Mientras antes los aires de Noviembre traían tenorios
arrepentidos por sus acciones, junto al humo de las castañas asadas, ahora los
miasmas nos invaden con los jalogueys.
Arraigando la macabra fiesta norteamericana en principio
infantil, truco o trato, que forzadamente por la difusión de los medios, y los
intereses económicos que han visto la rentabilidad de este segundo carnaval.
Siendo con Papa Noel el gran filón de las empresas de
consumo para adelantar, junto a Santa Claus y San Nicolás, las fiestas
navideñas. Así pues, desde finales de Noviembre los anuncios no cejaran y se
llenara todo de arbolitos con bombillitas intermitentes. Es fiesta larga desde
la Inmaculada, larguísima desde los Santos.
Los exegetas
belenisticos que ponen el Portal, no tienen prisa, saben que hasta la
Esperanza, día en el que debe de quedar instalado, aun queda mucho. En la Nochebuena
se coloca el niño Jesús, y cada día hacen avanzar, por los roquedales del
corcho, la comitiva de los Reyes para hacerlos llegar coincidiendo con la
Epifanía, en los que hay que descabalgarlos para que puedan entregar sus
regalos.
Cuando tengamos El Emblemático, tal vez se tenga en cuenta
la sugerencia que dimos el pasado año, pues
una vez visto el éxito que imagino tendrá el edificio, lo de Cine en el
Mercado lo afianzaría.
Motivo de mas para que las oficinas del cine, ofrezca el
solar para la realización de alguna película, mientras afloran las ideas, tal
como sucedió con las Cinco Llagas, antes que fuera Parlamento, cuando tras los
fantasmas del Tenorio llegaban las alegres chicas de Colsada, y el Teatro Chino
en sus tablas mostraba tanto por ver.
Ahora, después de treinta años todo está ya visto para
cuando llegue el trato en las rebajas, y sin truco guardemos el Belén.
En Sevilla a 2 de Noviembre de 2003
Francisco Rodríguez Estévez
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