecha soslaya el entrar por cuando una vez se llevan el chasco de la falta
de existencia de una puerta en el lugar que la lógica hacía presumir su
colocación.
El caso es que hoy he tenido conocimiento de que algo está
en marcha al respecto, no es la primera vez, pues anteriores Delegados, tanto
de Mercados, como de Distrito, el propio Alcalde, y hasta desde la Concesionaria parecían que tenían el mayor interés
por llevar a cabo reparar este grave error del berlinés, por más que en los aplausos
nadie advirtiera que la colocación de las puertas en lo de la Encarnación era el
antagonismo de unos eficaces accesos para la optimización del recorrido del ya
de por si caprichoso y anti-comercial diseño, de lo que debería de ser una muy
especial plaza municipal de abastos, tanto
por su tradición como por su céntrico emplazamiento en el corazón de la ciudad.
Me gustaría creer que efectivamente el asunto se mueve y que
en breve se llevará a cabo la instalación de la puerta automática, si bien es
verdad que se necesitaría algo más que una puerta automática para revitalizar
esta plaza municipal que languidece y donde a tenor no solo de los clamorosos
fallos que deberían de estar subsanados, los placeros no encuentran en gran
medida ese negocio que al carecer de público hacía prever, y se abandonan los
puestos a favor de la cocesionaria, que actúa en perjuicio de los vendedores
modificando las licencias, tal que tuviera atribución para ello, y en otros
casos se traspasan a la baja por cantidades devaluadas, o se resiste en espera
que algún día esto de la Encarnación empiece a moverse y el consistorio tome
ejemplo de lo se hace en Madrid, Barcelona y Valencia con sus plazas
municipales de abastos, y llegue a ser esta Encarnación tal como referente de
aquellas, y no acabe en lo que de entrada hace temer. Lo mejor de todo es que la
puerta automática se mueve deslizando sus hojas y no hay que tocar esas barras
de tiradores que vete a saber qué manos.
Sevilla a 20 de Noviembre de 2015
Francisco Rodríguez Estévez
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