lunes, 19 de octubre de 2015


martes, 21 de septiembre de 2010
Oir, para ver
Que se tiente la ropa

Le buscaba el sentido a este supuesto dicho, pero no lograba interpretar la metafórica frase que le acabo de oír decir por la radio a la misma voz que escuché lo del mimo, con las misma orejitas que oyeron amagrama, y conejo de pelo negro, que como bien recordaran, fueron dichas en otro tiempo, y más adelante  vino lo del talante, y con talante y modernidad, ,modernismo, sinergia y locomotora, y recientemente también patochada, y papanatismo, y vanguardia, y tantas y tantas tonterías que forman parte de lo que a diario capta este sentido, que descifra los mensajes en el laberinto.

Con las misma intriga que el desconocimiento me producía llegué a pensar que el significado de que se “tiente la ropa” en el contexto dicho, solo cabía interpretarlo que fuera algo así como “se le va a caer el pelo”, que viene a ser “que será castigado con o sin motivo”, tal como al zapatero Picio, que además de feo, de ahí viene ser más feo que Picio, y que según dicen, dio origen a la frase, ya que perdió todo el pelo del susto que recibió cuando fue condenado en una causa de la que no tuvo parte. (El texto dice que salvó la vida)

No encontré en ninguno de los sitios consultados que podía significar “que se tiente la ropa”. Acaso querría decir “·Estoy aquí”, estoy vigilante, no es una broma. Lo mismo es un localismo del lugar de origen del dicente. En todo caso parece poco acertada, cuando hace pensar que esta frase “el que intenten engañarnos, que se tiente la ropa”, como que suena más a una amenaza que a una advertencia.
Igual no es lo mismo que el “talante” de lo de la Encarnación, por lo que ya ni hay “que rasgarse las vestiduras”, que significa que, con todo lo pasado, no hay motivo por lo que escandalizarse, pues de haberlos solo sería motivo de juzgados.
 
No es el caso pues parece que en lo de Encarnación no ha habido intento de engaño en ningún momento, ni se encuentra motivo alguno por mas que no fuera inaugurado en su día, ni porque su costo triplicara el presupuestado, ni tan siquiera por aquello de que en nada se parece al proyecto premiado, es más, de ninguna de las maneras se puede decir que haya habido, ni tan siquiera, ni por asomo, el mínimo intento de engañar a nadie, ni por supuesto esa idiotez de autoengañarse con inventos y falsedades, como excusas que justificaran todo lo sucedido, pues a nada que se inaugure aquello, una vez que se termine en su totalidad, aparecerá, que nadie lo dude, la lista de los responsables y las responsabilidades que hubiere, si es que no se pierde, y cuando estas sean dictaminadas, juzgadas, y sentenciadas,( en el caso de que llegue a los tribunales) lo mismo, algunos de los que han pretendido creer que se nos podía engañar, le viene al pelo tal frase, como al zapatero Picio, natural de Ele Alhendin, antes de que se le caiga del susto, mas que de vergüenza, que se tiente la ropa.
Sevilla a 21 de Septiembre de 2010
Francisco Rodríguez


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