(18 de Noviembre de 2004)
Cuando en los medios salen las noticias, sobre todo aquellas
que hacen pensar a los ciudadanos que la
leen que lo del nuevo retraso es otro cuento, desde la responsabilidad se inicia una visita de urgencia e inesperada,
por más que todo estuviera de antemano preparado, en especial el ágape con
fotos. Son las llamadas visitas apagafuegos.
Así debió suceder por lo visto, cuando los medios se hacen
eco de la filtración amiga acerca de la paralización de las obras de las rampas
de la calle Imagen, de las repercusiones económicas de esta demora, y de la
recogida de firmas para que vuelvan las
paradas de autobuses a la Encarnación, así como que a consecuencia de ello exista
la posibilidad de cambios en el recorrido de la Cabalgata de los Reyes Magos, haciéndoles
llegar por el Oeste cambiando el tradicional recorrido. Motivos de seguridad.
Con estos detalles, la responsabilidad nos deja muestra de
los suyos, y otros que les son ajenos, es
más, que de inmediato el Delegado de Tráfico, Transportes y Turismo, llega
hasta la provisionalidad, se baja de su
coche oficial, naturalmente aparcado en doble fila, para departir con los
enfervorizados y silentes placeros,
frente al papelón de delicias de
bellota, y transmitir los mensajes conveniente. Black is black.
No aparece, ni se la espera, una vez le han pisado la actuación
su propio socio, fuego amigo. La Delegada de obras que por gracia de la bisagra
tuvo la ocurrencia de sacar esto de la Encarnación del archivo secreto donde
estaba confinada, en espera de un tiempo propicio para intereses partidistas,
tiene preparada otra sorpresa que compense la frustrada visita.
La filtración de la
fuente, como cabe imaginar no es la reposición del capitel desaparecido a
principios de siglo, que eso corresponde a Cultura, todo hace indicar que la
Delegada parece ser que tiene intención de llevar a cabo una actuación en la
plaza de los ficus, en blanca, verde y blanca, y enviar en otra a los palmeros
de la Encarnación, pobrecitos placeros, en los sótanos de una galería anti
comercial, bajo una plaza donde una gran lamina de agua.
Al menos parece que algo se mueve, pero no se sabe hacia dónde,
lo que hace pensar que todo resultará tan diferente que posiblemente se haya
tomado el camino contrario, como los Reyes
Magos. Cosa de los pactos.
Sevilla a 18 de Noviembre de 2004
Francisco Rodríguez Estévez
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