viernes, 20 de noviembre de 2015

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Se mueve

A punto de alcanzar el primer lustro, y lo de la puerta automática para que en lo de la Encarnación cuando menos pueda cumplir con la Ley de Accesibilidad en los edificios públicos, parece que se mueve. Basta recordar que la plaza municipal no forma parte de la concesión por cuanto las arcas municipales perciben los impuestos  mensuales de ocupación, y por otro lado a la concesionaria se le abona de forma individual el prorrateo resultante según unas cuentas que se desconocen tanto en cuantía como en reparto de la participación en los gastos generales (todos felices), pues el recibo correspondiente es por desconocido concepto. Pues ahí estamos en que si aquello es municipal,  y aunque fuera municipalizado, la Ley es la Ley, lo cierto es que después de un lustro, acaso por el compromiso del actual Alcalde, se ha debido de advertir que efectivamente allí falta una puerta  automática, lo que lleva a pensar que lo mismo se rectifica y antes que tarde acaben por colocarla.
Puestos en contactos con todos los grupos que forman el Consistorio, y una vez que estos a través de sus representantes han podido verificar que lo de la puerta cae por su peso, y esta por suerte no cogerá a ninguna persona debajo como la del Antiquarium, si no que más bien cogerá el camino más fácil de entrada y salida a esta laberíntica plaza de abastos, y sin duda beneficiará a   la más que posible afluencia de público que a la fecha soslaya el entrar por cuando una vez se llevan el chasco de la falta de existencia de una puerta en el lugar que la lógica hacía presumir su colocación.
El caso es que hoy he tenido conocimiento de que algo está en marcha al respecto, no es la primera vez, pues anteriores Delegados, tanto de Mercados, como de Distrito, el propio Alcalde, y hasta desde la  Concesionaria parecían que tenían el mayor interés por llevar a cabo reparar este grave error del berlinés, por más que en los aplausos nadie advirtiera que la colocación de las puertas en lo de la Encarnación era el antagonismo de unos eficaces accesos para la optimización del recorrido del ya de por si caprichoso y anti-comercial diseño, de lo que debería de ser una muy especial  plaza municipal de abastos, tanto por su tradición como por su céntrico emplazamiento en el corazón de la ciudad.
Me gustaría creer que efectivamente el asunto se mueve y que en breve se llevará a cabo la instalación de la puerta automática, si bien es verdad que se necesitaría algo más que una puerta automática para revitalizar esta plaza municipal que languidece y donde a tenor no solo de los clamorosos fallos que deberían de estar subsanados, los placeros no encuentran en gran medida ese negocio que al carecer de público hacía prever, y se abandonan los puestos a favor de la cocesionaria, que actúa en perjuicio de los vendedores modificando las licencias, tal que tuviera atribución para ello, y en otros casos se traspasan a la baja por cantidades devaluadas, o se resiste en espera que algún día esto de la Encarnación empiece a moverse y el consistorio tome ejemplo de lo se hace en Madrid, Barcelona y Valencia con sus plazas municipales de abastos, y llegue a ser esta Encarnación tal como referente de aquellas, y no acabe en lo que de entrada hace temer. Lo mejor de todo es que la puerta automática se mueve deslizando sus hojas y no hay que tocar esas barras de tiradores que vete a saber qué manos.
Sevilla a 20 de Noviembre de 2015

Francisco Rodríguez Estévez

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